Oraciones y cólera contra la energía nuclear en Fukushima

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Decenas de miles de personas se manifestaron este domingo en la prefectura de Fukushima (noreste de Japón) para exigir el abandono de la energía nuclear mientras el archipiélago conmemoraba el primer aniversario del tsunami que provocó la mayor catástrofe nuclear en 25 años.

 

Las ceremonias de conmemoración coincidieron con manifestaciones antinucleares en toda la provincia, donde se estima que unas 160.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares depués del grave accidente de la central Fukushima Daichii.

Unos 16.000 participantes, entre los cuales había residentes locales, refugiados, militantes, niños y también extranjeros, se reunieron en un estadio de béisbol en Koriyama, una ciudad a unos 60 kilómetros del complejo atómico.

Los manifestantes llamaron a abandonar la energía nuclear y reclamaron la indemnización total de las víctimas por el operador de la central, la Tokyo Electric Power (Tepco).

“Nuestra ciudad se ha convertido en otro Chernobyl”, gritó por un altavoz Masami Yoshizawa, que dirigía una granja en Namie, a 10 km de la central.

Un grupo de monjes vestidos con sotanas grises y blancas oraron junto a varios militantes que enarbolaban pancartas en las que habían escrito “No olvidaremos jamás el Gran Seísmo del 11 de marzo. No perdonameremos jamás el accidente nuclear”.

“Cada día se olvida un poco Fukushima”, se lamentó Yumiko Ono, una grafista de 34 años llegada de Tokio.

“Si no elevamos nuestros voces en este momento, otro accidente podría producirse. Queremos decir al mundo que la crisis y las dificultades continúan hoy”, agregó.

A pesar de su cólera, los opositores a la energía nuclear guardaron un minuto de silencio a las 14H46 (05H46 GMT), en el momento exacto en que hace un año un fortísimo seísmo de magnitud 9 se produjo en el fondo del Océano Pacífico, proyectando olas gigantescas contra la costa.

La alimentación eléctrica y los sistemas de enfriamiento de los reactores de la central de Fukushima, construida a orillas del mar, fueron completamente inundados, provocando la fusión del combustible y emisiones radioactivas hacia la atmósfera.

Los manifestantes, con las manos juntas en oración se recogieron en memoria de las víctimas al tiempo que se escuchaba a los lejos el sonido de una sirena.

Después de la oración, el cortejo desfiló por las calles de la ciudad, antes de que miles de velas fueran encendidas en memoria de las víctimas del tsunami.

La población japonesa sigue encolerizada desde el accidente de Fukushima y manifiesta una creciente desconfianza hacia los 54 reactores instalados en Japón, de los cuales sólo dos están en actividad.

Pero los expertos advierten contra el abandono total de la energía nuclear y el elevado costo que significaría la importación de energías fósiles para un país que no tiene recursos energéticos y que depende del exterior.

Shinichiro Takiguchi, del Instituto de Investigaciones de Japón, estima que el cierre de las centrales nucleares japonesas no es posible antes de un buen tiempo.

“El consenso general a largo a largo plazo es reducir el uso de la energía nuclear”, pero no abandonarlo, dijo.

“Es más razonable recurrir más a otras fuentes de energía y reducir gradualmente la parte nuclear imponiendo simultáneamente medidas de seguridad suplementarias”, explicó.

Desde la catástrofe de Fukushima, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos confirmaron la construcción de nuevos reactores, mientras que China e India tienen la intención de comenzar la construcción de decenas en los próximos años.

AP