Nuestra reportera Coquette Ratette, nos informa que la fiesta máxima de julio todavía no arranca y ya se adivina, entre el aroma a tamal de chepil y el eco de las chirimías, ese otro perfume —el del dinero público puesto en remojo.
Tres concursos recién subidos por la Secretaría de Administración para “Julio, Mes de la Guelaguetza 2025” dejan claro que el baile más frenético no será el de las chinas oaxaqueñas, sino el de los montos sin tope: la licitación estatal para “todo lo demás” de la fiesta, el contrato de los CINCO ALEBRIJES MONUMENTALES GUENDA NE NUNA, (seguro a precio de 24 quilates) y la invitación para llenar ferias turísticas con desayunos y hostesses. En los tres documentos la cláusula de contraprestación escupe un candado hilarante y enseguida ordena tapar la cifra con cinta transparente, como si fuera una sorpresa de piñata para los auditores. Ese formato en blanco es la pista de hielo donde patinan los sobrecostos: si el jaguar de fibra de vidrio mide cuatro metros, ¿quién impide que mida también cuatro millones?
Pero vamos a los detalles de estas licitaciones que seguramente darán de que hablar, porque sus precios apostamos doble contra sencillo que estarán cuadruplicadas.
…Y si en 2023 y 2024 los números ya olían a maquillaje, este 2025 la coreografía viene con prop nuevo:
Primero está la LPE-SA-ST-0029-06/2025, la licitación pública gordota que agrupa nueve lotes de todo lo imaginable, desde templetes y pirotecnia hasta café, laptops y Suburbans de alquiler; su objeto —reza la página 2— es “la contratación, adquisición y arrendamiento de diversos bienes y servicios para la organización del evento denominado ‘Julio, Mes de la Guelaguetza 2025’”. Las partidas presupuestales incluidas —combustibles, equipo de cómputo, impresoras y más impresoras, varios escáneres, arrendamiento de transporte, alimentos, bodegas, plumas, exposiciones y espectáculos— son tan anchas que sirven para empacar desde una caja de papel bond hasta el spray fijador del peinado oficial.
Pero agárrese estimado ciberlector, porque la segunda, IAE-SA-ST-0012-06/2025, promete despilfarro, porque es la “invitación abierta” para fabricar los cinco alebrijes monumentales Guenda Ne Nuna; las bases enumeran un toro, un jaguar, un coyote, un chapulín y un nahuales más de cuatro metros, fibra de vidrio y base metálica calibre 14, pero otra vez ni un peso tope a la vista: bastará que el proveedor escriba su cifra y la cubra con cinta adhesiva transparente, la misma trampa que hizo famosa a la Secretaría el año pasado. Sería más fácil y mejor invitar a todos nuestros artistas plásticos a exponer sus obras, todas alusivas a Oaxaca, a la Guelaguetza, pero… el negocio para embolsarse muchos millones de pesos es prioritario…
Por cierto, nuestra reportera Coquette Rattete se pregunta su algún náhuatl tendrá el rostro de nuestra querida Secretaria, y es que ya ve que se le ocurre cada cosa para estar presente…
El tercer expediente, IAE-SA-ST-0011-06/2025, suena menos espectacular, pero es donde suelen esconderse los rubros glam: “servicios y bienes promocionales para la presencia del Estado de Oaxaca en eventos y acciones de promoción turística nacional 2025”. Ahí entran los desayunos con influencers, las hostesses trajeadas y ese stand “instagrameable” que Saymi Pineda presume en cada feria de Pueblos Mágicos; las partidas 369, 374 y 383 —pasajes, viáticos y espectáculos— son, otra vez, el cajón sastre para vuelos de cortesía, hoteles boutique y vestidos made in designer.
Las tres licitaciones están apenas en etapa de bases: la junta de aclaraciones y la apertura de propuestas ocurrirán a finales de junio. Todavía no aparecen las cotizaciones ni la lista de empresas, pero los malpensados —es decir, casi todos los que pagamos impuestos— apostamos a que desfilarán los mismos factureros de siempre, esos que, entre IVA, recargos y “servicio integral” elevan el precio final al triple o al cuádruple. Bastará con revisar quiénes ganan y cuánto inflan la fibra de vidrio, el papel picado y el kilometraje de la Suburban para confirmar que el peinado presidencial trae más aerosol que transparencia.
Tampoco conocemos el techo de gasto para los viáticos, pero sí la ruta del estilista que viaja primero —la partida 369 de pasajes aéreos— y del secador que duerme en suite, camuflado en la 374. Por si faltara laca, la 383 de “exposiciones y espectáculos” es tan elástica que ahí caben los vestidos con los que la secretaria insiste en parecer la heredera fashion de Ivette Morán.
La opacidad contrasta con el optimismo oficial. En 2023 Saymi Pineda cantó una derrama de 435 millones de pesos; la prensa consignó la misma cifra, aunque hoteleros reconocieron ocupaciones modestas y ventas tibias. Un año después, la costeña sacó pecho con 527 millones “históricos”, trepados sobre apenas dos puntos de crecimiento en ocupación hotelera y un puñado más de turistas. Ahora, sin rubor, promete que 2025 superará los 614 millones —mil pesos por cada visitante proyectado— porque “habrá lleno total” en el Auditorio del Cerro del Fortín.
Lo que nadie detalla es cuánto costará producir esa “derrama”. Los contratos de 2024, celosamente fragmentados, nunca se publicaron con montos globales; sólo trascendió el caso de los templetes, cuyo precio final triplicó la primera estimación entre ajustes de último minuto. Si este año sucede lo mismo, el contribuyente puede acabar invirtiendo más de lo que los turistas dejan: un negocio redondo… pero para el proveedor.
Todo encaja con el plan personal de la secretaria: cada alebrije plantado en la calle Macedonio Alcalá será tótem fotográfico para la marca “Saymi 2028”. Hay jaguar, chapulín, coyote… falta el quetzal, pero seguro aparece cuando arranque la precampaña. Para entonces, la memoria colectiva quizá recuerde que en julio de 2025 los contratos se firmaron sin cifras y la fiesta más colorida de Oaxaca se vistió, otra vez, con el gris del “monto en número”.
Hasta que alguien quite la cinta adhesiva y revele la cuenta, seguiremos adivinando si el papel picado costó a precio de encaje francés o si el peinado presidencial volvió a colarse por la partida de “exposiciones”. Mientras tanto, disfrute la calenda; el dinero ya salió a bailar y las empresas amigas afinan el sax… mientras la banda del pueblo sigue esperando que la música, por una vez, la pague quien la toca.
Compren palomitas —y quizá un tranquilizante— porque, seguro, doña Saymi meterá licitaciones todavía más caras. Total: el pueblo noble y sabio nunca dice nada… y en el gobierno todo le toleran, hasta ordenar “limpieza” en las finanzas de Sectur.
P. D. Ya viene la revocación de mandato y el pueblo tiene memoria. Al tiempo…
Estimado ciberlector, la máxima fiesta de los oaxaqueños ya está a la vuelta de la esquina, y las delegaciones que participarán en esta Guelaguetza 2025 tienen todo preparado para mostrarle al pueblito bueno y sabio la riqueza cultural que guardan sus danzas. Algunas delegaciones son un auténtico invento, pero, gracias al apoyo de algún funcionario de la Primavera Oaxaqueña, obtuvieron un lugar en las cuatro presentaciones del auditorio del Cerro del Fortín. No es de extrañarse que, en cada gobierno, haya quien meta sus narizotas para favorecer al terruño de donde es originario.
En tiempos de los gobiernos del PRI, el Comité de Autenticidad evaluaba la participación de las delegaciones que pugnaban —a toda costa— por figurar en el encuentro étnico más importante con la danza de los millones, la danza de los notarios, la danza de los chapulines y, bueno, hasta los yuppies querían su media hora en la rotonda de la Azucena. Ahora, en tiempos modernos de la Primavera, empleados del Istmo reclaman un espacio para presentarse con la danza del huachicol y la danza del mototaxi.
Así es, amigos ciberlectores, y no dude usted que, en pocos años, las organizaciones sociales y los sindicatos también exijan participar en la fiesta, porque hoy todo mundo se siente con derechos y, además, bailan tango y mascan chicle.
Lo que nuestro reportero vallecentrista considera un insulto son esos espectaculares que invaden la ciudad anunciando la gratuidad de los accesos en los palcos C y D. No mmar. Históricamente, esos palcos se conocen como El Gallinero, y su gratuidad no es novedad, señores primaveros…
El pueblito bueno y vallistócrata no olvida el vacío que le hicieron en su primera Guelaguetza y que obligó a mover acarreados de los sindicatos para llenar los gallineros. ¿Ya se acordaron?
El incremento de precios en restaurantes y establecimientos del Centro Histórico por el inicio de la temporada alta ya empezó. Pero hoy ni para pedir la intervención de la PROFECO y su titular: andan más ocupados atendiendo las broncas de su directora.
Por cierto, ¿ya renunció María de Lourdes Santiago Cruz? ¿Basta la publicación de un comunicado para justificar los hechos que enlutaron a familias oaxaqueñas? ¿Será que ya le echaron la mano para cambiar los peritajes por ser funcionaria federal y protegida de la 4T?
No olvidemos la regla no escrita en vialidad: «Aquel que pega… paga». Lo correcto —y ya se tardó, señora directora de PROFECO— es que pida licencia al cargo, si es que aún no ha renunciado, para atender su situación legal en tanto se resuelve y determina su responsabilidad…
Claro que nada de lo que haga reparará a las familias la lamentable pérdida de sus seres queridos, y en su conciencia quedará. A nivel central, PROFECO México solo se manifestó diciendo que está pendiente de los resultados de las investigaciones que realicen las autoridades correspondientes. Es decir, no la corrieron, pese a la gravedad de los hechos.
Instrucción única:
Si quiere adelantarse al reality de las sillas musicales en Palacio chairo, apunte estas coordenadas, mezcle bien y no pregunte al guardia—lo va a despistar.
Pista 1: En el herbario primaveral hay una flor que presume pétalos verdes, pero últimamente le han colocado una “lupa de acompañamiento” pegada al tallo. Dicen que esa lupa no observa: audita.
Pista 2: Los murciélagos del domo comentan que, cuando se escuchan pasos sobre la teja, no es lluvia: es muda de piel. Y el reptil que no se acomoda termina en vitrina didáctica… o fuera del terrario.
Pista 3: El viento susurra que la mejor forma de acelerar una poda es dejar de regar justo a quien reparte la humedad. La savia se resiente, las hojas se apagan y—¡zas! —aparece un esqueje listo para el trasplante.
Los detalles, la otra semana. #SoloProfesionales
Nuestro reportero Matasanos nos informa que la crisis que hoy sacude al Hospital Regional “Presidente Benito Juárez” del ISSSTE en Oaxaca no se resume a un par de quejas en redes: es un itinerario perfectamente documentado de precariedad laboral, corrupción hormiga y desdén por la norma sanitaria. Tres expedientes concentran el desastre: un esquema salarial que condena a la pobreza, la exclusión del comedor institucional —salpicada de robo de insumos— y, sobre todo, la violación abierta de la regulación de COFEPRIS en la sala de hemodinamia recién inaugurada.
Sueldos que enferman
Los mensajes internos del personal eventual revelan una ecuación simple y brutal: 42 pesos por hora, tope de 120 horas por quincena, pagos diferidos hasta 30 días. El mejor de los escenarios (cuando la administración no “recorta” suplencias) deja un ingreso neto cercano a 5 000 pesos al mes; la mayoría se queda en 2 700 pesos quincenales. Todo esto ocurre en el mismo país donde el salario mínimo general para 2025 asciende a 278.80 pesos diarios ( 8 364 pesos mensuales).
No es solo un agravio moral: el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo obliga al patrón a pagar en tiempo y forma, sin distinción entre personal de base y eventual. Cuando se relega a estos últimos al final de la fila (y se les suprimen las horas extras para “ahorrar”), se vulnera, además, el derecho constitucional a un salario digno. El resultado ya se siente en los pasillos: guardias nocturnas incompletas, sobrecarga física y riesgos clínicos que se multiplican cuando falta personal en Urgencias o Terapia Intensiva.
El comedor blindado y la cadena de la merma
La Circular SM/001/2025 —firmada el 9 de junio y vigente a partir del 1 de julio— ordena que el acceso al comedor sea exclusivo para personal de base mediante registro de huella digital. Tal y como está redactada, deja fuera a los eventuales que, paradójicamente, sostienen los turnos más largos.
Las capturas de WhatsApp añaden otro ingrediente: la desaparición sistemática de verduras, carne y lácteos a manos de algunas cocineras, protegidas —según los propios mensajes— por su cercanía sentimental con la dirección. De confirmarse, el hecho encajaría en el tipo penal de peculado (artículo 223, Código Penal Federal), pues los insumos se pagan con recursos públicos. Al mismo tiempo, negar un alimento caliente a quienes trabajan más de ocho horas contraviene la obligación patronal de garantizar condiciones higiénicas y de seguridad (LFT, art. 132-V).
Sellos de utilería: la sala de hemodinamia sin licencia
El capítulo más grave se encuentra en los 46 folios del Acta de Verificación Sanitaria No. 25-AL-2000-00175-HD, levantada por COFEPRIS el 19 de febrero de 2025 y hoy circulando entre residentes. Allí se enumeran:
Medicamentos, sondas y catéteres caducos almacenados junto a insumos vigentes; ausencia de bitácoras de temperatura en refrigeradores; carencia absoluta de licencia sanitaria para la nueva sala de hemodinamia.
La omisión no es un tecnicismo: los artículos 368 a 373 de la Ley General de Salud obligan a todo hospital a tramitar autorización sanitaria antes de operar unidades de alta especialidad.
De modo complementario, la NOM-003-SSA3-2010 establece requisitos mínimos (instalación, equipamiento, personal capacitado) para la práctica de hemodinamia y hemodiálisis.
¿Qué hizo el hospital? Hace unos días, después de varios meses de la inspección y clausura, el director Emanuel de Jesús Cortés Santiago agradeció públicamente al personal por realizar “el primer procedimiento de hemodinamia con éxito”. Es decir: los sellos siguieron en la puerta, pero la mesa quirúrgica funcionó como si nada. Operar sin licencia expone al ISSSTE a multas de hasta 10 000 UMAs (≈ 1.13 millones de pesos al valor 2025) y, de acuerdo con la propia Ley, a la clausura total cuando existe riesgo para la salud de los pacientes. ¿Será que el doctor Emmanuel no lo sabe? Ah… pero que tal lo van a premiar con una base.
La temeridad no solo infringe la norma administrativa; roza el tipo penal de ejercicio indebido del servicio público (art. 214, CPF) y, en caso de daño al paciente, se tipificaría como lesiones culposas o incluso homicidio culposo.
Lo que está en juego
Asegura nuestro reportero Matasanos que cada engrane de esta maquinaria defectuosa se alimenta del otro: sueldos de hambre obligan a rotar personal; la exclusión del comedor merma la energía de quienes se quedan; el déficit de profesionales precipita decisiones apresuradas —como abrir una sala sin licencia— que ponen en jaque la seguridad del paciente.
Las instancias de control tienen cancha para actuar. La Delegación Estatal del ISSSTE debe explicar la brecha salarial y la exclusión alimentaria; la Secretaría del Trabajo puede iniciar verificación extraordinaria por pagos impuntuales; COFEPRIS cuenta con elementos para sancionar reincidencia y desacato; y el Órgano Interno de Control tiene sobre la mesa denuncias de peculado y abuso de autoridad.
Mientras tanto, los derechohabientes confían en que la jeringa no esté caduca y el catéter no sea el último de un lote vencido. Al otro lado de la cortina, el personal eventual calcula cuántos turnos dobles más podrá resistir con un salario que ni siquiera cubre la canasta básica. Así, el Hospital Presidente Juárez termina siendo un espejo —roto— de un sistema que, cuando falta vigilancia, prefiere colgar el sello de clausura como adorno antes que corregir la raíz del problema.
En esta columna seguiremos restregando la superficie hasta que la mugre deje de esconderse bajo la bata blanca.
Nuestra reportera Chaira Nativa, nos informa que en Santa Cruz Xoxocotlán estrenó traje de “ciudad” el 10 de abril de 2025, cuando el Congreso local le colgó la medalla de urbe con 31 votos unánimes.
Sin embargo, basta caminar por el fraccionamiento Laureles, Jardines del Sur, Villas Xoxo, la carretera a San Raymundo Jalpan para comprobar que el aire sigue oliendo más a rancho industrial que a metrópoli: una planta de asfalto –la misma que en 2022 motivó denuncias del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO) por “afectaciones graves”– volvió a encender hornos sin aviso ni consulta vecinal.
¿Qué se sabe de la reapertura?
Localización. Vecinos sitúan la chimenea detrás de la salida a Zaachila, a poco más de 500 metros de casas habitación y dos primarias públicas. Es más, la página de denuncias vecinales “Xoxocotlán Unido Renovado” publicó nuevo video de la columna negra hace apenas tres días.
Antecedentes. En 2022 la planta recibió “suspensión temporal” después de una inspección de Profepa, pero el expediente jamás se transparentó. Los sellos, según testimonios, cayeron meses después; la producción se reactivó intermitente en 2024 y, desde junio de 2025, opera a jornada completa. ¿Tendrá el permiso de la presidenta municipal? ¿De a cómo fue el moche?
Estimado ciberlector, no está usted para saberlo, pero esa humareda tan intensa, ya causó daños a la salud de varias personas. Un ejemplo claro es el caso de un adulto mayor, que fue diagnosticada con daño pulmonar tras una caída que reveló opacidades típicas de exposición crónica a partículas finas. Su caso no es aislado: dos adolescentes del mismo hogar presentan irritación ocular y tos persistente, según copia de la nota médica que mostraron a esta redacción.
Lo que dice (y no dice) la norma
La NOM-085-SEMARNAT-2011 fija límites de humo visible y compuestos (PM, NOx, SO₂, CO) para hornos de combustión indirecta.
Los hornos de secado de una asfaltadora típica disparan partículas y benzo(a)pireno; si la planta usa combustóleo —como la mayoría en Oaxaca— debería contar con filtros de mangas y monitoreo continúo certificado. Ningún informe público prueba que la empresa haya instalado dichos controles.
Brecha legal y obligaciones olvidadas
Impacto Ambiental. El artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico exige Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para cambios de uso de suelo industrial; de acuerdo a nuestra reportera chaira con conocimiento en medio ambiente, asegura que no aparece registro estatal alguno.
Uso de suelo.
El Programa Municipal de Desarrollo urbano clasifica Laureles como “vivienda de densidad media”; la planta es técnicamente no compatible.
Protección a la salud: El Reglamento de Salud del Estado obliga a la clausura preventiva cuando hay “riesgo inminente” comprobado; el diagnóstico pulmonar de esta persona podría integrarse como prueba.
Nuestra reportera deja aquí unas preguntas que exigen respuesta:
Karime Unda Harp, seretaria de Medio Ambiente: ¿ordenará su majestad mediciones de PM₁₀ y BTEX en un radio de 1 kilómetro? ¿Publicará la MIA o confirmará su inexistencia? ¿O los equipos no funcionan o no los tiene?
Isaías Valdés Martel: ¿Será que la Procuraduría a su cargo pueda imponer clausura inmediata si la empresa opera sin control de emisiones?; ¿habrá diligencia antes de que el daño sea irreversible?; y ¿a qué hora trabaja?
A la presidenta Nancy Benítez: tras años de campaña prometiendo “aire limpio para Xoxo”, ¿por qué la ventanilla de Ecología municipal niega sellos de clausura argumentando que la planta es “particular”?
Estimado ciberlector, la flamante “ciudad” de Xoxocotlán no puede estrenar su título respirando hollín. Entre la postal turística de los Martes de Brujas que terminan en asesinatos imprudenciales, el fracaso de la movilización de la elección del poder judicial, y el humo aceitoso de la asfaltadora, la realidad se impone: o las autoridades hacen valer la NOM-085 y la legislación estatal, escuelas, negocios y fraccionamientos seguirán siendo el patio trasero industrial donde el asfalto se cocina a costa de pulmones ajenos.
Nuestra reportera seguirá midiendo cada bocanada: porque en una “ciudad” que presume modernidad, la transparencia no debería perderse… ni quedar difuminada entre nubes de chapopote.
Dicen que entre los estantes de la Biblioteca Central se mueve más efectivo que entre las páginas: y no es la cooperativa de fotocopias, sino un profesor chaparrito que se saltó el índice para llegar directo al “manual del nuevo pudiente”. Las lenguas viperinas de doble filo aseguran que próximamente, publicarán una Gaceta de Nuevos Ricos en Oaxaca, donde conoceremos a quienes llegaron con una mano atrás y otra adelante, pero que, de la noche a la mañana, se han vuelto prósperos y exitosos empresarios.
Son muchos a quienes la fortuna les ha sonreído en la UNI, pero en esta ocasión les contaremos sobre el enriquecimiento inexplicable del actual director de Bibliotecas de la UABJO, quien en sus ratos libres responde al nombre de Porfirio Hernández Hernández, mejor conocido en el mundo de las patadas como “Alushe” y a quien nuestro reportero bachiller asegura conocer desde que Porfi era más chiquito. Jejeje.
Entre los expedientes mejor guardados nos enteramos de que este k-monito universitario pasó de “tirar aceite” en el futbol llanero a ser vendedor de autos usados y, de pronto, aparecer como empresario con varios negocios en el Centro Histórico.
¿Qué tal este chaparrón?
Pero eso no es todo, amigos ciberlectores. Este profesor se apoderó de una buena parte del margen izquierdo del río Atoyac, allá por los rumbos de Yahuiche, para construir una tremenda mansión disfrazada de Centro de Rehabilitación para Adicciones.
¿Quién pompó, Porfi?
¡Quién pompó!
Como bien sabe, estimado ciberlector, en días pasados la Central de Abasto amaneció oliendo a tasajo y pólvora. El 12 de junio, Lupita Díaz Pantoja llegó con una tropa menguada —ya no son los cientos que presumía— para “recuperar” puestos y “hacer justicia”. Quince detonaciones después, un estibador yacía en el suelo y corrían media docena de videos donde los locatarios la señalan sin titubeos: “¡Fue ella!”.
Después de los señalamientos en su contra, Lupita convocó a la prensa. Aseguró que, “entre empujones”, se jactó de haber hecho el trabajo del director del Mercado de Abasto, Óscar Carrizal Reyes: casi le dijo “le dejé la zona limpia”. Además, relató que fue a buscarlo a su oficina porque no daba la cara: “Su secretaria entraba y salía, así que me metí… ¡estaba escondido!”. Dicen que Óscar, barbudo y pálido, casi cabía bajo el escritorio, temblando como pollito que ve venir el caldo. Imagine usted, ciberlector, a ese hombre con los bigotes erizados ante la presencia de Lupita. ¡Vaya director que tiene la Central! Como era de esperarse, el chisme corrió más rápido que la pólvora: al director todavía le retumba el “gatillo verbal” de Guadalupe Díaz.
El historial de Díaz Pantoja en Oaxaca todo el mundo lo conoce, pero si la memoria flaquea, aquí va un recordatorio:
Uno de sus atentados más sonados ocurrió en febrero de 2020. Dos camionetas y un Stratus cerraron el paso a su Jeep en la colonia Reforma; los sujetos sacaron armas largas y abrieron fuego. Ella salió con la rodilla agujereada: primera advertencia seria de sus rivales.
Ese mismo año la UIF le congeló sus cuentas por presuntos nexos con Hugo Bello —hoy preso con más de cien órdenes— y por el secuestro de unidades y cobro de cuotas.
Lupita también se caracteriza por ser una mujer explosiva: mandó darle una golpiza al chofer de un camión urbano con el que tuvo un percance vial en julio de 2024. Su escolta bajó al conductor frente al Panteón General y lo “disciplinó” a puñetazo limpio mientras Lupita dirigía la escena y llamaba a más sujetos de su sindicato Libertad. No le importó el miedo que sembraba entre los pasajeros —adultos mayores incluidos— que intentaban huir del camión por temor a que se armara la balacera.
Hoy las amenazas vuelan y todo parece indicar que las cosas se pondrán de pronóstico reservado: tras la balacera del Abasto, un clip anónimo le advierte que “deje de sembrar muertos”.
¿Por qué tanta prisa?
Dicen los que saben que Lupita anda desesperada porque su ejército se fugó: primero los camioneros de Xoxo, luego Viguera y medio Istmo. Sin obra pública que repartir y con la gasolina a precio premium, la lealtad se evapora como mezcal al sol. Trató de vender su “masa crítica” a un personaje cercano al gobernador de Oaxaca a cambio de una pluri; antes ofreció el mismo “combo sindical” a un famoso Cara Sucia. Ambos la aterrizaron: “ni multitudes ni votos”, le dijeron. Sus excesos la han llevado a la ruina del poder que un día tuvo.
El fantasma del Sembrador de la discordia
Aquí aparece Flavio Sosa, viejo zorro del 14 de junio de 2006. Aquella represión contra maestros lo catapultó al estrellato; del plantón saltó a la curul y hoy, con cargo y presupuesto, presume influencia cultural y capacidad de “encender la calle” cuando conviene. Los murmullos aseguran que Lupita le sirve de comodín: si el gobierno necesita medir la temperatura del asfalto, ella aprieta el gatillo… pero cada balazo, cada amenaza de hoy, le resta poder mañana; entre gitanos no se leen las manos.
Cómo se nota que para Flavio Sosa no importa la cultura; lo importante es sembrar la discordia. Para muestra está que jugó contra las elecciones del poder judicial y contra la negociación del magisterio pagando camiones para llevarlos; ahora anda metiendo sus manitas mantecosas en los mercados de la capital, junto con un ex guerrillero que tiene un pie en Tanivet porque el copete de la copetona no quiso tapar ese socavón. ¡Ay… nanita!
Estimado ciberlector, como usted ya lo notó Flavio Sosa es un secretario de escritorio, no como antes que lo veíamos en las calles, pero bueno… si sale a las calles, las incendia; así que ahora mejor optó por incendiar al estado desde su “Guasap”.
Y ya mejor ni hablamos de Susana Harp.
Cruz Roja y otras curitas de imagen
Para lavarse la reputación, apareció en primera fila de la Colecta Cruz Roja 2025, chaleco blanco y selfie. Dicen que las damas de sombrero aún no digieren que su nueva “voluntaria” cargue más expedientes que alcancías.
¿Y ahora qué?
Las lenguas viperinas aseguran que los militares la tienen en la lista de “generadoras de violencia” y están “hasta el copete” de sus berrinches calibre nueve. La Fiscalía mantiene carpetas que esperan: basta una señal política para que su western pase del tiroteo al tribunal. ¿Será que estos chairos sí puedan? Porque los conservadores del pasado nada más no pudieron, ni el blanquito que da miedo.
Por lo pronto, sus exaliados se alejan porque ya no hay obra ni efectivo; así, la lealtad no existe en ese negocio. Y eso de jurar que jamás ha despojado a nadie provoca más de una ceja levantada: ni la señora que la acompañó en la conferencia se lo creyó —solo véala volteando los ojos cuando Lupita jura que nunca despojará al prójimo.
Ya veremos qué pasa porque esa es una lucha entre grupos de dudosa procedencia. Por lo pronto su sindicato luce flaco y sus rivales —Villaseca, Marco Sánchez y compañía— afinan cuentas. A este paso, la próxima escena de acción podría ser en los juzgados, no en el Abasto.
Por cierto, dicen que el director de Mercados ya blindó la puerta de su oficina… por si las moscas, no los puestos.
Ya veremos que pasa, en esta lucha por el poder, porque los tiempos y las afinadades cambian, como la de Oscar. Por lo pronto parece que Guadalupe se quedó sin caballería intentando cabalgar en un caballo de palo.
En los pasillos donde antes resonaba el “¡qué viva el tricolor!”, hoy se arrastra un viejo lagarto de corbata roja que juraba—con la lengua siempre dos pasos adelante de la verdad—tener el apretón de manos del Mandamás del Palacio Chairo. Con aquel cuento llenó alforjas ajenas: cobró anticipos de obras que solo existen en croquis borrosos y repartió cargos como barajas marcadas.
Pero el eco de sus fanfarronadas llegó, inevitable, hasta los corrales charros; y desde ahí vino la orden tajante: corten la cuerda a su amazona— cuyo sueldo mantenía su pantano. La pieza cayó y, con ella, la fachada de respaldo gubernamental.
Hoy el lagarto babea de enojo: endeudado hasta las escamas, sin madrina en nómina y con los sindicalizados que encendió pateando polvo contra la nueva jefa. Su verbo, afilado y ebrio, lo empuja hacia un callejón donde el Operativo Pescador bien podría lanzarle la red… y no precisamente para un brindis. ¿De qué lodo vivirá quien ya hipotecó el agua antes de verla llover?
#SoloProfesionales
Apaguen las luces del Teatro Godínez y guarden el telón: terminó, por fin, la larguísima puesta en escena de la “negociación” entre el gobierno estatal y el sindicato. Un mes (y piquito) de ensayos, discursos con café rancio y promesas “ahora sí todo cambiará”, para rematar con la misma coreografía del año pasado.
La función arrancó con el clásico numerito de “aquí nos esperan, vamos a buscar al Gober para hacer un último esfuerzo”. El comité NO ejecutivo, claro, se escabulló sin delegados (que nunca hacen nada… pero algo hubieran ayudado a la foto). A la cabeza iba Carmen “la mecha corta” Zárate, quien juró que saldría “por seguridad” con toda la tropa, pero terminó colándose sola al Palacio y dejando al resto empolvando la antesala. Ella solita, su alma… y el Gobernador Salomón Jara. Si usted es malpensado, piense lo que quiera: ni el mismísimo Reveriano Chagoya se habría aventado semejante osadía.
Para colmo, días antes la propia Carmen fue cazada en cumbre “secreta” con Juan Rosas, alias “señor Cara de Papa”. Testigos juran que al salir cargaban maletines tan abultados como las “necesidades” de los Godínez. (Risas grabadas, cortesía de la base sindical.)
Y llegó el boletín final: 4.6 % de aumento al sueldo base y 3.5 % a la previsión social múltiple —calcaditos del convenio 2024—; $128 pesos extra al mes en prestaciones, $250 al año (ni para el chesco premium). También autorizaron tres cadenas escalafonarias de 35 plazas cada una en los niveles 11 A, 12 A y 13 C (suman 105), y como “gran logro”, 35 nuevas bases.
Aquí el aplauso se quedó atorado, porque el infame Decreto 24 ya había arrebatado 1 344 plazas de base. Quitarle a miles para devolver treinta y cinco es como empeñar el coche y recuperar sólo la llanta de refacción. Que alguien nos explique, diría aquel personaje de Derbez.
La frustración acumulada explotó donde mejor se brinda. En el desayuno de las mamás burócratas hubo reclamos directos al Gober; pero fue en la pachanga del jueves de “Día del Padre” donde el grito de “¡Fuera Jara!” tronó más fuerte que la banda. Entre el calor de copas y el sudor de nómina el comité huyó por piernas, no fuera a terminar de piñata sindical.
Ahora viene el receso vacacional: quizá el mezcal o las olas del Atoyac calmen los ánimos. Pero a los 1 344 damnificados del Decreto 24 nadie los ve ni los oye; los dejaron tan solos como oficio en ventanilla a las 3:01 p.m.
Moraleja para el archivo: mientras la mecha sea corta y los maletines largos, el libreto nunca cambia. El año que entra, compre su boleto con tiempo: anuncian otra “negociación histórica”… con el mismo final de siempre.
Esta semana, nos comparten nuestro reportero Flechador del Sol, algo sobre la feria del mezcal sin mezcaleros, que tiene como resultado un negocio personal disfrazado de tradición en Huajuapan.
Se trata de la cuarta edición de la Feria del Mezcal de la Mixteca, misma que fue inaugurada el pasado viernes en esa ciudad que ha encendido más alarmas que aplausos. Aunque el gobierno municipal, encabezado por el presidente Luis “Chupón” Martínez, presume la participación de más de 40 “mezcaleros”, el evento está marcado por la opacidad, la simulación y, según testimonios recogidos en el lugar, un claro conflicto de interés.
La feria fue organizada por una mezcla desconcertante de regidurías: Turismo, Cultura y Deportes; Derechos Humanos, Igualdad de Género y Participación Ciudadana; y Desarrollo Económico. La pregunta es inevitable: ¿qué papel juega la regiduría de Derechos Humanos en un evento centrado en bebidas alcohólicas? La respuesta, según fuentes internas, es simple: obedecer al presidente y asegurar la promoción de un producto que, en realidad, a él le pertenece.
Nos asegura nuestro reportero que contrario al discurso oficial, en esta feria no participan los verdaderos productores de mezcal de la región. Nombres como Don Ángel Guerrero (Rancho Dolores), Dos Coyotes (Cuyotepeji), Cuadra Solís (del empresario Solís) o el reconocido Viejo Manuelón —todos con trayectoria, premios y arraigo— brillan por su ausencia.
Lo que hay en realidad son revendedores, y apenas tres marcas que pretenden representar a la región: Mezcal Mayoral, Magia de Sabores y Bien Eterno. Ninguna de estas destila en la Mixteca. Todas maquilan en los Valles Centrales de Oaxaca. No hay producción local. No hay trazabilidad. No hay certeza sanitaria. Solo etiquetas.
En realidad se trata de un negocio disfrazado de feria. La verdadera estructura detrás del evento es más preocupante. Testimonios recogidos por nuestro reportero en la mixteca, señalan que, en años anteriores, el presidente municipal introdujo su propio mezcal a cada uno de los eventos que el desarrollaba, con nombres que cambiaban cada año: “León Mixteco”, “León de Huajuapan”, entre otros. Ninguno contaba con registro sanitario, certificación ni control de calidad. Era, según los mismos expositores, mezcal a granel embotellado al vapor.
Este año, el mandatario habría optado por un esquema más encubierto: condicionó a los participantes a comprar su producto a granel con un proveedor de los Valles Centrales. La orden fue clara: adquieran su mezcal, embotéllenlo con el nombre que quieran y véndanlo al precio que quieran. Todo sin etiquetado legal, sin sanitización de botellas, y sin verificación de calidad. En pocas palabras: mezcal clandestino promovido desde la presidencia municipal.
Uno de los mezcales vendidos en la feria, según un experto consultado, tenía sabor a plástico, señal de que fue almacenado inadecuadamente y se contaminó por exposición al calor o por envases de baja calidad. Las consecuencias pueden ser desde intoxicaciones leves hasta riesgos graves para la salud.
En Huajuapan no existe un Consejo Regulador del Mezcal ni mecanismos institucionales que verifiquen el cumplimiento de las normas oficiales. Eso permite que en ferias como esta, cualquiera pueda vender cualquier cosa bajo el nombre de “mezcal artesanal”, sin responder a los estándares establecidos por la NOM-070-SCFI-2016, ni ante Cofepris, ni ante nadie.
Esto representa un riesgo para la salud pública, una burla para los verdaderos productores de mezcal, y un agravio a los consumidores, que acuden al evento creyendo que están apoyando lo local y artesanal, cuando en realidad están financiando una red de reventa, simulación y probable extorsión.
Cuis “Chupón” Martínez ha hecho de su gusto por el mezcal no solo una marca personal, sino un negocio político. Lo que debería ser una feria para promover la producción, dignificar el trabajo del campo y posicionar a la Mixteca en el mapa mezcalero, se ha convertido en un escaparate para sus intereses personales, disfrazados de tradición.
En lugar de impulsar políticas de desarrollo para los pequeños productores, el presidente se ha centrado en monetizar su afición. Su administración no ha creado ninguna ruta de apoyo real para los productores locales, ni mecanismos de verificación, ni programas de certificación. Solo feria, fiesta y fachada.
Huajuapan no merece un evento plagado de simulación, sino una feria que celebre lo auténtico. Y sobre todo, merece un gobierno que no convierta cada celebración en una oportunidad de negocio privado.
Por si fuera poco, al presidente se le ocurrió poner a la primera dama, a María Teresa Ituarte Contreras, como comercializadora y distribuidora del mezcal “Bendito Huajuapan”.
Además, el presidente metió a empleadas del ayuntamiento como vendedoras y distribuidoras de mezcal. Ahora resulta que el director de la casa de la cultura, también es mezcalero. El es Ehecatl Pablo Montes Victoria, vende el mezcal “Bieneterno”, además es productor y embotellador.
Aquí otro ejemplo, el hermano del presidente Chupón, José Ignacio Martínez Maza, también es Comercializador y Distribuidor del mezcal de Sto. Domingo Tepuxtepec.
Si echamos un recorrido por los expendios de este producto en la feria, la mayoría de ellos tienen cargos en el municipio.
Aquí nos deja nuestro reportero una lista de los participantes, que de la noche a la mañana se convirtieron en empresarios, comenzando con los familiares del presidente Chupón:
La publicidad del ayuntamiento de Huajuapan dice que al mezcal se le honra, que es sagrado, que es de los dioses, que cura el susto, el espanto y hasta la mala vibra. Pero hay quienes lo usan para curarse de la responsabilidad.
Muchos políticos —que se autoproclaman líderes— no pueden ver una botella de mezcal sin querer hacerle una feria, una cata, un brindis público o una borrachera privada o hasta pública. Y lo disfrazan de promoción cultural, de impulso económico o de “identidad huajuapeña”. Pero seamos honestos, dice nuestro reportero: lo que están promoviendo no es desarrollo, es la adicción del presidente.
Cuando el gusto personal se convierte en política pública, algo huele a etanol y no precisamente artesanal.
Un verdadero líder, en teoría, debe controlarse a sí mismo antes de pretender controlar a un pueblo. Un líder no se deja arrastrar por sus impulsos, no se esconde en la neblina del mezcal cada que las cosas se complican. Pero en la práctica, vemos lo contrario: al mandatario de Huajuapan con vaso en mano, que hacen de cada evento un pretexto para empinar el codo, como si gobernar fuera una cantina con micrófono.
El problema no es el mezcal. El problema es usar el mezcal para evadir decisiones, disfrazar ineficiencias o justificar gastos públicos. Organizan ferias sin planeación, sin impacto real, sin cuidar que el beneficio llegue a los productores, pero eso sí, ellos salen en todas las fotos con su carrizo de alcohol en la mano.
Lo malo de Huajuapan es que el pueblo le aplaude, toma y olvida.
Si un político no puede gobernar sin tomar, no está gobernando: está bebiendo a nuestra salud. Y un bebedor empedernido podrá ser simpático, pero jamás será un líder confiable.
Porque liderar no es embriagar. Liderar es mantener el juicio cuando otros ya lo han perdido. Y si el mezcal se convierte en el centro de su gestión, entonces no tenemos un gobierno: tenemos una cruda institucional.
Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:
En política, lo único constante es que las alianzas cambian al ritmo de las circunstancias.