Trastornos depresivos de mayor prevalencia en adultos mayores: SSO

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Durante la vejez ocurren una serie de factores que favorecen la aparición de trastornos mentales, siendo la depresión, la demencia y el delirium las causas que más afectan a las personas mayores de 65 años de edad.

En el marco de conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre, y bajo el lema “La Salud Mental y el Adulto Mayor”, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) brindan atención médica y psicológica con énfasis en este sector de la población, además de informar y sensibilizar a los familiares para detectar cambios en el estado de ánimo o cognición.

Así lo advirtió en entrevista la coordinadora estatal del programa, Ana Laura Solís Martínez, quien explicó que las alteraciones depresivas ocupan el primer lugar en cuanto a frecuencia dentro de las enfermedades que aquejan a los ancianos, registrándose en un 30 por ciento y afectando principalmente a las mujeres.

Destacó que el riesgo de atentar contra la vida existe en las depresiones de cualquier edad, pero se incrementa en la senectud, “anualmente se registran aproximadamente 140 suicidios, de los cuales el 29 por ciento son de personas adultas mayores, sobre todo en los varones viudos”.

Detalló  que dentro de los factores de riesgo se encuentra la pérdida de salud (propia del paso de los años) lo que condiciona al deterioro funcional con tendencia a la dependencia física y pérdida de autonomía, la presencia de enfermedades crónicas, el fallecimiento de familiares o seres queridos, disminución de la capacidad económica y pérdida de roles en el hogar.

Agregó que entre los síntomas se pueden percibir: pérdida de peso por falta de apetito, insomnio o la aparición de ideas delirantes y en los cuadros graves verdaderos o psicóticos.

Explicó que la demencia senil se caracteriza por una disminución en la capacidad de la memoria de carácter progresivo, “el proceso de envejecimiento conduce a un deterioro de las células cerebrales, lo que provoca fatiga, complicaciones relacionadas con el equilibrio y problemas para recordar cosas” resaltó.

Dijo que luego de los 85 años, dicha enfermedad afecta hasta un 50 por ciento de personas, y la mayoría requiere cuidados por parte de la familia o profesionales, ya que se caracteriza por disminuir la calidad de vida en forma notable, presentando olvido creciente, confusión con fechas, horas y lugares, dificultad para concentrarse así como cambios de personalidad.

Recomendó actividades como: Intentar que  haga todo lo que pueda por sí mismo pero siempre bajo supervisión, ponerles actividades para sentirse útiles, pasar momentos recreativos con ellos,  fijar horarios y rutinas para que el anciano se desoriente lo menos posible, colocar siempre en el mismo lugar las cosas que utilice.

Además, ubicar calendarios y relojes en lugares muy visibles para que le resulte más fácil orientarse, identificar las habitaciones con dibujos o imágenes sencillas en las puertas, no dejar al alcance sustancias u objetos peligrosos, utilizar platos, vasos de plástico y evitar los cubiertos cortantes o punzantes.

Finalmente exhortó a los familiares que viven con algún adulto mayor tener paciencia y tratar de entenderlos, “debemos otorgarles el mayor tiempo posible y con calidad, hacerlos sentir parte importante de nuestras vidas, consentirlos y apapacharlos”.