Protestas, lectura de mano y hasta trenzas se venden en el zócalo de Oaxaca

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Aquí, conviven los más y los menos. Son unas cinco cuadras a la redonda. El frío cala poco. Turistas admirados por la fachada de la catedral dejan por momentos de lado las casas de campaña que han instalado nuevamente los maestros.

Una humentante olla de tamales da la bienvenida a la Plaza de la Constitución sobre Avenida Independencia, en donde sillas de aluminio anuncian el cierre del paso.

Un árbol gigantesco se ubica frente a Catedral donde uno que otro visitante se toma una selfie desde ahí en las jardineras abarrotadas de noche buenas lucen como nunca, aunque las huellas del enmancillamiento a la cantera sigan pesentes.

Desde la sombra de uno de los árboles, tres mujeres planean su día de trabajo. Como policías acechan a sus presas para ofrecer la lectura de mano. En una jardinera un joven ofrece trenzas mientras ” La Llorona” es inrepretada desde uno de los portales por un flautista.

A unos pasos, las casas de campaña empañan el ambiente navideño, son lo maestros quienes nuevamente han arribado al zócalo de la ciudad.

En la plancha de la Plaza de la Constitución, la pista de hielo que aparecía cada año se esfumó.

Las huellas del maltrato de la vejación a estas calles emblemáticas son visibles, el olor fétido no se ha ido, permanece; el cloro, detergente, escobas y cepillos no han logrado retirar el daño.

Sobre Flores Magón, el paso a los ambulantes ha sido cerrado, en el Mercado 20 de Noviembre el hermetismo se hace presente disfrazado de normalidad.

Libertad-Oaxaca.info/Carina García