Monte Albán, la reapertura de nuestro Patrimonio Cultural de la Humanidad: Francisco Ángel Maldonado Martínez*

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Monte Albán fue la metrópoli de la cultura zapoteca desde el año 500 antes de Cristo hasta aproximadamente el año 850 después de Cristo. En este periodo de tiempo, se consolidó como un fuerte Estado precolombino, rector de grandes extensiones territoriales sobre las que impuso su cultura y dominio. Debemos a grandes arqueólogos como Leopoldo Batres, que fue el primero; Alfonso Caso, Ignacio Bernal y Jorge Acosta, conocer lo que sucedió en este centro de poder político, religioso y militar hace siglos. Gracias al trabajo de estos hombres ilustres, a principios del siglo pasado, se ha demostrado que en Monte Albán habitó una población de diferentes estratos sociales; la población principalmente se dedicaba a la creación artesanal, eran excelentes alfareros y orfebres. Monte Albán era el gran centro político, administrativo y residencial y es, sin duda, el primer antecedente de lo que hoy constituye Oaxaca.

El doctor Alfonso Caso fue responsable de 18 temporadas de excavación en Monte Albán que iniciaron en 1931. Esta ardua labor le permitió al equipo que encabezaba restaurar la mayoría de los edificios que integran la Plaza Principal, visibilizando las plataformas, los templos, los palacios, los juegos de pelota, 172 tumbas y 300 entierros. La riqueza infinita encontrada en estos sepulcros, entre ellos la sorprendente Tumba 7, le permitió establecer la secuencia cronológica de lo que sucedió en los Valles Centrales incluso antes de nuestra era y por tanto antes del estudio de lo que objetivamente lleva el nombre de historia. Con Monte Albán se descubrió un Oaxaca mítico, sublime, de historias que solo podemos concebir mediante la imaginación, pero que tienen referentes concretos en el legado que fue descubierto y restaurado.

La gran importancia de Monte Albán trasciende las fronteras de Oaxaca y de México. Por ello y considerando sus valores culturales, arqueológicos, artísticos, arquitectónicos y religiosos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró el 11 de diciembre de 1987 a la Zona de Monumentos Arqueológicos de Monte Albán como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Por cierto, una honrosa denominación que comparte con el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca. Esta denominación es un gran honor, pero también conlleva una gran responsabilidad. De ahí que Monte Albán sea uno de los baluartes de nuestra identidad, al que se debe proteger y conservar para el conocimiento y esparcimiento cultural de las futuras generaciones.

Esta semana y luego de haber permanecido ocho meses cerrado debido a la contingencia por la pandemia a causa del Covid-19, el Gobernador Alejandro Murat Hinojosa y el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto, acudieron a Monte Albán, para arrancar su reapertura con todas las medidas sanitarias y protocolos correspondientes para el cuidado de la salud. A partir de ahora, esta zona arqueológica emblemática abre sus puertas de la mano con un protocolo diseñado por el INAH. Es un acto de responsabilidad y además, hay que decirlo, es un respiro para el turismo nacional e internacional que visita Oaxaca y que en los últimos meses no pudo conocer esta maravilla de nuestro pasado.

El Gobernador Alejandro Murat señaló: “Hoy reabrimos Monte Albán al público para que las y los oaxaqueños, así como los visitantes nacionales y extranjeros puedan disfrutar de nuestros monumentos históricos, bajo estrictas medidas sanitarias”. Junto a Monte Albán, está en marcha la reapertura del Centro Cultural Santo Domingo y el Museo de las Culturas de Oaxaca, que son los espacios más importantes de la Ciudad de Oaxaca. En Monte Albán, solo se permitirá un aforo de cien personas de manera simultánea, para un máximo de 400 visitantes por día. El horario se mantiene de lunes a domingo, en horario de 10:00 a 16:00 horas. Es obligatorio el uso del cubrebocas durante el tiempo de estancia; lavar frecuentemente las manos o desinfectándolas con gel antibacterial; así como mantener la distancia segura entre cada persona.

Monte Albán, cuyo significado parece ser “Cerro del Jaguar”, fue la primera ciudad de las Américas y no ha dejado de ser una ciudad sagrada que desde sus inicios dejó ver toda su fuerza y poder. A través de sus edificios se ha podido interpretar un pasado que no tiene registro, como sucede con los hechos históricos, a partir de documentos manuscritos. Reconstruir lo que sucedió en la cúspide que flanquea a la ciudad de Oaxaca y que tiene una ubicación estratégica, cerca de Atzompa, otro importante centro ceremonial, ha sido una de las fascinaciones arqueológicas de algunas de las mentes más brillantes de México y el extranjero. Por ello es tan relevante la reapertura que esta semana tuvo lugar, pues nuestro Patrimonio Cultural de la Humanidad vuelve a ser un punto de encuentro, no solo para los estudiosos, sino para el público en general. Largos meses también nos distanciaron de los sitios emblemáticos de nuestro país, pero hoy hay un proceso de reapertura que, con base en las medidas de seguridad, beneficia a todos.

Además de la sala dedicada a las culturas de Oaxaca en el Museo Nacional de Antropología de Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México, donde se encuentra la famosa Máscara del Dios Murciélago, que fue hallada en Monte Albán, no hay otro punto en la geografía mexicana que resguarde tantos tesoros como Monte Albán. La reapertura de nuestra zona arqueológica implica un gran compromiso, y de ahí la relevancia de que nuestro Gobernador haya acompañado su arranque. Este compromiso debería extenderse a todos los ámbitos de la vida social de Oaxaca en una temporada invernal que prácticamente ya comenzó. Guardar los equilibrios en el proceso de reapertura es fundamental, se debe anteponer la salud, pero también es innegable la necesidad de que las actividades económicas sigan su curso, pues de ello depende el ingreso de miles de familias oaxaqueñas.

En tanto se implemente una vacuna, dependemos del autocuidado. Hoy en Oaxaca se dan pasos en firme, reconociendo el valor de nuestros símbolos y la importancia de mantener abierto nuestro patrimonio al mundo entero. Con Monte Albán, Oaxaca nuevamente se proyecta al mundo.

@pacoangelm