Lavadero Político (especial Entre la carne y el alma) 28/11/21

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Estimados amigas y amigos ciberlectores, en esta ocasión la columna estará dedicada al Dr. Roberto Molina, fundador de los portales Libertad-Oaxaca.info y Viral-Noticias; además, creador de Lavadero Político.

Antes de iniciar, les informamos a todos nuestros lectores, esos que, con ansias, domingo a domingo esperan la información y datos que manejamos en esta columna, así como a nuestra clase política, que solo por hoy se salvaron, pero la semana siguiente, el próximo domingo, daremos a conocer, como siempre, datos relevantes que van a poner a temblar a muchos. Prepárense que, sobre aviso, no hay engaño.

Si están listos comenzamos.

Roberto Molina, durante muchos años tuvo un sueño, escribir una novela que traía armada solo en su mente. El nombre del personaje principal lo tenía claro: Miguel Ángel Estrada. A sus amigos cercanos siempre les contaba con entusiasmo que sería escritor. Les describía los escenarios y algunos diálogos de esa obra. Varios no le creyeron, pensaron que era una broma. Otros, preguntaban cuándo la publicaría, y su respuesta siempre fue —“tú aguanta, te va a gustar y me la vas a comprar”—.

Los pacientes, las cirugías y la política siempre ocuparon gran parte de su tiempo, pero en el 2020 llegó la pandemia y lo obligó a encerrarse en casa como muchos de nosotros. Mientras unos aprovecharon su tiempo haciendo ejercicio, manualidades, aprendiendo a cocinar, ver películas o ponerse de mal humor por el encierro, él aprovechó ese tiempo para empezar a redactar su obra literaria “Entre la carne y el alma”.

Fueron poco más de siete meses lo que le llevó en plasmar en el papel, la vida de los personajes e historia que durante muchos años había estructurado en su privilegiada mente. Todos los días después de bañarse y desayunar, se dirigía a su consultorio donde se encerraba para leer un poco, investigar ciertos conceptos en materias que no dominaba, darle forma a cada uno de sus personajes, y tener listo a las 8 de la noche, el avance de los capítulos que tenía que entregar.

En el mes de septiembre del 2020, llamó por teléfono a sus amigos más cercanos, a quienes les contó emocionado que por fin había concluido los 26 capítulos que componían su obra literaria y que pronto saldría a la luz. En seis meses había acabado la primera etapa. Roberto había cumplido con el tiempo que se trazó. Se dio unas semanas libres antes de seguir con la siguiente etapa: la primera revisión con sus editores.

Estaba muy emocionado, tanto, que ya tenía el título de la obra, es más, a su sobrino Arturo Cortés, le encargó hacer una pintura para su propuesta de portada. Le dijo las características y cada detalle que llevaría. Una mujer de espaldas viendo hacía el espejo, pero sin que se le distinguiera el rostro. En ese momento nadie entendía el motivo. Roberto Molina, aun sabiendo que esas propuestas estarían a consideración de la casa editorial donde publicaría su primera novela, quería involucrarse en cada detalle.

Desafortunadamente sus planes se vieron truncados. En la reunión a la que acudió, un “amigo”, lo contagió de Covid-19. Ese viaje marcó su destino final. Comenzaron los síntomas, y con ello la incertidumbre. Los primeros días se mantuvo positivo y continuaba hablando de lo que sería su obra literaria. Imaginaba cómo la presentaría, a quienes buscaría para que lo ayudaran a difundirla: echar mano de los amigos, decía. Dio nombres, detalles de lo que planeaba hacer una vez que se recuperara. Sin embargo, este virus atacó fuerte a sus pulmones. Antes de partir al hospital para que lo intubaran, dio instrucciones: una de ellas, que se publicara su obra y que sus editores ya sabían qué hacer. El sábado 17 de octubre de 2020, solo le dio tiempo de despedirse de su familia y enviar unos mensajes —“prometo regresar, voy a luchar, tu aguanta, si no vuelvo no te preocupes, está pendiente mi novela”—.

La mañana del 3 de noviembre del 2020, el virus le ganó la batalla, en ese momento sus sueños de publicar su novela se vieron truncados. Lejos quedaban esas charlas donde entusiasmado preguntaba, —“¿cuántos libros me vas a comprar?, me vas diciendo para apartártelos”—. Alguien conocedor del mundo literario le había dicho que los libros que uno escribe, son hijos y que no se regalan. Y tenía mucha razón, ¿o ustedes regalarían a un hijo?

Hoy 28 de noviembre, tenemos dos motivos al dedicarle esta columna a su creador. La primera, porque cumpliría 51 años y la culminación de los festejos de su cumpleaños, aseguraba que eran del 7 al 28 de noviembre.

El segundo motivo, la presentación de su novela “Entre la carne y el alma”, que el viernes 26, fue dada a conocer, y con ello se hizo realidad su última voluntad.

El anfitrión de la noche fue Roberto Molina y su obra literaria “Entre la carne y el alma”. Fue un reencuentro con sus amigos, quienes lo acompañaron en su vida profesional, médica, académica y política.

Por su puesto que los cócteles y el ensamble Donají, cortesía de Tradición Chagoya, una de las marcas preferidas de mezcal del doctor Molina se hicieron presentes. Y no pudieron faltar los platanitos y las garnachas del restaurante Ancestral. Todo se hizo como si él estuviera dictando desde el cielo lo que quería para el momento que tanto esperó y que ya no pudo presenciar físicamente.

Una reunión en donde vibraron las emociones, pero sin duda, en donde brilló “Entre la carne y el alma” con los mensajes directos al lector. Roberto Molina logra comunicar lo que tantas veces platicó con amigos y cercanos: historias que tienen presente y pasado. En esta ocasión contadas por un joven doctor que se conduce en el marco de la traición, los trastornos y la venganza, logrando emancipar la personalidad de Miguel Ángel Estrada, quien vive una serie de aventuras para lograr llegar al reencuentro esperado.

Roberto Molina, fue la voz del asombro

A Roberto Molina le hizo falta más vida. A sus 50 años de edad se veía publicando su primera obra literaria; a sus 60, se imaginó sentado al calor de una chimenea en Canadá mientras veía caer la nieve y recibía en sus manos la primera mesada que su hija Romina enviaría desde México.

Aunque el destino le puso una jugarreta, Entre La Carne y El Alma, su obra magistral vio por fin la luz un año después de su muerte.

La noche del viernes, el espíritu del médico de “cuerpos y almas” fue invocado.

Su familia, amigos y colaboradores participaron en la presentación. Fue un encuentro con episodios de alegría, pero matizados con una profunda nostalgia.

Rebelde, irónico, alegre pero único, así se presentó el médico anestesiólogo, mediante sus escritos a los que se les dio voz.

Amigos como Javier Villacaña acompañado por su esposa Verónica Quevedo y su hija, la Secretaria de Cultura Karla Villacaña Quevedo; el Maestro Héctor Anuar Mafud; Luz Divina Zárate; Francisco Maldonado; Marco Cuevas; Emilio de Leo; Raúl Castellanos; Alfredo Martínez de Aguilar, quienes, por cierto, llegaron con extrema puntualidad.

Los magistrados Juan Carlos Díaz Carranza, Moisés Molina, y Elías Cortés, que hace unos días tomó protesta.

Los presentadores y comentaristas del libro fueron: Esteban Ascencio, Subdirector de Literatura y Autores de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA; Flavio Sosa, que le guste a quién le guste, es uno de los hombres con conocimiento en este mundo literario (así que no empiecen con sus traumas y fobias); y el Maestro Isidoro Yescas, quien dio muestra que leyó el libro completo.

Amigos del Doctor como Tony Reyes; el Memocrata; Martín Gamboa, Jaqueline Robles, Jesús Loaeza, Raymundo Chagoya y su hermano Pilo, Claudia Ivette Soto Pineda. Ángeles Cabrera, Antonio Álvarez, Ernesto Ruiz, Mario Arturo Mendoza Flores, David Romero y su esposa… La lista es interminable, a cada uno de los asistentes y quienes vieron la transmisión en vivo les damos las gracias.

-Conmueve legado de Roberto Molina-

Plantada a un costado de la fotografía de su padre, Romina, hija del también periodista y columnista, estremeció con sus palabras.

“Les quiero compartir a todos los que están aquí, uno de mis más profundos sueños: llenar los zapatos de mi papá y llegar más alto que él, porque es lo menos que le debo después de todo lo que me dio”.

Abrazada del calor de un suéter, doña Amalia, mamá del médico, escuchaba el reconocimiento que cada uno de los presentes demostraba al legado de su hijo.

La gélida noche transcurría en el Ancestral, uno de los restaurantes favoritos de Roberto Molina; los episodios de nostalgia eran cada vez más presentes.

-El espíritu del Doc es invocado- El espíritu del “Doc” fue invocado por su amigo y luchador social de Oaxaca, Flavio Sosa Villavicencio. “Roberto era un hombre que vivió apasionadamente y deseó ser periodista y ser médico, ser médico y ser político, ser político y ser hombre de poder, sí, hombre de poder, lo conocí como presidente municipal”. El médico escribió siempre de los dolores que aquejan a la sociedad, e intentó escrudiñar en las almas, intentó aliviarlas; era un gran conversador, agregó Flavio Sosa. Atentos, los invitados escuchaban en voz de Isidoro Yescas, sociólogo y escritor, una reseña que hacía de la novela del anestesiólogo.

“Molina es prolífico en detalles y explicaciones sobre el patrimonio histórico de París, escenario principal en donde se desarrolla la trama de su novela”, dijo.

El también periodista de opinión, “desmenuzó” parte de Entre la Carne y El Alma, en donde su principal personaje, Miguel Ángel Estrada, se debate en una batalla.

-El enamoramiento es una etapa de estupidez transitoria: Roberto Molina. Entre las palabras que emitía Isidoro Yescas, el espíritu y la voz de Roberto Molina se hizo presente al citar:

“El enamoramiento es una etapa de estupidez transitoria, de retraso mental temporal, cuando nos enamoramos ponemos en riesgo nuestra vida, el cerebro entonces como mecanismo de defensa bloquea áreas importantes que de no hacerlo nos produciría una descarga tan potente que sería capaz de dejarnos convulsionar”.

De nuevo la voz del médico de “cuerpos y almas” se escuchó:

“Una relación matrimonial o informal es mas duradera y tiene más posibilidades de éxito si se da en el marco de la infidelidad. El enamoramiento afortunadamente tiene fecha de caducidad, a los tres años sus efectos nocivos comienzan su descenso”.

A Roberto Molina se le puede encontrar en miles de frases retomó Karina Gutiérrez representante editorial.

“El ser humano se miente así mismo hasta cuando se mira en el espejo”, citó evocando al hombre quien dio nacimiento al libro y a su reencuentro en esa presentación.

-La voz del asombro se escuchó-

En Oaxaca, la noche, a pesar de los pesares, se mostró alegre y generosa. Leí un poco, y algunos continuaron leyendo, y entonces quedé en silencio… escuché la voz del asombro, escribió entre mayúsculas y minúsculas Esteban Ascencio Gómez, quien es uno de los Fundadores de Laberinto Ediciones, la casa de la obra literaria de Roberto Molina.

Las fotografías del médico colocadas en lugares estratégicos tomaban vida.

“Yo les quiero presentar al autor Roberto; yo lo conocí también una tarde que se me invitó a su lectura. Lo hice con el gusto de siempre, si algo tiene su servidor es que es un lector”.

El libro fue sostenido en lo más alto, Esteban Ascencio hizo de la presentación un círculo de lectura.

Las palabras de Roberto Molina fueron colocadas en las voces de hombres y mujeres, quienes leían parte de su obra.

Los aplausos eran constantes frente el escritor que se vio un día entre la carne y el alma. Un escritor que fue víctima de una pandemia que le arrebató la vida de golpe, pero lo inmortalizó.

Sin duda alguna, Roberto Molina dejó huellas imborrables en su familia, en sus amigos y en mucha gente. La voz de Roberto está su libro “Entre la Carne y el alma”.

Las emociones, los reencuentros, la calidad literaria y los recuerdos que amenazaban con desbordarse, refrendaron la amistad y cariño infinito que se le tenía al creador de cuerpos y almas. Un autor que como ser humano excepcional, practicó siempre la solidaridad y la amistad de una manera espléndida y extraordinaria.

Gracias a esos amigos que, sin dudarlo, ayudaron a cumplir este sueño. Gracias por demostrar que la amistad sigue después de la muerte. Gracias por esa solidaridad.

Y como bien lo dice el Doctor Roberto Molina en una de sus frases del libro: “Cuando sientes amor por alguien, hasta después de muerto deseas que esté bien”.

El reencuentro es un hecho. Roberto Molina seguirá presente en su obra literaria “Entre la Carne y el alma”.

Roberto Molina ya tenía en mente su próxima novela, “Mi madre la bruja perfecta”, pero esta obra trascendió al igual que su alma.

Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector la frase de la semana:

“No sigas caminando hacia el abismo, recuerda que somos víctimas de nuestros propios sueños”. (Roberto Molina + “Entre la carne y el alma”)

Pd. No empiecen con sus gilipolladas de “regálame un libro”, inviertan para que amplíen sus conocimientos, babalukas y trolecillos.

 

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