Hierve el Agua, asoma la riqueza de Oaxaca

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San Isidro Roaguía, San Lorenzo Albarradas, Sierra Mixe, Oaxaca.- Hierve el Agua asoma la riqueza de Oaxaca, deja descubierto su historia, su arquitectura y tradiciones, en la nobleza de su gente, en esos placeres a la vez mundanos y divinos como el chocolate, el mole, el mezcal, sus chapulines y sus tlayudas.

La madre naturaleza no escatimó a la hora de trazar la geografía oaxaqueña, dotándola de imponentes cadenas montañosas, prodigiosas valles, lagunas y paradisiacas playas de Puerto Escondido y Ángel.

Hierve el Agua: el capricho petrificado de Oaxaca,  es un lugar paradisiatico, parte de esa generosa diversidad incluye a Hierve el Agua, un conjunto de cascadas compactadas que parasen haber salido de apropósito de un capricho de la naturaleza y que al mismo tiempo revelan su absoluta sabiduría, de las cuales una de las cascadas mide 30 metros y la segunda, aproximadamente 12 metros.

Esta maravilla se sitúa allá en la Sierra Mixe Oaxaca, en la agencia de San Isidro Roagía, municipio de San Lorenzo Albarradas, localizado a unos 70 kilómetros de la capital de Oaxaca.

El balneario está compuesto de manantiales que brotan de roca calcificada, originando caprichosos dobleces de colores ámbar y ocre.

Cuenta la historia que el Hierve el Agua se formó hace miles de años resultando del escurrimiento de agua con alta concertación de minerales como azufre, calcio y potasio, lo cual permitió que al contacto con el aire en liquido se petrificara.

Al paso de los siglos las cascadas se solidificaron y permanecieron labradas en las Sierra como si el tiempo de detuviera, semejando un cristal derretido que baja por la montaña y permanece inmóvil a la vista.

Narra la historia que las cascadas escurrimientos fosilizados que caen desde la altura, escupiendo una obra de arte natural.

Precisamente el misterio que envuelve a Hierve el Agua lo han hecho objeto de estudio de geólogos, biólogos y arqueólogos que lo reconocen como un lugar posiblemente sagrado para el pueblo zapoteco, sus vestigios arqueológicos han permitido develar diversos aspectos de la cultura y modo de vida de los antiguos habitantes de la región.

El nombre de Hierve el Agua se debe a que el agua que nace de los manantiales está hirviendo pero no por altas temperaturas, sino porque los gases minerales que contiene la hacen desprender burbujas gaseosas y obligan al agua a saltar al exterior del conducto subterráneo de la montaña. De hecho la temperatura del agua fluctúa entre los 22 y 25 grados centígrados, es decir, por debajo del punto de ebullición.

Debido a su alto grado de azufre y calcio, supuestamente estas aguas son medicinales, pues alivian indigestiones, eliminan barros, caspa y enfermedades de la piel, entre otros males.

En 1995 se construyó una alberca artificial de poca profundidad que con el paso de los años se transformó en una pared fosilizada denominada “oro líquido”. Ahí ocurre un fenómeno de ilusión óptica pues al entrar al agua pareciera que se está al borde de un voladero, como si la alberca condujera al vacío.

A lo largo del año Hierve el Agua muestra dos caras opuestas: al encontrarse en el corazón de una imponente sierra, en la temporada de lluvias el paisaje se torna verde y de noviembre a mayo, muy árido.

Y son precisamente sus caprichosas formas las que han dado lugar a diversas leyendas y fábulas. Una de ellas cuenta que en este paraje sagrado se bañaba Condoy, rey de los mixes, para curar sus heridas provocadas en las batallas que sostenía con sus enemigos mixtecos y españoles.

Otra leyenda relata que en la parte norte de la cascada vertical, a la medianoche del 25 de diciembre se oye un cántico de niños y mujeres que entonan una melodía dedicada al Niño Jesús. Sin embargo, la canción sólo puede ser escuchada por aquellas personas que sufren por la pérdida de un padre o uno de sus hijos, lo cual les brinda paz y consuelo.

También se dice que en Año Nuevo la cascada se abre mostrando una enorme caverna llena de riquezas y alimentos encantados, donde las personas pueden elegir entre comer deliciosos manjares que les darán salud y vida eterna o llevar consigo oro y joyas preciosas.

Pero además de su belleza, Hierve el Agua ofrece un espacio de recreación ya que cuenta con un balneario donde se puede nadar, descansar y comer. Además, se rentan cabañas perfectamente equipadas para pasar la noche y sentir toda la energía del lugar.

Hay baños, vestidores, palapas y pequeñas fondas para comer o comprar antojitos. Es posible asimismo hacer un recorrido a pie o en bicicleta por lo que fue el intrincado sistema de riego basado en canales provenientes de manantiales, construido desde hace más de 2 mil 500 años.

Para apreciar todo el espectáculo, es recomendable realizar una caminata por un sendero peatonal de aproximadamente dos kilómetros. Desde las pozas la vista es impresionante y puede admirarse parte del Valle de Tlacolula y la Sierra Mixe.

Hierve el Agua es el sitio ideal para acariciar los sentidos y nutrirse de un aire delicadamente puro; para hacer oda a su esplendor y comprobar que la naturaleza quebranta sus propias reglas.