Alcanza G-20 acuerdo sobre desequilibrios financieros mundiales

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Los ministros de Finanzas del G20 llegaron el sábado en París a un laborioso acuerdo sobre una lista de indicadores destinados a medir los desequilibrios económicos mundiales, tras arduas negociaciones con los países emergentes liderados por China y Brasil.

 

“Hemos llegado a, lo que es importante, un acuerdo del conjunto de los países del G20 para avanzar en la evaluación de la medidas para resolver los desequilibrios mundiales fundada en indicadores económicos”, dijo la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, cuyo país ejerce la presidencia del G20, al final de la reunión.

El acuerdo se alcanzó tras dos días de duras tratativas para superar las reticencias de ciertos países emergentes, encabezados por China y en menor medida Brasil, a la inclusión de determinados indicadores, especialmente las reservas cambiarias, que finalmente no fueron tomadas en cuenta.

El compromiso toma en cuenta en cambio el saldo de la balanza de cuenta corriente, la balanza comercial, así como los tipos cambiarios reales y las políticas fiscales y monetarias, indicó Lagarde.

También, y para medir los desequilibrios internos de los países, se acordó incluir el déficit y deuda públicos de un lado, así como el ahorro privado.

Frente a la complejidad de las discusiones, Lagarde había decidido modificar el programa del sábado para avanzar en otras cuestiones y dejar el espinoso tema de los indicadores para el final de la reunión.

Francia se ha puesto como objetivo principal de su presidencia del G20 la reforma del sistema monetario mundial y una corrección de los desequilibrios mundiales, con la cual se quiere poner fin a la “guerra de divisas” originada por las medidas adoptadas por varios países para impedir la valorización de sus monedas y favorecer sus exportaciones.

Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) siguen este proceso de discusión en el G20 con mucha atención, ya que temen que las potencias desarrolladas quieran recuperar su crecimiento poniendo un freno a la dinámica del mundo emergente.

Según Estados Unidos y otras potencias occidentales, esos desequilibrios tienen como gran responsable a China, que mantiene muy depreciado al yuan y acumula un descomunal excedente en su balanza comercial.

Acordados los indicadores a tener en cuenta, el G20 debería comenzar a discutir objetivos en cifras sobre esos criterios en una reunión a mediados de abril próximo en Washington.

Según explicó Largarde, los ministros del G20 también “debatieron sobre los defectos” del actual sistema monetario internacional y la necesidad de tener un “código de conducta” para regular los flujos de capitales, otro punto que provoca reticencia entre los países emergentes.

Los BRICS están preocupados por esos flujos, disparados por las atractivas tasas de interés de los emergentes y las políticas monetarias expansivas de los desarrollados, pero preferirían por el momento que cada cual tenga libertad para ir manejándolos.

Otro de los puntos que se debatieron en esta ministerial que abrió la presidencia francesa del G20 fue la volatilidad excesiva de los precios de las materias primas, en particular los productos agrícolas y sus derivados financieros y los productos energéticos (petroleros y gasíferos).

“Hubo una gran convergencia de puntos de vista de países desarrollados y emergentes” al considerar que “debemos ir más lejos en la transparencia y el uso de los stocks”, precisó Lagarde, antes de indicar que se trabajará para “mejorar el intercambio de información”.

Brasil y Argentina, grandes exportadores de materias primeras, estarían dispuestos a discutir una mejor regulación de los mercados de materias primas para terminar con la especulación pero rechazan un control de los precios.

AFP