Primera ronda del TLCAN: Luis Octavio Murat

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Ayer se inició la primera Ronda de negociaciones del TLCAN en la que participan, México, Canadá y Estados Unidos. Desde el 16 al 20 de agosto los tres países negociarán modificaciones al Tratado de Libre Comercio. El turno inicial le fue asignado a la Secretaria de Economía encabezada por Idelfonso Guajardo, debido a las reuniones previas y consultas públicas sostenidas con los sectores productivos, organizaciones campesinas, productores agropecuarios, instituciones educativas y académicas, a fin de ir configurando los objetivos que nuestro país se fijado como meta a conseguir.

Anima a nuestra delegación, la prudencia, la experiencia negociadora, el profesionalismo de los funcionarios mexicanos demostrado aquel jueves 13 de junio de 1991 en aquella Primera ronda histórica en la Cumbre de Toronto que dio origen al actual TLCAN. Hoy, después de 26 años se intenta revitalizar al TLCAN para beneficio de los tres países.

26 años han transcurrido desde aquel 13 de junio de 1991 cuando la delegación canadiense encabezada por John Weekes, puso sobre la mesa la primera condición: “Si México quiere que dicho pacto le signifique un estímulo para su crecimiento económico, debe abrir las puertas de manera franca y amplia”, a fin de permitir la inversión extranjera en materia petrolera y en otros sectores que aún tienen control mayoritario del estado y de empresarios mexicanos. Por su parte, el grupo estadounidense se mantuvo como observador, con cautela, reflexivo ante los primeros movimientos de los otros dos integrantes de aquella primera ronda de la Cumbre de Toronto. Las declaraciones primarias y anteriores a la aprobación del “fast track” por parte del Congreso estadounidense fueron de confianza y apoyo hacia México y defendieron con fuerza a su vecino frente a las poderosas embestidas de confederaciones obreras como la AFL-CIO, quienes se opusieron radicalmente al Tratado. Todo ello, teniendo como base los cambios operados por el gobierno del presidente Carlos Salinas.

Para la oposición política canadiense el acuerdo trilateral no significó otra cosa que “la recolonización del hemisferio, y lo que ha sido desastroso para la experiencia canadiense será trágico para México”. La meta de Bush, afirmó John Dillon, del Consejo Ecuménico para la Justicia Económica, es restringir la soberanía de los países involucrados y pulverizar las reglas y normas en materia de inversión extranjera, finanzas, patentes, servicios, agricultura, desarrollo regional y aspectos culturales”, temas estos que el día de ayer abrieron las negociaciones de la Primera ronda solo que 26 años después.

Ayer como antaño, voces, opiniones, críticas y oposiciones se empezaron a escuchar en la Primera ronda de Washington, incluso, negros presagios, como optimistas también reflejan el espíritu de la Primera ronda.

Ha pasado mucho tiempo de aquel inicio del TLC en 1991, han ocurrido cambios importantes en los tres países. En México, el actual gobierno del presidente Enrique Peña Nieto logró que el Congreso aprobara 11 importantes reformas como la energética, la educativa, la de telecomunicaciones y radiodifusión, la de competencia económica, la reforma financiera, la reforma hacendaria, la reforma laboral, las jurídicas, la de política- electoral y la de transparencia.

Reformas que están transformando al país y las cuales sobrepasaron, con mucho, aquella primera condición de la Primera ronda de 1991 de la delegación canadiense en el sentido de abrir las puertas a la inversión energética.

Han cambiado otras situaciones, por ejemplo, la cabeza del gobierno estadounidense, el presidente Donald Trump, carece de la experiencia de gobierno, de la política y del arte de negociar para que todos ganen. Su gobierno se ha caracterizado por lo errático, cambiante, agresivo y ofensivo, lo que ha hecho que el ponerse de acuerdo sea más difícil, por su terquedad de privilegiar la confrontación con los diferentes gobiernos del mundo sin resultados positivos.

No obstante, la situación internacional actual, es importante reconocer que el TLCAN ha permitido más beneficios que perjuicios si tomamos en cuenta que los tres miembros del mismo intercambian cerca de 2,600 millones millones de dólares en productos diariamente, lo cual equivale a 108 millones de dólares por hora, según datos del American Chambers Mexico.

Otro dato importante es que desde su creación el TLCAN hizo posible que los intercambios comerciales entre la trilateral se incrementaran considerablemente, por ejemplo, los valores de las exportaciones se elevaron en un 501% de 1994 al 2015, según datos de la Secretaria de Economía, lo que significó que de 53 mil 138.1 millones de dólares en 1994 pasarán a 319 mil 435.4 millones de dólares en 2015.

Otro dato significativo y que, por cierto, tiene irritado al Presidente Trump es que los intercambios comerciales entre nuestro país y Estados Unidos, solamente el primer año fue negativo para México en el TLC, el resto, los 20 años posteriores México ha vendido más a Estados Unidos de lo que le compra. No así con Canadá, país con el que tenemos una balanza comercial negativa para México en 12 veces y con el mundo en general 19 veces en el periodo de 1994 a 2015.

Hoy como ayer se ha iniciado un reto más para la trilateral en el tratado comercial más importante y poderoso del planeta como lo es el TLCAN al cual hay que modernizar para que todos ganemos, por lo que saber negociar, a fin de avanzar, sin menoscabo de nuestra soberanía, es la clave para continuar “el pesado aserrar de maderos” rumbo al pleno desarrollo.

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