Preocupa a la Iglesia asesinatos y desaparición de mujeres jóvenes | Alfredo Martínez de Aguilar

Print Friendly, PDF & Email

* ¿Por qué raptamos a las personas y les llevamos a los vicios y hundimos en la maldad? ¿Por qué le quitamos la vida y sus pertenencias al hermano? ¿Por qué le quitamos su dignidad y su grandeza? ¿Por qué lo humillamos e insultamos, lo maltratamos y despreciamos?, pregunta el Arzobispo a los oaxaqueños.

* Monseñor Pedro Vázquez Villalobos lamentó que “nos da lo mismo que haya injusticias, que se pisotee la dignidad, que se humille, que se dañe al prójimo. No debe ser, somos comunidad. A Dios le duele la división. Cada día nos dividimos más, hasta en la fe. Aparecen sacerdotes y obispos que no lo son”.

Monseñor Pedro Vázquez Villalobos expresó su preocupación por el creciente número de desapariciones y asesinatos en la espiral de violencia, sangre, dolor y muerte, que viven México y Oaxaca.

No falta razón al Arzobispo de Antequera Oaxaca porque durante los últimos seis años del gobierno de Alejandro Murat ocurrieron 715 feminicidios y mil 994 desaparecidas en el sexenio.

Oaxaca cerró 2022 con más de 120 feminicidios; 31% fueron en el hogar. Ocupa el segundo lugar nacional, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Al respecto, el gobernador Salomón Jara dijo que aunque es respetuoso de las decisiones del Poder Judicial, no está de acuerdo con la resolución del juez en el caso de Juan Antonio Vera Carrizal. Debería mantenerse en prisión hasta que se haga justicia a María Elena Ríos.

A seis días de la desaparición de Andrea Itzel Martínez Castellanos en Suchilquitongo, el Arzobispo lamentó que desaparezcan personas de la noche a la mañana. “Es preocupante que desaparezcan jovencitas y jovencitos”.

En la homilía del III Domingo del Tiempo Ordinario, celebrado anualmente por el Papa Francisco como el domingo de la Palabra de Dios, el Arzobispo, cuestionó desde la Catedral Metropolitana:

“¿Qué ha pasado con los hijos de Dios? ¿Por qué raptamos a las personas? ¿Por qué los llevamos a los vicios? ¿Por qué los hundimos en la maldad? ¿Por qué le quitamos la vida al hermano?”

“¿Por qué le quitamos sus pertenencias? ¿Por qué le quitamos su dignidad y su grandeza? ¿Por qué lo humillamos y lo insultamos y lo maltratamos y lo despreciamos?”, agregó el jerarca católico.

Al reflexionar sobre las causas de la violencia, Monseñor Vázquez Villalobos señaló “algo ha pasado. Algo hemos dejado de hacer. Algo ya no nos preocupa y nos da lo mismo vivir así o vivir de otra forma”.

“Nos da lo mismo que haya injusticias, que se pisotee la dignidad, que se humille, que se dañe al prójimo, no debe ser, somos comunidad. A Dios le duele la división. Cada día nos dividimos más, hasta en la fe”.

“Estamos en la semana de oración por la unidad de los cristianos y ¡Ah! cómo han aparecido religiones por todos lados. En nuestra ciudad han aparecido sacerdotes y obispos que no lo son y han hecho tanto daño”, denunció.

“Algo nos ha faltado a los miembros de la Iglesia Católica que no hemos dado testimonio de comunión. Algo nos ha faltado en cultivar las vocaciones a la vida sacerdotal porque cada día estamos más pobres de sacerdotes”.

El Arzobispo pidió convertirnos sin soberbia, “conviértete de tu soberbia, de tu vanidad, hazte más humilde para que descubras que hay muchos aspectos en tu vida que tienen que ser corregidos”.

“Dios invita a corregirte en la vida, esa es la conversión, a ser mejor, a practicar la virtud, a dominar nuestros defectos, a hacer presente el Reino de Dios y a dar testimonio del Amor Divino, viviendo nosotros el amor”.

A usted lo llamó Nuestro Señor para que lo siguiera, tal vez, en la vida matrimonial, compartiendo la vida con un hombre o una mujer, llamados a colaborar con Dios en la creación, trayendo nuevas vidas al mundo, formando una familia, dejándolo todo, porque usted fue llamado a ser esposo o esposa.

Los llamó para que como esposos le dieran una respuesta y un testimonio y crecieran juntos en las virtudes y se santificaran en el ejercicio de la misericordia, del perdón, de la paciencia, de la comprensión, del diálogo, del amor, de tantas cosas que usted tiene que vivir en su vocación matrimonial.

Explicó que a los discípulos que llamó Jesús les dijo: “voy a hacerlos pescadores de hombres. Pues usted tiene que pescar ahí, en su casa, a sus hijos, a sus seres queridos, un día y otro día, con mucha paciencia, con mucha caridad, con mucha misericordia, con mucha oración”.

“Las cosas de Dios se dificultan y no porque sean difíciles de hacer, sino porque tenemos que luchar, porque el tentador también hace su trabajo. No quiere que estemos cerca de Dios, que cambiemos la vida, no, él quiere que sigamos hundidos en el pecado, en la miseria, en el desorden, en la maldad, alejados de Dios”.

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila