La lucha contra la báscula es el martirio de muchos que ya tienen varios años encima… y kilos también. La figura veinteañera que pensabas conservar por siempre comienza a sufrir cambios al punto que la talla de pantalones que tanto te favorecía ahora no te pasan de las rodillas. Esos rollitos en distintas partes del cuerpo parecen haber llegado para quedarse.
Envejecer y engordar son dos procesos que suelen ir de la mano, aunque algunos expertos afirman que el incremento de peso durante la mediana edad no es en absoluto inevitable. Para solucionarlo, dicen, es necesario encontrar una actividad física que pueda hacerte gastar mucha energía.
Y es que el exceso de peso se relaciona siempre con el metabolismo: el modo en el que nuestro organismo consume energía. Se determina que un metabolismo es lento cuando quema menor cantidad de calorías en reposo de lo considerado normal. También se le llama metabolismo basal.
Al hacernos más viejos, se hace más lento nuestro metabolismo por una cuestión de supervivencia. Las células absorben los alimentos más despacio con tendencia a tomar la grasa, preparando el organismo para contar con una reserva a la cual acudir en caso de que haga falta.
Pero existen otras causas poco conocidas que nos hacen engordar a medida que nuestra edad avanza. Según el servicio de salud público británico (NHS), estas son las principales razones que se ocultan en el aumento de peso que no están relacionadas con nuestro metabolismo.
1. Medicinas
Con los años también llegan los achaques y en ocasiones surgen enfermedades crónicas que nos amarran a medicamentos de por vida. Aumentar de peso es uno de los efectos secundarios más comunes de muchos remedios.
De acuerdo a datos del NHS, las medicinas más comunes que pueden provocar aumento de peso son los antipsicóticos, los esteroides y la insulina, entre otras.
Solución: nunca vayas a obviar las instrucciones de tu médico pero coméntale para que tenga en cuenta otros fármacos.
2. Insomnio
La falta de sueño, aparte de no ser buena para nuestro cerebro tampoco lo es para nuestro peso y en general para nuestra salud. “Existe un vínculo muy fuerte entre la falta de sueño y la ganancia de peso”, asegura el doctor Neil Stanley, experto del sueño en el hospital universitario de Norfolk y Norwich (Inglaterra).
Entre más viejos nos hacemos tendemos a reducir nuestro tiempo de sueño, por lo que las probabilidades de subir de peso son mayores, advierten desde el NHS.
Solución: procura dormir más. El doctor Stanley sostiene que “dormir es vital para nuestra salud física y mental”.
3. Televisión
Ya sea porque nos gusta o porque nuestra salud nos impide llevar una vida físicamente activa, estar pegados a la pantalla del televisor contribuye al sedentarismo. Según estudios avalados por el NHS, al permanecer demasiado tiempo viendo televisión muchas veces terminamos consumiendo calorías innecesarias.
La nutricionista del NHS Anna Suckling señala: “La gente a menudo descubre que, mientras está sentada frente al televisor, toma alimentos con muchas calorías como las patatas fritas y el chocolate”.
Solución: evita pasar demasiado tiempo frente al televisor. Busca otras actividades que impliquen algo de actividad física.
4. Estrés
Entre más nos hacemos mayores los compromisos también aumentan. Tenemos más preocupaciones y en consecuencia se elevan nuestros niveles de estrés. Una manera muy común de contrarrestar esta situación es consumir más alimentos de lo necesario.
Tomar refrigerios azucarados sube el ánimo y aporta energía adicional pero cuando lo hacemos con frecuencia puede resultar fatal para nuestro organismo.
Solución: aparte de tratar de suprimir lo que te estresa, prepara refrigerios saludables y procura hacer algo de ejercicio, aconseja la nutricionista Suckling.
Otras razones ya más conocidas y vinculadas al metabolismo son la pérdida de masa muscular, la disfunción hormonal y el incremento en los niveles de azúcar en la sangre.
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