Un nuevo escándalo envuelve al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Esta semana, la prensa local reveló que la modelo marroquí Karima Keyek, hoy de 18 años, asistió a una serie de fiestas en la villa del jefe de gobierno, en las afueras de Milán, donde fue testigo de juegos sexuales grupales. Según la joven, diferentes modelos recibían casi US$ 7 mil por ir a las reuniones. Además, según su versión, el primer ministro ofreció regalarle un vehículo Audi durante los encuentros.
De acuerdo con el relato de Keyek, quien se autodenomina “Ruby”, Berlusconi llamaba a esos encuentros “fiestas bunga-bunga”. Ella habría asistido en tres ocasiones, cuando tenía 17 años. Las dos primeras fue sólo a cenar, pero en la tercera se quedó a dormir. Según su versión, ha recibido del jefe de gobierno más de US$ 200 mil. Los abogados del primer ministro niegan rotundamente que él haya tenido relaciones sexuales con la menor.
“Ruby” se fugó de su casa y ha pasado por diferentes comisarías y centros de menores, por no tener papeles ni hogar fijo. La prensa local reveló que se gana la vida bailando en discotecas.
Las supuestas experiencias en la villa de Berlusconi fueron dadas a conocer por la modelo a magistrados de Milán, luego de que en mayo pasado fuera detenida por robar joyas y dinero. Los dichos de la joven se dieron a conocer luego de que se desatara otro escándalo relacionado con su figura. Según reveló la prensa italiana, tras su arresto, un hombre cercano al primer ministro llamó entonces a los oficiales a cargo de la joven para pedir que fuera liberada, por lo que fue acusado de abuso de poder. Los policías confirmaron la llamada.
Al ser consultado ayer sobre el escándalo, el primer ministro italiano negó haber realizado la llamada, pero después dijo que sólo quería ayudar a la joven, ya que le habían relatado que tenía una historia trágica. Por eso, según su versión, se encargó de que Keyek fuera trasladada a un centro de ayuda. Respecto de la presencia de la adolescente en fiestas de su villa, el jefe de gobierno dijo que son “mentiras colosales”. Berlusconi dijo que su trabajo es tan agotador, que necesita “una tarde de relax para liberar la mente de todas las preocupaciones”. Además, señaló que es un “anfitrión alegre y lleno de vida”, que ama la vida y a las mujeres.
“Renuncia”
El escándalo de la marroquí ha sido calificado por la prensa italiana como “Rubygate” y ha llevado a la oposición del país a pedir la dimisión de su cargo como premier. Dario Franceschini, miembro de la principal fuerza opositora, el Partido Democrático, sostuvo que “en cualquier otro país, un primer ministro que telefonea a una estación de policía (para intervenir en un caso criminal) inmeditamente tendría que renunciar”.
Agencias
