¿Gobierno del cambio?: Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

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Ya ha pasado un año desde que entraron en funciones las nuevas autoridades estatales, tenemos un año con un gobernador que no es de extracción tricolor, ¿esto se ha traducido en un mayor bienestar para los oaxaqueños? La respuesta es un contundente no. Oaxaca sigue siendo la misma entidad pobre, marginada, desigual y subdesarrollada de siempre. Los mismos problemas del pasado, las mismas quejas por parte de la ciudadanía, nada es diferente. Existe, entre la mayor parte de los oaxaqueños, un desencanto con el actual gobierno, ya que parece tan ineficiente como los anteriores, generando la impresión de que nada ha cambiado –quizás exagero, ya en la capital tenemos un Walmart y Suburbia.

Las autoridades pueden decir que apenas es el primer año, pero ¿cuánto tiempo más debe pasar? Los pronósticos no son buenos, de seguir la trayectoria tomada, este será un sexenio más de fracasos, mal uso de recursos e ineptitudes. El gobierno puede contribuir a perpetuar la miseria y el atraso en Oaxaca. Espero equivocarme y que las autoridades con sus acciones demuestren lo contrario y cinco años después en Oaxaca se hayan logrado resolver la mayor parte de los problemas estructurales o por lo menos poner las bases para resolverlos.

Todavía no se tienen indicadores precisos para evaluar a la actual administración; no obstante, podemos aproximarnos. En primera instancia, se demostró que en la anterior administración hubo malos manejos de los recursos públicos, se realizó mucha promoción en torno a la captura y encarcelamiento de los autores, el resultado: ningún funcionario importante ha sido sometido a la justicia y el caso conforme pasa el tiempo se olvida. En segunda instancia, el gobierno actual realizó un subejercicio de los recursos que le fueron asignados por la federación para 2011, algo así como 25 mil millones de pesos, dichos  recursos ya asignados no fueron utilizados. Las incompetentes autoridades están buscando en este momento extender el plazo para su uso en los primeros meses del 2012.

Aprovecho para aclararle que no necesariamente más recursos públicos significan una mejora un nuestro bienestar, todo lo contrario, en un estado como Oaxaca, caracterizado por el desvío de los mismos, puede significar un incremento en la desigualdad y la promoción de los grupos de búsqueda de rentas que han detenido el progreso en la entidad (sección XXII, sindicatos universitarios, sindicatos gubernamentales, organizaciones campesinas, organizaciones empresariales y un largo etcétera). Lo anterior, porque para este 2012, el gobierno estatal recibirá 63 mil millones de pesos de la federación, 8.1% más que en 2011.

Otro indicador del fracaso en la gestión actual tiene que ver con la constante inestabilidad que se vive en la entidad, particularmente en la capital. Los bloqueos de los diferentes grupos de búsqueda de rentas ponen en evidencia que las promesas de campaña se quedaron en el baúl de los recuerdos y que somos sujetos del engaño. La mayor parte de estos grupos no buscan el bienestar común, sino obtener una parte de los recursos que la federación envía a la entidad, vale decir que los que militan en estos grupos son los que menos obtienen y los que más obtienen son sus líderes, que rápidamente se convierten en nuevos ricos. Lo que no forman parte de estos grupos, la mayoría, cada día se empobrece más.

La eliminación o por lo menos control de estos grupos es la principal tarea del actual gobierno, debe anular los incentivos que permiten su existencia. Una forma consiste en hacer más transparente y honesta la función pública, actuar de cara a la ciudadanía, más allá de los discursos. Se debe frenar la influencia de los enemigos del progreso en la entidad. La tarea más importante en este sentido, consiste en reducir el poder de la sección XXII y de sus líderes, promover el Estado de derecho en la entidad, sin importar el costo político.

Pero la anterior tarea resulta imposible si varios miembros destacados del gabinete han sido sorprendidos mintiendo, robando o bien realizando acciones que son contrarias al marco legal establecido. Un ejemplo, al inicio del sexenio, la persona nombrada como secretario de economía presentó una cedula profesional falsa, un delito sumamente grave que no amerita perdón. El cambio implica tener a los mejores hombres y mujeres en los puestos públicos, no a los mismos de siempre. Le propongo al actual gobernador que cualquier evidencia de corrupción e ineptitud por parte de un miembro de su administración sea motivo de separación y castigada con la cárcel.

En Oaxaca, los políticos y gobernantes exitosos (aquellos que roban la mayor parte de recursos públicos y elevan su bienestar personal), han logrado, junto con diversos grupos de búsqueda de rentas, situarnos en el nada honroso primer lugar nacional en materia de incompetencia económica, el primero en número de personas en pobreza, en los tres primeros en desigualdad, el primero en incompetencia educativa, en los tres primeros en inestabilidad política municipal, en suma anclarnos en el atraso y la miseria.    

Aun año de iniciada la administración proveniente de la Alianza por la Paz y el Progreso de Oaxaca, los saldos son negativos, a pesar de que se haya incrementado el gasto en programas asistencialistas (becas, apoyo a adultos mayores, útiles escolares, uniformes, caravanas de la salud, cocinas comunitarias, entre otros), los problemas estructurales persisten y poco se ha hecho para remediarlos.

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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)