Ganó la democracia, el INE y la ciudadanía | Alfredo Martínez de Aguilar

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* Es innegable y categórico que si hay elecciones limpias, hay democracia. Y los resultados deben ser reconocidos y aceptados como lo hizo Armando Guadiana, candidato de Morena en Coahuila.

* Además, solo la democracia permite mantener el equilibrio y permanencia de los contrapesos constitucionales de la división de poderes para evitar el autoritarismo, la autocracia y la dictadura.

 

El resultado de las elecciones en Coahuila y el Estado de México ratifican una gran enseñanza y confirman la trascendente lección de vida: los comicios evalúan a los gobiernos y a los ciudadanos.

Una vez más ganó la gateante democracia mexicana, el eficaz funcionamiento del Instituto Nacional Electoral (INE), y, sobre todo, la paz social, pese a la reducida participación ciudadana.

Dos horas después de cerradas las casillas ofrece los resultados del conteo rápido. Si algo se hace bien en México son las elecciones. Por eso es insensato dinamitar leyes e instituciones electorales.

Es innegable y categórico que si hay elecciones limpias, hay democracia. Y los resultados deben ser reconocidos y aceptados como lo hizo Armando Guadiana, candidato de Morena en Coahuila.

El triunfo paritario de la coalición PAN, PRI, PRD, con Manolo Jiménez en Coahuila y Morena, PT, PVEM, con Delfina Gómez en el Estado de México, confirma que en la democracia cabemos todos.

Además, solo la democracia permite mantener el equilibrio y permanencia de los contrapesos constitucionales de la división de poderes para evitar el autoritarismo, la autocracia y la dictadura.

Fácil caer en la tentación de culpar al abstencionismo y apatía del electorado; honesto es aprender del resultado y reconocer que la oposición no ofrece liderazgos ni visión que entusiasmen.

Ciertamente, hay que seguir perfeccionamiento la democracia en plena libertad para terminar con viejas prácticas viciosas del pasado que se siguen haciendo presentes en materia electoral.

Basta de la imposición de malos candidatos y de guerra sucia en las campañas electorales contra los candidatos, así como de las traiciones de los gobernadores que abandonan a sus candidatos.

Es imperativo frenar la compra y cooptación del voto y la amenaza de retirar apoyos sociales, así como el financiamiento de campañas con dinero sucio del crimen organizado y del narcotráfico.

Indispensable es destacar las fortalezas y ventajas en la elección del Estado de México con la utilización de urnas electrónicas y el extranjero, no así en Coahuila donde su uso fue cancelado.

De ahí la importancia de prever fallas técnicas en los sistemas del Programa de Resultados Preliminares (PREP) para no empañar y ensuciar los resultados electorales con su caída.

La incontenible violencia, el autoritarismo presidencial, los ataques al INE y la baja confianza de los mexicanos en sus instituciones no auguran nada bueno para las elecciones del próximo año 2024.

Las encuestas empiezan a emitir señales nítidas que marcan desde ahora, con toda claridad, que en México no hay unanimidad ni hegemonía, sino una cerrada competencia electoral.

Para ganar en 2024 Morena tiene una ventaja cómoda de 20 puntos o más sobre los partidos de oposición por separado. Debe conservar su mayoría, refrendar sus alianzas y dividir a la oposición.

Sin embargo, Morena vive un litigio interno de sus precandidatos presidenciales, y sus partidos aliados, en particular el Partido Verde, son caros, difíciles de sostener sin grandes concesiones.

El mandato para los partidos de oposición es claro: no hay posibilidad de triunfo para ninguno de ellos por separado, porque todos, por separado, andan al menos 20 puntos debajo de Morena.

Su única posibilidad de ganar la presidencia es aliarse de nuevo, como hicieron en las elecciones intermedias de 2021 incluyendo en la alianza a Movimiento Ciudadano, que se ha rehusado a ello.

El reto es conservar la unidad en el oficialismo o ampliar la alianza en la oposición. Si no conserva sus alianzas, el oficialismo puede perder. Y si no amplía sus alianzas, la oposición no puede ganar.

El desafío de la oposición es entusiasmar a miles de jóvenes entre 18 y 20 años que, por primera vez, participarán en una elección. En sus manos está elegir a un gobierno capaz y no corrupto.

 

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila