En Senado, un camino lleno de obstáculos

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Claudia Anaya, diputada federal del PRD, vivió en carne propia lo que cualquier ciudadano tendría que pasar si quisiera acudir a la nueva sede del Senado. La legisladora por Zacatecas utiliza silla de ruedas y para desarrollar su trabajo enfrentó varios obstáculos en la nueva sede cuyo costo fue de 2 mil 563 millones de pesos.

 

La nueva sede no cumplió con las normas mínimas establecidas por la Convención Internacional sobre losDerechos de las Personas con Discapacidad que el Senado aprobó luego de que la ONU emitiera la declaratoria.

Algunas de las fallas detectadas, gracias al recorrido que hizo la diputada, fueron la ausencia de rampas, de sanitarios para personas con capacidades diferentes, señalamientos en el piso o en paredes, así como nula atención a personas con discapacidad visual o auditiva.

Para que la diputada pudiera ingresar al salón de sesiones de la nueva sede se necesitó de cuatro hombres que la transportaron en una “oruga”.

Esta grúa sirvió para colocar la silla de ruedas de la diputada en ella y descender hasta la tribuna. Ya ahí, la diputada sí pudo hacer uso de los micrófonos de la tribuna principal, pues cuentan con un montacargas o mecanismo de elevación.

Sin embargo, para salir del lugar nuevamente la diputada tuvo que ser cargada en su silla de ruedas, pues no hay ninguna salida con rampas.

Otra área que no cuenta con rampas y que para ello se requirió de cargar nuevamente la silla de ruedas de la diputada perredista es la oficina que utilizó su grupo parlamentario para llevar a cabo la reunión previa que hacen los legisladores antes de iniciar las sesiones.

“Hay disposición pero poca visión”, reconoció la diputada perredista quien fue acompañada durante el recorrido por las áreas del nuevo inmueble por personal de Seguridad, de Protección Civil e incluso de la Secretaría General del Senado.

La legisladora tuvo además que sortear varios obstáculos para ingresar al único baño que encontró con fácil acceso.

La cafetería es un área que tampoco cuenta con algún acceso “amigable” para personas con silla de ruedas.

En cuanto a los funcionarios del Senado, pidieron no dar su opinión ya que consideraron que Comunicación Social daría su postura al respecto.

Fernando Castro Trenti, senador del PRI consideró que no era justo que se dijera que no hay acceso para personas con discapacidad, pues dijo que hay al menos “tres rutas” para que puedan recorrer la sede.

El Universal