El desgarriate policiaco: Luis Octavio Murat

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La salvación, desde ahora, depende de un soberano que, para conservar todo, lo tenga todo en su mano”. (Corneille: Cinna.)

 

Limpiar el desgarriate policiaco, diseñar, programar y organizar un organismo de seguridad, como la que ya esta en marcha, es tarea complicada, mas aún, cuando se usa la inmediatez, que en ocasiones como ésta, dan negativos resultados con las estrategias de comunicación.

De inicio, el desmantelamiento del Ancien Regime, como le place nombrar al Presidente a la administración del Presidente, Enrique Peña Nieto, y los Presidentes que le antecedieron;  se polariza cada día. La cacería desatada, las acusaciones, las demandas penales, los avisos a la Interpol para que arreste a ex funcionarios mexicanos y sus familias es tarea activa de la Fiscalía y de las autoridades de Hacienda, todos los días.

Los temas de aprehensión, de fraudes, de robos, de compras sobrevaloradas y de todos y cada uno de los abusos que se cometieron en administraciones anteriores, son temas que al presidente le gusta abordar, toda vez que, como estrategia de desmantelamiento reditúa políticamente darle rapidez al desprestigio de los que ya se fueron, y ahora los quieren regresar, pero a que rindan cuentas.

Así lo hace en las mañanerasel Presidente y en las plazas públicas   que visita cada semana. Desde ahí los “manda por un tubo” y acusa a la Policía Federal de ser una Institución corrupta, podrida, enferma. Institución que no le preocupa que se hayan rebelado, pues no tienen razón, y además ya esta siendo investigada.

Aseguró que “es un movimiento que no tiene razón de ser, no tiene fundamento, no hay despidos, no se están quitando salarios,  ni prestaciones, continúa la misma situación que prevalecía, el ingreso a la Guardia Nacional es voluntario. Hay “mano negra” en este movimiento pues quienes dirigen las manifestaciones no trabajan en la Policía Federal, pertenecen a organizaciones de otro tipo, dijo.

Por cierto, el  zafarrancho policiaco podría llegar a su fin el día de hoy si se logran poner de acuerdo ambas partes en las mesas de negociación, y terminar de una vez con cinco días de barbaridades y errores cometidos por los integrantes de la Policía Federal y la Secretaría de Seguridad.

Errores al no usar las estrategias claras y directas recomendables  de comunicación y llegar a las metas propuestas a los integrantes de la Policía Federal que vive su periodo de extinción al tener pues solo 18 meses más de vida y desaparecer.

Se opto por la inmediatez, por ir informando gota a gota de las bondades de los cambios que se estaban operando con mediana transparencia, casi en las sombras fluía la información debido que desmantelar una Institución que, según el Presidente, está podrida,  no es empresa fácil.

De manera que ir soltando poco a poco la información dio como resultado que se produjera desconfianza e inseguridad en los policías federales al detectar que su futura situación laboral no sería la más conveniente.

Estallo el zipizape con lamentables consecuencias, a tal grado que una funcionaria de la Secretaría de Seguridad fue atacada  en los patios de la Policía Federal que la hicieron rodar al piso.

ÑLas vías de comunicación fueron bloqueadas por la masa policiaca, las garitas de Caminos y Puentes Federales fueron asaltadas y controladas como es costumbre de los que se les ocurre protestar y llevarse dinero fácil con el consentimiento de las autoridades, al fin no hay policía responsable en estos momentos.

En tanto, Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad, explicando, aclarando y justificando en los medios con largos argumentos las bondades de la institución, los nuevos requisitos de ingreso a la Guardia Nacional y, de paso, buscado pleitos innecesarios con el ex Presidente Felipe Calderón acusándolo de todo lo que ocurre en la Policía Federal.

No me explico entonces que si la Policía Federal está podrida de corrupción ¿A que responde el que se quiera transferir a los policías  federales a la Guardia Nacional?

En fin, todo un caso por falta de cálculo, de información, de fallas de comunicación, de inmediatez, de no haber operado antes las cosas y dejar “planchados” los acuerdos para lograr el cambio terso del Sistema de Seguridad Nacional.

Tal parece que la austeridad los dejó sin operadores.