Donación de cubrebocas y pescado en Salina Cruz: Alfredo Martínez de Aguilar

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* Por gestiones del Gobernador Alejandro Murat, Pedro Matar, enlace del Gobierno de Oaxaca en el Corredor Interoceánico, a través de Mariuma Munira Vadillo Bravo, enlace regional en el Istmo, donó cubrebocas a los comerciantes del Mercado Ignacio Zaragoza de Salina Cruz.
* El empresario pesquero Ignacio Pérez Cervantes, Nacho Chilango, sigue el ejemplo de Anselmo López Villalobos, presidente de la Unión de Productores y de Organizaciones de la Industria Pesquera de Oaxaca al donar pescado en zonas y colonias marginadas.

 

A reserva de su mejor opinión, queridos lectores, la pandemia del COVID-19 trajo consigo consecuencias positivas. Claro, con todo su alto costo en salud, económico y laboral en el mundo.

Desnudó globalmente a los gobiernos de todo signo. Igual de derecha que de izquierda. El riesgo es escandalizar a las hipócritas buenas conciencias y a los rojetes políticamente correctos.

La crisis humanitaria en salud exhibió las debilidades de los imperios capitalistas y socialistas-comunistas. Lo mismo al yanqui Donald Trump que al chino Xi Jinping y al ruso Vladimir Putin.

Pero también profundizó el creciente desencanto ciudadano hacia la democracia liberal en Estados fallidos. Con todo y que está demostrado históricamente que es el menos peor de los gobiernos.

En México, el COVID-19 agravó la crisis en materia de seguridad pública, económica y laboral. Más allá de las miles de dolorosas muertes, su mayor impacto social, devastador, es la crisis económica.

Al perderse diariamente 20 mil empleos la consecuencia inmediata es la angustia existencial. Conforme pasen los días sin empleo cundirá la desesperación por no poder alimentar a la familia.

El riesgo real es el surgimiento de estallidos sociales por hambre. Ésta es la chispa en el pasto de la seca pradera. La mayor y mejor inversión es, por tanto, fortalecer y consolidar la paz social.

No obstante que ésta garantiza gobernanza y gobernabilidad, excepcionalmente lo entienden gobernantes de los tres órdenes de gobierno y jerarquizan entre sus principales prioridades.

Una excepción es la Maestra Mariuma Vadillo Bravo, enlace regional en el Corredor Interoceánico, quien entregó cientos de cubrebocas a los comerciantes del Mercado Ignacio Zaragoza de Salina Cruz.

Por gestión del Gobernador Alejandro Murat, Pedro Matar, enlace del Gobierno de Oaxaca, hizo la donación, inscrita en la estrategia Sana Distancia y Consume Local del Programa Istmo, para prevenir el COVID-19.

Como en la vida, en la política y en la administración pública, no hay vacíos, cuando los gobiernos fallan, la sociedad civil organizada asume un papel subsidiario y solidario para cubrir esos vacíos.

El ejemplo más claro, concreto y cercano por próximo, es el de Anselmo López Villalobos, Presidente de la Unión de Productores y de Organizaciones de la Industria Pesquera de Oaxaca.

El porteño Anselmo López es, también, presidente de la Alianza Pesquera y Acuícola de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, filial de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas.

Sin apoyo gubernamental, solidarios con el pueblo, los pescadores de Salina Cruz donan al mes a los oaxaqueños en pobreza alimentaria decenas de toneladas de pescado fresco, gratuitamente.

Para hacer realidad la iniciativa de donar 240 toneladas mensuales de pescado, Anselmo pide apoyar su propuesta al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador Alejandro Murat.

Demanda a ambos mandatarios avituallar en especie a parte de las 23 embarcaciones de pesca de escama vigente, a fin de dotar de pescado fresco a las zonas y colonias marginadas que más lo requieran.

Pide apoyo por 2.5 millones de pesos para movilizar 15 embarcaciones, menos de la mitad de la actual flota. “Esa inversión no significa nada para el Gobierno de la República y del Estado”, dice.

Invita, asimismo, a hacer suya esta acción solidaria a los dirigentes de los 17 estados pesqueros del país y sumarse al Programa de Rescate Económico, presentado por el presidente López Obrador.

Donar pescado fresco, gratuito, a la población que lo necesite, sobre todo, a las comunidades marginadas, sería la contribución del sector pesquero para enfrentar la contingencia sanitaria.

La mayor responsabilidad y obligación de los auténticos líderes es formar más líderes. Así lo hace sin egoísmo el salinacrucense Anselmo López Villalobos con sus compañeros y hermanos pescadores.

La palabra conmueve, el ejemplo arrastra. El compromiso social de Anselmo motiva a otros empresarios pesqueros como Ignacio Pérez Cervantes, popularmente conocido como Nacho Chilango.

Éste nuevamente acudió a las colonias populares de la ciudad porteña para repartir esperanza, amor, cariño y afecto, a quienes en estos momentos no ven una salida ante la crisis económica por la emergencia sanitaria.

Lo ha hecho siempre. Antes de la jornada electoral y después de la contienda electoral, como él mismo lo dijo, “gane o no gane, seguiré apoyando a los que menos tienen”. Y lo está cumpliendo.

Hay que decirlo, ni siquiera las autoridades, que tienen la obligación de hacerlo, han llevado ayuda humanitaria a quienes viven al día, consigna en una nota informativa mi tocayo Alfredo Luis Ruiz.

Nacho Chilango no espera las campañas de proselitismo político para hacer lo que le gusta. La pregunta es: ¿Dónde están los políticos que solo en temporada electoral se acuerdan del pueblo?

Nuevamente Nacho acudió a barrios, colonias y agencias municipales para ayudar a las personas en estos momentos de crisis. Otros que también apoya al puerto son, Aleida Serrano y Roberto Rueda.

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila