Es cierto que la costumbre entre priistas es que el ex presidente de le república debe desaparecer del mapa político, pero tú Felipe no eres priista, y no debes acatar un mandato que es solo para los priistas. Es cierto que la costumbre entre priistas es que el ex presidente debe dejar libre todo el terreno para que el nuevo presidente ejerza el poder sin limitación alguna y para que los funcionarios no tengan motivo de duda hacia su nuevo amo y señor, pero tú Felipe no eres priista, y no debes acatar un mandato que es solo para los priistas.
Mira el ejemplo de Vicente Fox Quesada, que dejó la presidencia y se quedó en el país, que incluso dirige una fundación en favor de la Mariguana y que es protagonista de la política mexicana.
No debes mandar a tu esposa, Margarita Zavala a que haga lo que tú debes hacer. No es correcto que envíes a tu esposa a hacer campaña en favor de Ernesto Cordero mientras tú te escondes bajo la cama en Boston, aterrorizado por las amenazas de Enrique Peña Nieto.
Ya sabes “El que nada debe, nada teme” y si tu no fuiste cómplice de las raterías de PEMEX, ni recibiste una parte del botín de los casinos de juego, no tienes nada que temer. Las leyes te protegen en este país que tú hiciste un país donde rige la legalidad y el presidencialismo está acotado ¿O no es así?
Ven, ven a tu México querido, ánimo, ven y demuestra que confías en el estado que tú y tus cercanos colaboradores construyeron durante seis años. Ven bajo la certeza de que ese estado de derecho que tú lograste no llevaría a la cárcel a un inocente. ¿O no es así?
Además, Ernesto Cordero, tú niño favorito, te necesita, necesita de ti, no de Margarita Zavala. Los calderonistas que aún quedan están a punto de recibir una patada bestial en el trasero que los arrojará del PAN, mientras que tú te escondes por miedo a Enrique Peña Nieto. No temas Felipe, ven a México, ven a tu patria, olvidate de Boston y de Harvard, y de Londres y de Disneyland, y de timbuctú, ven a México. Anda ven, te esperamos.
¡Demuestra valor! Demuestra que por encima de tu pellejo y tus miedos está una causa superior, demuestra que no eres un cobarde calculador presto a estar en primera fila cuando llega botín, pero que huyes ante el peligro. No Felipe, no te acobardes, demuestra a todos que eres un hombre cabal, dispuesto a enfrentar la adversidad e incluso la persecución si fuera necesario, como lo fue tu padre. ¿Acaso no lo mereces? ¿Acaso eres incapaz de imitarlo?
No mandes a tu santa señora a que te substituya en el papel que te corresponde como dirigente y líder de tu propia pandilla. Demuestra de qué estás hecho, demuestra tu valor, demuestra a esos calderonistas que aún quedan por ahí que los guía un valiente. ¡Demuestra que no eres un farsante! Ven…. te esperamos….
Por Antonio Limón López.