Con una increíble eficiencia y coordinación, la rectoría de la UABJO anunció el jueves 25 que con motivo del paro nacional de universidades convocada por la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU), organismo de la cual forma parte el SUMA y un sector minoritario del STAUO, se difería “hasta nueva fecha” ( o sea nunca) el Foro de Consulta Educativa organizada por el equipo de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y la propia rectoría. Con tal determinación se mataron dos pájaros de un tiro: dejaron vestidos y alborotados a las huestes de la sección 22 del SNTE que ya habían acordado “sitiar” Ciudad Universitaria para el día 29 de Octubre, fecha en la cual se llevaría a cabo el citado Foro, y el rector Eduardo Bautista, miembro activo del SUMA, se adelantó a la propia dirigencia sindical para casi festinar que la UABJO se uniría al paro “nacional” de la CONTU para presionar al gobierno de EPN a canalizar recursos extraordinarios a una decena de universidades públicas, entre éstas la UABJO, que están al borde del colapso financiero.
Universidades como la del Estado de México, ya célebre porque fue una de las instituciones de educación superior involucradas en la Estafa Maestra, junto con las de Zacatecas, Morelos, Tabasco, Nayarit, etc. enfrentan desde hace meses severas crisis financieras ,al punto que algunas ya prácticamente agotaron su presupuesto para el pago de nóminas.
Cada universidad tiene su propia historia sobre el origen y causas del por qué ahora están al borde del colapso administrativo-financiero y de cada una ya la SEP, SHCP, la ASF y otras secretarías y órganos fiscalizadores del gobierno federal han tomado nota para, por un lado, buscar salidas a los problemas de cada universidad, pero también para deslindar responsabilidades y recomendar medidas correctivas en todos los niveles: desde lo estrictamente administrativo-laboral hasta la práctica de auditorías integrales y la rendición de cuentas de sus recursos propios y, sobre todo, de los subsidios ordinarios y extraordinarios que han recibido y reciben de los gobiernos federal y estatales.
Este último factor es el que, sin duda, ha sido el detonador de la crisis económica y laboral que hoy vive la UABJO, socavada en la última década no solamente por rectorados ineficientes y hasta corruptos , sino por un buen número de directores de nivel medio superior y superior con perfiles similares que, además, han convertido las escuelas y facultades bajo su control en verdaderas madrigueras de porros y cotos de poder familiar.
Pero a estos problemas cuasi-estructurales, habría que agregar la ausencia de una Ley Orgánica que combine el ejercicio de la democracia con los más altos estándares de calidad académica y eficiencia administrativa y financiera ,y la persistencia de las más abyectas prácticas de clientelismo sindical y estudiantil así como la institucionalización del porrismo y la corrupción, cuya amalgama ya también le ha abierto las puertas a delitos vinculados al narcomenudeo .
El paro convocado por la CONTU- con un liderazgo priísta que no debiera ignorarse por parte de los universitarios- intenta romper con el pasmo que hasta ahora ha prevalecido en el gobierno federal para inyectarle recursos a las universidades públicas en crisis y así evitar su paralización académica y laboral. Sin embargo, también es urgente que los responsables de esas crisis, en todos sus niveles y jerarquías, sean llamados a cuentas y que con el nuevo sexenio se inicie un profundo proceso de revisión sobre el estado que guarda cada universidad pública que, en lo que a la UABJO se refiere, debe tener como punto de partida la derogación de su vieja Ley Orgánica y el inicio de un amplio debate público sobre su refundación.
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