La revista Travel and Leisure calificó a Oaxaca como la segunda mejor ciudad en el mundo para ser visitada, solo después de la hermana ciudad de San Miguel de Allende en Guanajuato. Sin entrar en comparaciones ociosas quisiera destacar que este nombramiento confirma lo que en Oaxaca se nota, la gran belleza de una ciudad que abre sus puertas al mundo para recibir a visitantes de todas las nacionalidades.
Decía el padre José María Pérez Gay, gran historiador del estado, que la Guelaguetza es un don sin más efectos que la reciprocidad de quien lo recibe. Es decir, la Guelaguetza es un regalo pero también un acto de cooperación humana, que quienes somos de Oaxaca identificamos en las fiestas de nuestros pueblos y comunidades cuando las familias cooperan para llevar a los anfitriones o mayordomos sus bienes. Quien quiera conocer la profundidad de la palabra Guelaguetza puede ir a alguna de las ocho regiones de Oaxaca y vivir una fiesta tradicional con música de banda y la exquisita gastronomía de nuestras madres y abuelas.
Sin embargo, Julio trae de las ocho regiones del estado lo mejor para mostrárselo al mundo en los dos Lunes del Cerro y las cuatro presentaciones donde brillará la danza, el color y la música de las delegaciones participantes. También, habrá un extenso programa cultural que incluye la participación de artistas referentes de nuestro país como: Armando Manzanero, Fernando de la Mora, Lila Downs y los Ángeles Azules. Desde ahora nuestra ciudad es un gran aparador del México que somos pero también del que aspiramos a ser.
Los lectores de la publicación estadounidense referida anotan que Oaxaca es una ventana a una rica cultura indígena y cuenta con una de las más complejas cocinas alrededor del mundo capaz de seducir al paladar más sofisticado. Opino que ese paladar puede degustar lo mismo las tlayudas al aire libre que son herencia de doña Gloria en la calle de Libres que los restaurantes de autor como Casa Oaxaca, Criollo y Origen, cuyas propuestas se han convertido en menú principal de presidentes, estrellas de cine y escritores famosos. Esta variedad es la que seduce a quien visita el estado para la mayor de sus fiestas y homenaje a sus culturas originarias.
En el marco de la Guelaguetza, el Gobernador Alejandro Murat convocó a los integrantes de su Gobierno, así como a la ciudadanía en general al Tequio por Oaxaca 2018, un trabajo colectivo de cientos de personas para embellecer el rostro de la que para muchos es y seguirá siendo la ciudad más bonita del mundo. En el caso del Icapet atendimos la calle de Crespo, que limpiamos y pintamos como si fuera nuestra. Justamente el Tequio, en Oaxaca, es un trabajo que se entrega en favor del bien común y para mejorar el espacio público. Hoy la ciudad amanece más bonita y abierta al mundo.
Fue grato ver a la gran familia del Icapet organizada por un objetivo común y un beneficio para vecinos que probablemente no vivan cerca de nosotros, pero que son parte de Oaxaca, de sus barrios tradicionales y del alma de nuestra tierra. Esta acción que encabeza por segundo año consecutivo Alejandro Murat es una invitación a ser mejores ciudadanos y preservar el patrimonio histórico que hemos heredado, por el cual nuestra ciudad es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1987, al mismo tiempo que la zona arqueológica de Monte Albán, la ciudad zapoteca que dominó la política y la guerra de este territorio hermoso, el valle de Oaxaca.
Los conceptos de esta entrega, Guelaguetza y Tequio, deberían convencernos de que, pasadas las elecciones, debemos centrarnos en lo fundamental: aportar a construir un mejor país desde nuestra esfera de responsabilidad. México requiere de que todos contribuyamos a su engrandecimiento, y para ello necesita de líderes como Alejandro Murat, que rompe esquemas y hace lo que ningún Gobernador había hecho, proponer una tradición como mecanismo de acción social, de cambio en la imagen urbana que es reflejo del Oaxaca que somos. Liderazgo y visión son atributos que Oaxaca demuestra y que pueden hacer la diferencia. No solo tenemos la ciudad más bonita del mundo sino también talento y carácter para salir adelante.
*Director General del ICAPET Oaxaca