Santo Domingo, 12.15 hrs., del lunes 20 de febrero. El nervioso movimiento de un grupo extraño. Un “adelantado” agradeciendo a los propietarios de un negocio su paciencia por las molestias causadas. Varios fotógrafos y camarógrafos solícitos al paso de un sujeto. ¡”Des-Peña” Nieto en Oaxaca. Ágil, empieza a saludar de mano al primero que topa. Un “guarura”. Avanza buscando miradas atentas. Pretende saludar a un viejo: lleva un “pin” del águila juarista: es “MORENO”. Desvía la mirada y aprieta inconcientemente la mandíbula. Curiosos algunos se asoman desde el IAGO, pero sin alegría espontánea. Simple curiosidad.
Se acerca a una paisana sentada en la barda perimetral del atrio. Le dedica un buen rato y, termina preguntando ¿tienes hijos…mayores? Acaso piensa en votos. Mientras, la veintena de guaruras mexiquenses ¡ojo Presidente Municipal: hay que poner orden!, se abren en abanico. Por cierto, han puesto vallas, como cuando acude el gobernante local a un acto e incluso desvían a la ciudadanía, aduciendo ¡por favorcito! Un joven curioso, en bicicleta y con cámara fotográfica es detenido: le piden se retire o le quitarán sus aparatos. Les pregunto ¿por qué y con qué derecho? Los guaruras no responden, sienten que andan en “corral” ajeno.
Sorpresa. Al menos en ese momento y varios minutos más, nadie del priísmo local acompaña a EPN. Nadie. Eso no es lógico. Ahora es cuando los “cuadros distinguidos” están al acecho del toluqueño para ganar su “dedazo”. ¿Qué pasa en el PRI? ¿Acaso las riñas tribales” están a la orden del día? ¿Dónde los fervientes priístas que están a la espera del “humo banco”? Solo y su alma. Rodeado de guaruras y fotógrafos y camarógrafos, pero nada más.
Es notoria la baja estatura de EPN. ¿Será casual que sus acompañantes no lo rebasan? También los grandes tacones. Es lo único grande. Su caminata por el andador topa con escasos oaxaqueños; por la hora y el rumbo. Está plagado de extranjeros que pasan imperturbables entre el grupo de “asesores” del toluqueño. No escogieron buen arranque de la visita. O no les gusta el olor de la Central de Abasto. Obvio, está pletórico de “macuarros”. De “pendejos proles”. En el Andador Turístico pensaron, puros “nice” Nones. No hay público local.
Un viejón, con paso firme, cruza entre la nutrida “guaruriza” y molesto les dice:
¡Pá que lo cuidan, si va a perder!
Nerviosos, sonríen, cuidando que el jefe no escuche, ni vea su reacción.
Además, sin tumulto se aprecia la estatura de EPN. Una guapura de mujer ¡raja de hembra!, diría un costeño, se quedó boquiabierta:
¡Mamá tá muy chiquito!