La euforia calderonista por el probable crecimiento en 2011 de casi el 5% es vana. Porque se combina con un enorme rezago en la creación de empleos, especialmente formales y una inflación que rebasa con mucho las versiones de los burócratas. Éstos se desempeñan como nuevos Doctores Pangloss. Para ellos, vivimos el mejor de los mundos posibles- El problema es que su optimismo infundado, con propósitos de atenuar los nubarrones sociales actuales, no resisten el análisis más somero. Veamos
Pocas ocasiones como ahora la economía mexicana ha estado tan vinculada a la norteamericana. Su grado de dependencia es tal que solo corrobora la inutilidad de las declaraciones en torno a las misiones comerciales que viajaron por años por todo el mundo para “diversificar nuestro comercio exterior” Agua de borrajas. El nexo con EUA se apretó y ahora está ahogando las posibilidades nacionales de crecimiento económico. Otra situación muy diferente confrontan los países latinoamericanos del Cono Sur. Aprovecharon la expansión de China Popular y se han incorporado a una nueva fuente de crecimiento. El empeño de Felipe Calderón por sujetarse a una economía que crece a bajo ritmo y sobretodo una que genera pocos empleos, la norteamericana, se convierte en un efecto desalentador para la nuestra. Más aún, el futuro económico de EUA no está a salvo de crisis que repercutirían gravemente en la nuestra. Así que nuestro crecimiento en 2011 está muy condicionado y difícil de lograr.
La generación de empleos a partir de estímulos internos, no está en mejor situación. El gasto público se destina cada vez más a sostener lo que Calderón ahora niega que llamó “guerra contra el narcotráfico” y aduce que ha llamado “lucha contra el narcotráfico”- De todos modos Juan te llamas. No hay cambio alguno. Calderón desde varios meses no hace siquiera alusión a programas de crecimiento industrial, turístico, o de otra índole. La prioridad es “acabar con los violentos” y acusar de la violencia ¡a los violentos! El gasto público se ha MILITARIZADO y los ingresos se han PETROLIZADO al máximo. Las rentas petroleras se despilfarran en una “guerra” o “lucha” sin fin ni meta. Al paso que vamos pronto pedirá que todos los ciudadanos nos incorporemos a las milicias populares y que usemos uniformes militares. La actual “política económica” está muerta. Por otro lado se elevan los miles de asesinatos y la sociedad clama por que se suspenda la sarracina.
¿Recuerda alguien el famoso Programa de Infraestructura que prometió Calderón? La “privada de iniciativa” denunció su inoperancia. No se crean empleos y los que se cuantifican son informales. Además se ha demostrado que Calderón miente al “inflar” los empleos y después ¡se desdice!
La inflación registra niveles oficiales lejanos de la realidad. Nunca como ahora, la sociedad, sobretodo la más modesta, vive en la indigencia. Las agresiones de la carestía no se detienen. Los alimentos al alza solo encuentran consumidores que compran menos y este es un prólogo a la amplificación de las enfermedades por hambre y desnutrición. En cualquier ciudad se comprueba que los datos oficiales no corresponden a la realidad y que la población sufre.
Por si fuera poco, el gobierno federal, es decir el calderonismo, se ha entregado a los 30 plutócratas del país. No cobra impuestos a sus elevadas utilidades y los pocos que les aplica, se los devuelve. Los pobres son los que pagan impuestos. Este carrusel de la muerte deriva en que la desigualdad social se agudiza. Además como medida casi exclusiva, el calderonismo se ha concretado a elevar los precios de los energéticos, en una medida absurda. Los energéticos al encarecerse, tienen efectos difundidos en toda la economía como pocos productos. Esto origina un encarecimiento en todos los renglones de actividad que repercuten en primer lugar en los alimentos y por otro lado limitan las escasas posibilidades de competir con productores extranjeros en diversas ramas.
Peor. Calderón y su “equipo de orates” presumen de una reserva superior a los 100 mil millones de dólares y ahora han comprado un “salvavidas” en forma de un crédito flexible del Banco Mundial por 72 mil millones de dólares. Las sonrisas de satisfacción de Calderón y Cordero- CACO- son beatíficas. Pero olvidan algo que conoce hasta un economista bisoño: ¡ningún país, por cuantiosas que sean sus reservas aguanta la acometida de los especuladores internacionales! Alemania e Inglaterra ya sufrieron amargas experiencias. Los “muchachitos” del purépecha de Los Pinos, ignoran que, especuladores como George Soros, saben cómo quebrar una economía y aún ser considerados “destacados financieros internacionales”.
No queremos competir con Casandra. Pero como se perciben las cosas: ¡agarrémonos para este tormentoso año!
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