“Sandman”: Sí, pero no: Ismael Ortiz Romero Cuevas

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Me dispuse a ver el fin de semana pasado, la serie de Netflix, “Sandman”. Y es que vi comentarios divididos en redes de gente que la veía en ese momento y que, algunos se mostraban encantados, otros un tanto confundidos y otros más, que no le veían ni pies ni cabeza a la nueva producción de Warner Bros. Televisión y DC Entertainment.

Uno de los puntos que me generó confianza para ver la serie, es que el escritor de la novela gráfica de donde se basa, Neil Gaiman, participa en la escritura del guion para la adaptación televisiva, además de David S. Goyer, uno de los principales colaboradores de DC en su gama editorial y cinematográfica, que cuenta en su haber el ser autor de los guiones de la trilogía de “El caballero de la noche” y las primeras películas de DCEU: “Batman v Superman: el origen de la justicia” y “Mujer Maravilla” entre otros, además de la radionovela para Spotify, “Batman desenterrado”. Y con todo ese cúmulo de certidumbre, me dispuse a disfrutarla.

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Y en efecto, “Sandman” comienza con una gran historia que poco a poco nos atrapa y nos adentra en ese mundo de fantasía y terror, sin embargo, conforme avanza comienza a tener situaciones que, como espectador, me dejaron sinsabores. Los primeros cinco episodios pareciera que se trata de una serie completamente diferente a lo que veremos en el resto de la emisión, además, de que personajes y elementos que pensamos serán sustantivos para el desarrollo de la trama, poco a poco comienzan a perder importancia o son olvidados por completo sin una mínima explicación, el yelmo, por ejemplo.

Esas situaciones me hicieron pensar que esas inconsistencias podrían ser a propósito para abarcar muchos más elementos dentro de la historia, sin embargo, el renombre de los escritores no me permite imaginar que de manera voluntaria plantearan elementos distantes para armar una trama que, en ocasiones, carece de sentido y que no permite desarrollar de manera eficiente ninguna de las situaciones planteadas en el inicio. Visualmente es una gloria, sin embargo, creo que los elementos visuales languidecen ante la falta de una trama equilibrada, que al final de cuentas hace que el trabajo actoral merme cuando no sabemos a ciencia cierta la justificación de lo que acontece. En más de una ocasión, tuve que regresar algunas escenas para poder entender acciones.

Otro cantar son los protagonistas, que ha sido para mí, uno de los mejores ‘cast’ que he visto en una serie, pues cada actriz y actor, parece que nació para su personaje, comenzando por la gran Gwendoline Christie, que simplemente está grandiosa como Lucifer: Estrella de la mañana y sí, se nos olvida por completo que también nos conquistó como Lady Brianne de Tarth en “Game Of Thrones”; Jenna Coleman como Johanna Constantine es otro gran acierto de la serie, asimismo Boyd Holbrook como El Corintio y David Thewlis que siempre es una garantía. Pero no puedo decir lo mismo de Tom Sturridge, protagonista de la serie y que no sé si sea su actuación, un problema de guion o de dirección, la situación es que Morfeo / Sandman, no acaba de ser un personaje que deslumbre y que tenga la fuerza necesaria para convertirse en un héroe que sea recordado, y aunque su tratamiento es de naturaleza enigmática, la tibieza de su carácter comienza a ser un problema en los episodios donde se acerca el final.

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Nadie duda de que la estética y la gran producción de “Sandman” sean algo realmente sorprendente, la situación es que la falta de foco en una historia principal dentro de la serie nos deja con la sensación de que se ha resuelto ningún conflicto, pues nada cuaja a un nivel que nos deje instigados. En efecto, no es el bombazo que Netflix nos anunció, sin embargo, es muy probable que pronto se anuncie una nueva temporada por el éxito que ha sido, aunque poco a poco, los comentarios hacia ella se comiencen a dividir. Ahora sí que les digo, hay que verla con expectativas medianas.

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