Rectifica el Presidente: Luis Octavio Murat

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Cuando el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, comparecía ante el pleno legislativo para dar a conocer el Presupuesto conteniendo recortes significativos a la educación, por ejemplo, (6% del Presupuesto a la UNAM), al campo, al agua, al transporte, a la vivienda, a los estados y municipios; las rectorías, los académicos, el alumnado y los trabajadores universitarios reaccionaron con asombro, y no dar crédito a los recortes presupuestales a la educación y a la ciencia.

El recorte a las universidades consistirá en desaparecer las partidas extraordinarias, a fin de apoyar a las instituciones en crisis financiera con 700 millones de pesos, y destinar mil millones para la construcción de 100 universidades públicas, más la reconstrucción del Aeropuerto de Santa Lucía, la ampliación del “Benito Juárez” y el de Toluca, decía Carlos Urzúa.

Vale la pena detenernos sobre este tema, toda vez que recortar el presupuesto a las instituciones educativas por las que han transitado y egresado miles de estudiantes, instituciones que han servido al país formando profesionistas y que, de pronto, el gobierno decida recortar sus fondos para financiar con 10 millones de pesos a cada una de las 100 universidades que pretende construir para darle forma a un experimento académico populista, que difícilmente tendrá calidad educativa. Ejemplo lamentable de ello es la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Volviendo al discutido uso las tijeras que amenazaba los dineros de la universidades; los directamente afectados se movieron rápidamente, se planearon de inmediato paros, marchas y protestas para el domingo, y a escasos días de haber iniciado trabajos el nuevo gobierno. Las protestas que se alistaban fueron oteadas por el Presidente y, en un solo día, dio tres virajes, el último fue para aceptar públicamente hasta que “Se había cometido un error y que las universidades públicas recibirían sus presupuestos sin recortes”.

Corrección a tiempo, una pifia más, después de la cometida por Moctezuma Barragán respecto a desaparecer las autonomías de la universidades.

El Presidente se apresuro a desactivar la bomba que amenazaba con estallar el domingo, sobre todo, porque había declarado que: “No habría recortes en el presupuesto a las universidades, al contrario, se destinaran mil millones de pesos mas para la educación.

Dar la impresión de parecer un “ lobo disfrazado de oveja”, no es conveniente para ningún Presidente. Es mejor ser “zorro y leon” al mismo tiempo.

La maniobra presupuestal se despejaba: Quitar dinero a las universidades para dedicarlo a la construcción de 100 “universidades semejantes a la Universidad Autónoma de Ciudad de México.

Por ello, el recorte presupuestal caló hondo en las universidades, pues reducir el presupuesto de la UNAM en 6.1 puntos porcentuales; recortar a las universidades estatales 3.37 puntos, son números que no son cualquier cosa.

La UNAM, de inmediato, acusó recibo del recorte presupuestal, expresando su desacuerdo enviando un exhorto a la Cámara de Diputados, a fin de que se analizaran los números y hacer las modificaciones pertinentes: “… el recorte presupuestal pone en riesgo el cumplimiento de las labores de docencia, investigación y difusión de la cultura, y recuerda que el Presidente Andrés Lopez Obrador se comprometió con los rectores de las universidades públicas “a mantener, al menos ara 2019, el mismo presupuesto del presente año mas el porcentaje de la inflación”.

El recorte de 6.2 puntos porcentuales a la UNAM significa pasar de 38 mil 300 millones de pesos durante el periodo 2018 a 37 mil 277 millones en 2019.

Por lo que se refiere al Instituto Politécnico Nacional, recibiría 4.7%, es decir, menos recursos que en 2018, al pasar de 16 mil 348 millones a 16 mil 181 para 2019.

En cuanto a la UAM, el recorte sería de 7.6 puntos porcentuales pasando de 7 mil 28 millones a 6 mil 738 para 2019.

De esta forma, los números redondos del presupuesto destinado para las universidades sería de un total de 62 mil 667.4 millones de pesos, incluyendo a la Universidad Pedagógica, a la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, a la Universidad Agraria, “Antonio Navarro”, cifra que equivale a una reducción económica de mil 592 millones de pesos equivalentes a 6.1 puntos porcentuales.

Las reacciones en contra de los recortes se generalizaron a tal grado, que el Presidente de la República tuvo que reconocer que “Todo se debió a un error”.

Toca el turno de austeridad a las universidades, a fin de manejar con responsabilidad y honestidad los recursos para terminar con excesos y lujos. La misión de las universidades es enseñar y preparar con calidad en la enseñanza, no andar gastando en cosas que no le son propias a las instituciones de enseñanza superior.

@luis_murat

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