Para ganar con Nuño, PRI podría sacrificar a Meade: Alfredo Martínez de Aguilar

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(A mis compañeros y amigos Juan Pérez Audelo y Octavio Vélez Ascencio, con respeto y admiración por su merecido reconocimiento periodístico y Premio Nacional de Periodismo 2018, respectivamente, otorgado por el Club de Periodistas de México. Un abrazo fraterno. ¡Salud y larga vida! ¡Felicidades!)

Poco o casi nada se ha reparado hasta ahora por los analistas en el paralelismo que existe en las vidas de Luis Donaldo Colosio Murrieta y José Antonio Meade Kuribreña y, lo peor, Dios guarde la hora, quizás en el mismo trágico final, para asegurar el triunfo del PRI-gobierno.

El Jefe Diego Fernández de Cevallos no descartó el surgimiento de un escenario de violencia política en el actual proceso electoral federal, en el sentido que a Ricardo Anaya solo “muerto” lo sacarían de la contienda electoral advirtiendo que a Anaya lo podían matar.

Federico Arreola, director general de SDPnoticias señaló que Colosio Murrieta recibió la candidatura presidencial en medio de “un PRI dividido por las ambiciones vulgares y muy fuera de control de Carlos Salinas”, entonces presidente de México.

Igual ocurre ahora en el caso de Pepe Meade con el mismo ambiente de crispación, división y enfrentamiento, por ejemplo, entre los ex gobernadores Ulises Ruiz Ortiz y José Murat, lo que ha provocado un cisma en el PRI oaxaqueño con la renuncia del ex director nacional de Liconsa.

A la salida de Manuel García Corpus, ex Secretario General de Gobierno de Ulises, y del diputado local Samuel Gurrión Matías, se sumó la de Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva. Éxodo hacia la oposición que seguramente continuará.

Es de llamar poderosamente la atención que el destape presidencial de Pepe Meade, fue catapultado por el presidente Enrique Peña Nieto desde la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) al igual que lo hizo Carlos Salinas de Gortari con Luis Donaldo Colosio.

Otro denominador común es la presencia de la sombra ominosa del echeverrismo cerca de los dos candidatos presidenciales del Partido Revolucionario Institucional, así como de oaxaqueños.

En el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI, el ex presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez montó guardia ante el féretro del candidato de su partido, levanta el puño y con un grito hace recordar su lema de campaña: “Lo dije antes como presidente de México. Y lo digo ahora: ¡Arriba y adelante! Siempre con la Revolución Mexicana y con el PRI.”

Al saludar a la vieja guardia agrarista, reconocer y honrar su trabajo en la conmemoración del 103 Aniversario de la Promulgación de la Ley Agraria, el pasado 6 de enero, Pepe Meade no regateó reconocimiento al destacado echeverrista oaxaqueño Augusto Gómez Villanueva “con mucho cariño, por su enseñanza, por su ejemplo, por su consejo y por su amistad”.

“Llevamos ya más de 25 años de caminar juntos… 25 años de caminar y de aprender de un amigo entrañable a quien le tengo enorme cariño y enorme respeto, a una gente que lleva al campo y sus anhelos en el corazón, que nos lo ha contagiado, que nos ha enseñado y de quien hemos aprendido, al jefe de la Brigada del Bigote Grande, a Don Augusto Gómez Villanueva”.

Además, Meade Kuribreña ha hecho suyas, no solo las banderas de cambio de Luis Donaldo Colosio, sino hasta las palabras de su controvertido discurso rupturista pronunciado el 6 de marzo de 1994, en el Monumento a la Revolución, 17 días antes de su asesinato.

Hay, asimismo, una coincidencia más a tomar en cuenta de manera destacada, entre muchas otras: La campaña, eso de precampaña es un eufemismo, de Pepe Meade no detona su crecimiento como en su momento tampoco lo hizo la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio.

La candidatura presidencial de ambos fue construida por los presidentes de la República en turno, Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto, respectivamente. Ambos engañaron con la verdad a sus amigos y colaboradores integrantes del “círculo rojo”.

Víctor Manuel Camacho Solís y Aurelio Nuño Mayer, principales operadores políticos de Salinas de Gortari y Peña Nieto, estaban convencidos que serían los elegidos como candidatos presidenciales. Uno y otro eran factótum en la referencia de cada gobierno.

Ambos, Camacho Solís y Nuño Mayer, contribuyeron preponderantemente a construir los programas y acciones más trascendentes de Salinas y Peña. El Programa Nacional de Solidaridad, en el primer caso, que llevaría, incluso, a intentar cambiar el nombre del PRI.

Y en el caso de Nuño, las 22 reformas estructurales impulsadas por el Pacto por México, de las cuales se aprobaron once, especialmente la educativa y energética, con la participación de los grupos parlamentarios de los Partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).

A balazos llegó PRI al poder y así lo sacarán

Está dicho, es por demás sabido y demostrado a lo largo de la historia, que en política no hay simples casualidades, sino causalidades, fenómenos causa-efecto. No hay coincidencias, casos fortuitos ni generación espontánea ni mucho menos azares del destino.

El 24 aniversario del asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, aquel fatídico 23 de marzo de 1994, a quien conocimos y tratamos como reportero de Imevisión, gracias a Ramiro Pineda y Carlos del Río, siendo el líder nacional del PRI, obliga a reflexionar.

Lo hacemos con toda responsabilidad social e histórica en cumplimiento de nuestra misión periodística, animados por el espíritu del Evangelio de anunciar la Buena Nueva y denunciar las mentiras e hipocresías, injusticias, arbitrariedades y abusos de poder.

Nos apoyamos en elementos objetivos de juicio que fácilmente se contrastan históricamente con la realidad política. Manuel Andrés López Obrador amenazó en la Convención de la Asociación de Bancos de México con soltar al tigre, si no gana, porque según él habrá fraude electoral.

De ahí que el candidato presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) apueste a la revuelta violenta de los grupos armados y organizaciones radicales, como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con base principal en Oaxaca.

Al fin priista, López Obrador mantiene la lógica que usaba Fidel Velázquez cuando declaraba, en los años 80, que “a balazos llegamos al poder y a balazos nos van a sacar”. Finalmente, detrás de estas afirmaciones hay una visión del poder: éste deriva de la historia, de los movimientos sociales, de las revoluciones, no de las urnas.

Es innegable que el enemigo más que adversario a vencer por el PRI-gobierno es el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por el Movimiento de Regeneración Nacional, el PT y el PES, Manuel Andrés López Obrador (MALO).

Aun cuando el abanderado presidencial del PRI, Pepe Meade empieza arañar el segundo lugar al destaparse la cloaca de la escandalosa corrupción de Ricardo Anaya Cortés, candidato presidencial del PAN, no hay que descartar ningún escenario político futuro.

Y una posibilidad nada remota para asegurar el triunfo del Partido Revolucionario Institucional es la sustitución de Pepe Meade como candidato presidencial al “enfermarlo” o, peor todavía, en una probabilidad amarga y dolorosa, pero real, que la nomenklatura decida eliminarlo.

Guardadas las debidas proporciones, sin exageración alguna, sería la réplica del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta y su sustitución por Ernesto Zedillo Ponce de León. En el caso de Pepe Meade, es muy probable que le pudiera sustituir Aurelio Nuño Mayer.

No hay que olvidar que Ernesto Zedillo, ex titular de la SEP, había sido impuesto por Carlos Salinas de Gortari como Coordinador General de la Campaña de Colosio al igual que hoy lo es el también ex Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, de José Antonio Meade Kuribreña.

A través de la generación del llamado voto del miedo, se sensibilizarían los sentimientos y manipularían las emociones de millones de mexicanos que se solidarizarían con el PRI y votarían por su candidato presidencial sustituto. Los mexicanos ya lo hicieron con Zedillo en 1994.

En ambos casos, contra muchas opiniones e investigaciones oficiales amañadas, se perfilaría el móvil de un crimen de Estado, toda vez que su muerte tendría las características del “modus operandi” de una ejecución. El Estado mexicano es el Leviatán devora hombres.

El filósofo y político inglés Thomas Hobbes hace referencia en el título de su libro, publicado en 1651, al monstruo bíblico Leviatán, de poder descomunal: “Nadie hay tan osado que lo despierte… De su grandeza tienen temor los fuertes… No hay sobre la Tierra quien se le parezca, animal hecho exento de temor. Menosprecia toda cosa alta; es rey sobre todos los soberbios”.

La obra de Hobbes, marcadamente materialista, puede entenderse como una justificación del Estado absoluto, a la vez que como la proposición teórica del contrato social, y establece una doctrina de derecho moderno como base de las sociedades y de los gobiernos legítimos.

La revelación de una “acción concertada” en el homicidio de Colosio del Subprocurador especial de la PGR Miguel Montes García, de la que después se desdijo, confirmó que el crimen fue una conspiración que obligó a eliminar a más de 15 personas ligadas a la ejecución, entre otros, el oaxaqueño Federico Benítez López, director de Seguridad Pública de Tijuana.

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