Obama y Romney se juegan sus últimas cartas

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En la autopista hacia Boca Ratón, Florida, donde este lunes se realiza el último debate presidencial de la campaña para las elecciones del 6 de noviembre, pueden verse grandes vallas que muestran al presidente Barack Obama inclinándose ante un hombre vestido a la usanza árabe.

 

No pude identificar quién paga por el anuncio, pero forma parte de las acusaciones de la campaña de Mitt Romney de que Obama ha debilitado la posición de Estados Unidos en el mundo.

Asesores de la campaña de Obama me dicen que, de llegar a la presidencia, Romney podría llevar al país a nuevas guerras.

El debate de este lunes podría ser más agresivo que el anterior.

Aquellos que dicen que este cara a cara final será “crucial” quizás estén exagerando. A la mayoría de los estadounidenses les preocupa más la economía.

Carrera pareja

Pero con las últimas encuestas indicando que la carrera a la Casa Blanca está técnicamente empatada, cualquier oportunidad para los candidatos de obtener una ventaja es importante. El impulso más pequeño puede servir de pivote o aportar impulso.

“Se estima que el mandatario debería tener ventaja en un debate sobre política exterior, porque después de todo él es el jefe de Estado”

Una encuesta de NBC/Wall Street Journal indica que la división de los votantes que tienen más probabilidad de acudir a las urnas es pareja: 47% para Romney, 47% para Obama.

Se estima que el mandatario debería tener ventaja en un debate sobre política exterior, porque después de todo él es el jefe de Estado. Novato cuando llegó al poder, pero ahora es un veterano.

El primer viaje al exterior de Romney fue casi un desastre y muchos valoraron mal sus pronunciamientos en política exterior. Pero su oferta de un EE.UU. más fuerte y sus críticas a la “debilidad” del presidente es potente entre sus seguidores.

Muchos republicanos coinciden instintivamente en que Obama ha ofrecido disculpas por acciones de EE.UU. y no ha ejercido un liderazgo frontal.

Pero convencer a otros de eso en un debate con el propio mandatario podría ser un poco más complicado.

Seguridad nacional

Obama se ha cuidado de aparecer como un halcón en seguridad nacional. Su principal carta es el asesinato de Osaba bin Laden y la “degradación” de al Qaeda.

El dirá que ha reconstruido la imagen de EE.UU. en el mundo después de la era Bush y que ha puesto fin a dos guerras.

Es muy probable que el debate termine en puntos específicos.

Romney, en particular, condena el manejo que ha hecho Obama de las revoluciones en el mundo árabe. Asegura que vaciló en Egipto y Libia, y que no ha dado un fuerte apoyo en el caso de Siria.

Referirse al asesinato del embajador estadounidense en Bengasi, Libia, le jugó en contra a Romney en el debate anterior, pero es seguro que el candidato republicano regresará con sus acusaciones contra el gobierno.

El resto del mundo estará viendo atentamente. Muchos aliados de Washington esperan que la dura retórica de Romney sea sólo palabras fuertes de la campaña electoral que no anticipen cómo se comportará en la presidencia.

Pero acá en EE.UU. parece importar el carácter de cada candidato y quién luce más como un comandante en jefe de las fuerzas armadas.

BBC