Cierto. Existía una inexplicable pasividad de la coordinación de esta organización. Incluso en muchos integrantes del Movimiento auspiciaba la sospecha de un lopezobradorismo simulado. Pero la decisión adoptada de cambiar inesperadamente al Coordinador Estatal de “Morena” tiene todas las características del viejo priísmo: autocrátrico verticalismo, antidemocrática vía que agrede a miles de partidarios. Ya ha despertado el mayor de los rechazos.
Raúl Bolaños Cacho al reconocer lar virtudes de “Morena” ha declarado: su afán de sumarse a:
“un objetivo superior: la transformación de la vida pública de México”. Santo y muy bueno. Solo que Bolaños Cacho pertenece a los grupos políticos que durante decenios han pugnado por conservar el statu quo. Por si no lo sabe o pretende soslayar, el PRI desde el momento en que adoptó su nombre como Partido Revolucionario Institucional, reveló la mayor contradicción, el más ejemplar oximorón de que se tenga antecedente histórico. Las instituciones son conservadoras per se. NO revolucionarias. Institucionalizar significa congelar en el tiempo: crear una estatua partidaria. Embalsamar un movimiento. Toda la trayectoria histórica del PRI se caracterizó por conservar lo logrado. Y acrecentar la riqueza de pocos que ahora ahoga a México y a Oaxaca con millones de miserables.
Por esa razón, Don Raúl hizo huesos viejos en el PRI y jamás podría haberlos hecho en otro partido que pretendiera cambiar de raíz la creciente desigualdad, pobreza, emigración y marginación que ha lastrado a México y singularmente a Oaxaca. Por eso Bolaños Cacho ha pertenecido a todos los gobiernos recientes de Oaxaca, aún a los que han agredido impunemente al pueblo. Gobiernos cuyas promesas devinieron farsa sistemática. Bolaños Cacho convalidó decisiones de gobierno de las que nadie podría enorgullecerse. Sin siquiera ahora, cantar su palinodia. Raúl Bolaños Cacho es corresponsable de muchas tropelías contra el pueblo de Oaxaca que en buena medida “Morena” representa.
Por si fuera poco pertenece a las familias encumbradas económica y nominalmente de Oaxaca. Las que no se rozan con el pueblo, menos con los indígenas, si no es para tenerlos como “mocitos” en sus mansiones. Bolaños
Cacho puede intentar justificar su “ruptura ideológica” Que por cierto en su mensaje ni siquiera menciona.. Es increíble.
¿Por qué ahora que alguien lo invitó a aceptar la Coordinación, le paree que “Morena” es un movimiento democrático e incluyente? En el caso de tener esta convicción ¿por qué no solicitó su registro en “Morena” cuando dejó las filas del PRI en que militó por decenios? ¿Por qué optó por convertirse en cómodo “candidato ciudadano plurinominal” del PAN? Obvio: por identificarse con la derecha más recalcitrante del país y de Oaxaca. Con Felipe Calderón y sus atropellos a la historia nacional. ¿Si existiera un partido sinarquista, nada lejano del actual PAN, se habría incorporado antes que a Morena? Sin duda ¿Cómo explicar su “revelación” como a Pablo en el camino a Damasco? ¿Por qué su súbita inspiración ideológica, su trasvestismo político?
Consideremos que Baños Cacho fue un ferviente priísta por tantos años que se pierde en el registro de su larga prosapia oaxaqueña. No es comprensible que después de una vida cómoda, entre las clases privilegiadas de la capital y la entidad, conocido por su lejanía de todo lo que significa popular, democrático, cambie de ideología. La prueba del ácido es su historia personal.
El caso de Raúl Bolaños Cacho revela diversas aristas del mundillo político de Oaxaca y del país. Se dice que “cuando el barco se hunde, huyen las ratas”. Podemos parafrasearlo: cuando el que fue bongo, piragua, barquichuelo, deviene “barco que tiene capitán, rumbo y brújula”, cuando navega exitoso, los que lo despreciaban y denostaban, intentan treparse. Por eso los lopeobradoristas, “Morena” y sus simpatizadores convencidos, deben estar alerta para impedir que los arribistas, los oportunistas, asalten como piratas el nuevo barco que navega en México. Ahora los que fueron integrantes de gobiernos recientes, los que participaron en el genocidio popular que detonó la rabia en 2006, ahora pretenden sumarse a “Morena”.
Una duda clave: ¿los grupos interesados en destruir MORENA y a Andrés Manuel López Obrador, no pretenderán colar en este Movimiento ciudadano, sus caballos de Troya? ¿Al secuestrar, pervirtiendo el Movimiento, pretenden con el desaliento provocar la deserción colectiva?
Aprueban este texto. Kenia Estrada. Ma. Jesús Cruz. Alejandro Campa. Filiberto Jiménez. Josefina Huerta Soto. Fortunato M. Lara. Laura Estrada. Antonio Serafín Gómez. Trinidad Ortíz A. José Alvarez N. Antonio Méndez N. Ricardo Huerta T. Ma. Franyutti M.