Estamos a poco menos de un mes para que ,por vez primera en la historia de Oaxaca, un partido de oposición al PRI como Morena tome formalmente el control del Congreso local y con ello también, por vez primera, se genera un contrapeso real al poder ejecutivo. Sin embargo, poco se sabe de lo que hacen o han dejado de hacer los diputados y diputadas de Morena para definir y consensar una agenda legislativa mínima, así como para ocuparse de revisar y ponerle puntos y comas a la nueva estructura técnico-administrativa que traerá consigo la entrada en vigor de la nueva Ley Orgánica .
Sin duda las diferencias que hasta ahora han prevalecido para designar a su coordinador de bancada ha sido un factor que ha impedido avanzar en estas dos líneas de trabajo, pero también el hecho mismo de que los dos bloques que visiblemente se disputan palmo a palmo el control no solamente de los diputados y diputadas, sino también de los presidentes municipales, han operado en contra de un proyecto unitario, tan necesario e indispensable para evitar que una vez en funciones el PRI-gobierno y sus aliados los dividan y neutralicen.
A estas alturas, y visto la abierta guerra de posiciones que mantienen en diversos frentes los bloques dirigidos por Salomón Jara y Nancy Ortiz, es claro que este factor es el que con mayor fuerza ha bloqueado los esfuerzos de un sector de diputados y diputadas de la próxima legislatura local para caminar unidos y sacar adelante las tareas pendientes.
Pero esta falta de unidad también se ha expresado en el torpedeo del bloque jarista hacia las actividades que ( por si algo faltara) con mucha improvisación y desorden lleva a cabo la presidenta estatal de Morena y próxima Coordinadora Estatal de Programas Integrales de Desarrollo de la Presidencia de la República.
En el esquema planteado por AMLO para empujar por la Cuarta Transformación el papel de los legisladores tanto a nivel federal como en los estados será determinante para promover y aprobar iniciativas de ley comprometidas durante su campaña, pero igualmente importante será el papel que desempeñen los Coordinadores Estatales y sus delegados regionales como promotores del desarrollo social y contrapeso político-administrativo a los gobernadores priístas o panistas.
Sin embargo, la ruta de descalificaciones y choques entre los dos bloques morenistas han impedido que el bono democrático conquistado en las urnas se traduzca en políticas y acciones orientadas a fortalecer su partido y afianzar sus relaciones con la sociedad.
Y bajo esos parámetros también se mantienen las relaciones con los presidentes municipales quienes, además,y salvo contadas casos, en su mayor parte no han entendido que en la elaboración de sus planes de desarrollo, y demás actividades que pretendan desarrollar en su trienio, debe realizarse con el acompañamiento ciudadano y en forma transparente.
Frente a estos escenarios no extrañaría que en el caso del coordinador de la bancada de la LIV Legislatura quién tenga la última palabra en su designación sea la dirigencia nacional, o algunos de los hombres mas cercanos a AMLO. Y una operación similar tendría que instrumentarse para poner orden entre las tribus y bloques morenistas que en sus prisas por afianzar posiciones para el 2022 se han olvidado que primero deben demostrar que saben dirigir, legislar y gobernar y luego disputarse el control de las estructuras de poder partidistas, municipales y legislativas.
Twitter: @YescasIsidoro
Octubre 23 del 2018.