Felipe Calderón, el homúnculo michoacano ha cumplido su misión “imposible”: ha hipotecado abiertamente a PEMEX y al país hasta 2018. Ha demostrado sin rubor alguno, que cumple una misión doble: representa los intereses de México ante las transnacionales petroleras, para enajenar los mayores recursos petrolíferos disponibles y gestiona con eficacia los intereses de Halliburton y la parvada de aves de rapiña que cotizan en Wall Street, en el país y en el mundo de los energéticos. Este deleznable papel de cipayo de los plutócratas mundiales lo da a conocer en uno de los momentos críticos para las utilidades de las transnacionales de los energéticos: cuando la revolución popular libia pone en jaque el futuro de una de las fuentes de abastecimiento de petróleo barato a Europa. En Libia, casualmente, no tienen intereses arraigados las trasnacionales yanquis, sino las francesas e inglesas.
Por eso la revolución popular libia conmueve al mundo financiero: no por conmiseración por el sufrimiento de ese pueblo mártir, menos aún por coincidir con sus ansias libertarias. La médula de las angustias de la plutocracia mundial, incluyendo las burocráticas rusa y china, es que con Libia se expanda el “mal ejemplo” y el derribo de emiratos, califatos, sultanatos y cacicazgos decimonónicos, signos de atraso en materia democrática y derive en el estrangulamiento de la dudosa o incipiente recuperación económica en las sociedades desarrolladas. En primer lugar, los ricos están a la expectativa de lo inmediato: la recuperación de los índices de rentabilidad en las bolsas de valores del mundo.
Las expresiones de Obama, Sarkozy, Merkel y “fauna de acompañamiento” de repudio a Gadafi y su corte de enajenados en el poder, son muestras palpables de un intenso tartufismo internacional. Son vívidas formas de hipocresía de los ricos. No pretenden deponer a Gadafi para inducir el establecimiento de las democracias en el norte de África y el Medio Oriente. No. La auténtica democracia, significaría la disputa de los pueblos hoy aherrojados por las plutocracias petroleras de esas regiones, con las transnacionales petroleras por las rentas petroleras. La democracia en esa región puede devenir un movimiento de liberación regional en torno a una materia prima clave: el petróleo.
Si mantener el status quo, la situación previa a la “rebelión del jazmín” que ahora adopta formas de “rebelión de las espinas”, exige perdonar ¡nuevamente!, a Gadafi y aceptar que establezca su “jaima”, su paleolítica tienda de campaña en las capitales europeas, no dudarán los “barones del petróleo” en extender el perdón a las “travesuras” de Gadafi. Berlusconi, el anciano “fauno”, el primero. Así sea “echándole tierra” y olvido a los miles de asesinados por el enloquecido coronel y sus retoños criminales.
Mientras el genocidio avanza, Felipe Calderón extiende un bálsamo tranquilizador al mercado mundial del petróleo: demuestra palpablemente que si Chávez en Venezuela o Dilma en Brasil, se niegan a cumplir el papel de boicoteadores de las luchas libertarias norafricanas y árabes, México se hace presente y sienta un precedente: entrega una fuente alternativa de petróleo. Porque, las árabes, las que solo requieren “abrir el grifo” para aumentarlas y compensar la falta de petróleo libio, están en predicamento. Ponerlas en operación por los jeques, depende de esperar y no de Godot, el comportamiento seguramente revolucionario de sus propios pueblos. He ahí la importancia que México, productor secundario, pero no marginal, entre al quite en circunstancias críticas. Además, esta hipoteca es reveladora del “buen olfato” de las transnacionales dispuestas a hacer pingües negocios en el petróleo mexicano que dicen los enanos calderónicos declina su rentabilidad y en el futuro próximo se abatirá más. Por el contrario las transnacionales se precipitan por suscribir una ANTICONSTITUCIONAL “hipoteca” hasta 2018 del petróleo mexicano.
Extraño y muy extraño es que la hipoteca adopte formas de inaudita entrega de las riquezas nacionales. El Maestro Sax Fernández acuñó una frase, que palabras más o menos lo dicen todo: “huele a podrido y alguien está haciendo un gran negocio” Felipe Calderón con esa “hipoteca” supera los “logros” de Antonio López de Santa Ana.
En tanto ¿qué hacen los partidos políticos, las “tribus”, los dizque “legisladores” de todos los colores y los líderes de opinión, entre otros los del duopolio televisivo? Se dedican a pensar solo en el 2012, en mantener incólume el reparto de prebendas partidarias y negocios particulares. El sublime cretinismo político y mediático. El PRI enfilado a encaramar en Los Pinos su reedición de Fox: ¡sólo que ahora como “bajo vacío” y no alto!; el PAN a aprobar lo que venga de Felipe Calderón, menos sus “candidotes”; el PRD a boicotear las iniciativas de AMLO; el “Verde” a ampliar los negocios del “Tío Simi” y del “Chamaco que muerde”; el PANAL a “calentar comales” por si es cola y pega y llega la “Jefa” a Los Pinos. ¡Horror!
Solo ondea un Proyecto de Nación. El de AMLO que millones hemos asumido como propio, como esperanza para el país futuro que soñamos y que nos negamos a dejar en manos de los “polkos”. Enanos de mente y corazón del PAN que mantienen la línea ideológica entreguista de Salinas de Gortari y del PRI. Anuncian su fusión y siembran la confusión y el desaliento en el pueblo.
El pueblo organizado ahora tiene otra meta: derogar la “hipoteca” del petróleo. Volver a los senderos del mejor cardenismo, los de 1938. Los que crearon un país nuevo. Los que lidera AMLO y nosotros sus seguidores, los que perfila con nitidez en su obra escrita, pero sobretodo con su comportamiento identificado con los intereses del pueblo. En ese propósito, la brecha entre extranjerizantes y nacionalistas, se ampliará. Cada quien ocupará el lugar que decida. Unos denunciando la “hipoteca” petrolera calderonista para recuperar la soberanía del pueblo; otros, sumados a los cipayos. La Nación recuperará Los Pinos como “Casa del Pueblo” y borrará el nombre que le puso Calderón, el PAN y el Yunque para demoler el país: “Manga de Clavo”.
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