La competitividad es la capacidad de una persona u organización para desarrollar ventajas competitivas con respecto a sus competidores y obtener así, una posición destacada en su entorno. Esta definición parece simple, sin embargo, detrás de ella hay muchas acciones que deben llevarse a cabo para alcanzar objetivos previamente trazados. En pocos años, un país asolado por la guerra se transformó en una gran potencia económica; el llamado “milagro alemán” fue una hazaña, en la que no hubo intervención divina, sino inteligencia para tomar decisiones oportunas. Alemania sufrió un régimen nazi que, después de la segunda guerra mundial, dejó consecuencias graves para el país. Quedó dividido su territorio en dos países bajo la influencia de Occidente y de la URSS, respectivamente. Después de la caída del muro de Berlín, en 1989, los alemanes mantuvieron el espíritu que décadas antes los sacó de la debastación que dejó Hitler y su régimen.
Hoy Alemania es la gran potencia económica europea y la cuarta más grande del mundo, su PIB se calcula en tres mil 467 millones de dólares, y su PIB per cápita es de 45 mil 552 dólares. Son datos que hablan de la solidez de un modelo de desarrollo económico que se ha convertido en orgullo de su pueblo y que ha modificado la discusión pública. Ya no es la política y sus expresiones nacionalistas que ponen en riesgo las libertades de las personas, sino el potencial de la economía a través de una industria sólida que ofrece productos de primera calidad. Después de una década de la crisis económica internacional más grave en lo que va del siglo, y mientras muchos países continúan con graves problemas económicos, Berlín puede presumir, y lo hace, de un aparato económico bien engrasado y perspectivas a corto, medio y largo plazo mucho mejores que la mayoría de sus socios.
No siempre fue así. A principios de la década de los cincuenta, el Times de Londres popularizó la expresión “milagro económico alemán” para intentar ilustrar con palabras lo que los números eran incapaces de hacer. La pregunta es: ¿cómo un país destrozado por la guerra, con millones de muertos, ciudades derruidas, el 20% de las casas desaparecidas logró, en apenas un lustro, una proeza económica de grandes dimensiones. La impresionante recuperación económica de un país destruido se explica por la adopción de las medidas necesarias en el momento más crítico. Berlín puso en marcha las reformas y leyes más duras cuando hacía falta. Se arriesgó, contra la opinión de la ortodoxia dominante (bajando impuestos, liberalizando y eliminando controles), para generar crecimiento, en lugar de esperar a que este llegará para empezar a reaccionar.
Esta semana pude conversar con Gerhard Loecken, Delegado Honorífico de Senior Experience Service (SES), que es la organización alemana más importante en el ámbito de voluntariado y que colabora capacitando a empresarios, negocios y artesanos. Loecken está trabajando con el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Economía y el ICAPET para capacitar a los beneficiarios, además de hacerlo a solicitud de micro, pequeños y medianos empresarios. Este año tenemos 13 misiones de capacitación, de las cuales se han cumplido tres, y en cada ocasión. Loecken me compartió su visión de la Alemania en la que nació, creció y cómo se ha ido transformando con el paso del tiempo con base en una planeación adecuada y la mejora continua de sus procesos. Para él la capacitación ha sido la llave del desarrollo del país, pues con ella cada alemán ha entendido que si se dedica a hacer zapatos debe ser el mejor zapatero. La clave de crecer está en la productividad, la competitividad y también en el ahorro. No es casual que Alemania sea la fortaleza de Europa frente a cualquier crisis financiera. Se trata de un país en el que su gente hace la diferencia y el país es reflejo de decisiones bien tomadas.
Es pertinente señalar que esta semana se realiza la Feria Industrial de Hannover, Alemania, en la que México es el país invitado de honor. Es el primer país de América Latina en ser invitado en calidad de socio lo que habla de la fortaleza de las finanzas nacionales y de las grandes oportunidaides de invertir en él. El Presidente Enrique Peña Nieto acude a este importante evento acompañado de 10 Gobernadores del país, entre ellos el Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat quien va a compañado del Secretario de Economía estatal Juan Pablo Guzmán. Se trata de una gran oportunidad para dar a conocer la agenda de trabajo de este gobierno en materia de atracción de inversiones y estrechar lazos con inversionistas de todo el mundo. Alemania es un socio estratégico de nuestro país y Oaxaca puede ser destino de inversiones que generen progreso.
La disciplina de los alemanes les ha permitido remontar situaciones de crisis y desastre. De su experiencia en materia de capacitación estamos aprendiendo mucho, y lo más importante, enseñandoles a quienes más lo necesitan que la clave no está en esperar a recibir un beneficio sino en generar ingresos propios que mejoren nuestra calidad de vida. El intercambio de experiencias entre países genera círculos de conocimiento y confianza virtuosos, que en el ICAPET haremos crecer a favor de Oaxaca.
*Director General del ICAPET Oaxaca