Lavadero Político 12/04/20

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Con el que ya no se sabe de cual fuma, si sufre de demencia senil o simplemente se apega a sus “otros números” (que para variar están muy, pero muy lejos de la realidad), es el máximo líder del resentimiento social y presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, quien el sábado (no se sabe si en un mal viaje de ácidos o por el deterioro de su salud mental), subió un conmovedor video a sus redes sociales donde ––entre otras mentiras––, aseguró que México, no solo han hecho un papel destacado durante la contingencia que desató la propagación del Covid-19, si no que juró por su jefecita santa, somos un ejemplo a seguir para la comunidad internacional (¡Qué mamá da esos consejos!).

Así fue como el líder moral, paladín religioso y creador y dueño de los “otros datos” lo hizo nuevamente, esta vez por medio de un tendencioso video subido el día de ayer a su cuenta de twitter, donde destaca el apoyo de la “inmensa mayoría” de la sociedad mexicana para seguir las medidas de sana distancia con lo que, juró y perjuró, se está poniendo un ejemplo a nivel mundial (el chiste se cuenta solo).

Se dejó ir con un hermoso discurso digno del día de la bandera en cualquier primaria bajo el control de la SEP, donde no solo se desvivió por transmitir las fortalezas de México, sino que aseguró que somos el ejemplo a seguir a nivel mundial, por la forma ejemplar en cómo estamos actuando en esta crisis, aunque seguramente “sus datos” no fueron contrastados con el estudio de movilidad que hizo la empresa Google, el cual nos coloca como el país de Latinoamérica que menos respeta el “Quédate en casa” (chiaaaaaaale).

“México tiene muchas fortalezas y ahora se está poniendo de manifiesto que tenemos una familia unida, fraterna, que tenemos esta gran institución que es la familia mexicana, un pueblo ejemplar el pueblo de México. Estamos dando una lección al mundo con nuestro comportamiento ante la pandemia desatada por el Coronavirus.

Destacó como ejemplo las paradisíacas playas de Acapulco, las cuales están totalmente despejadas durante este fin de semana, de acuerdo con información que le compartió el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo; y quien seguramente olvidó mencionarle que la mayoría de las playas en el país están cerradas, debido a los mexicanos que no son ejemplo para el mundo, lo primero que hicieron al verse sin obligaciones laborales fue desbordarse a las playas más cercanas.

“Esto tiene que ver con el esfuerzo que estamos haciendo porque lo fundamental es la prevención, no los hospitales, es lo que podemos hacer nosotros para cuidarnos, el estar en nuestras casas”, abundó con el pecho más inflado que el precio del dólar.

Lo que el presidente no mencionó en su cátedra de civilidad y valores sociales, fue los diversos casos que los otros mexicanos (los que ponen el mal ejemplo) han protagonizado en todo el país, donde hemos visto como abarrotan mercados, tianguis o celebraciones religiosas, así como aquellos que descubrieron que si agredían médicos y enfermeras, estarían a salvo de un contagio, sin dejar de mencionar las miles de publicaciones en redes donde estos mismos “hijos de su mal ejemplo” aseguran que “de algo se tienen que morir” mientras hacen reuniones o asisten a lugares concurridos.

Tal vez en su solemne mensaje, debió advertir a sus feligreses el endeble sistema de salud con el que contamos, el cual gracias a “la lucha contra la corrupción”, se encontraba en “banquitos” muchísimo antes de la llegada del Coronavirus a México, enfermedad que ha colapsado los sistemas de salud y las estrategias de combate de países como Estados Unidos, Italia o España.

En uno de sus alucines, aseguró que saldríamos primero de esta crisis sanitaria y después de la económica, haciendo evidente la demencia senil que lo aqueja ya no mencionó si de la crisis que generó la 4T (ya que todos recordamos el raquítico crecimiento económico del país en su primer año del trono), o de la que generó esta crisis de salud, ya que como dice el dicho: “éramos muchos y parió la abuela”.

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El que ya se enojó “de a devis” y se puso denso (con justa razón), es el papacito de muchas, sugar daddy de pocas y subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien se dijo “harto mucho indignado” con aquellos chimpancés a quienes ya les entró el temor por un posible contagio de Covid-19, y que han “canalizado sus sentimientos básicos” de la forma equivocada, derivando en la agresión y discriminación a personal de salud en todo el país, debido a los reportes y denuncias de los trabajadores de la salud quienes ya comienzan a temer por su integridad y la de sus familiares (chiaaaaale).

Así es como el sueño idílico de las mamás luchonas, caballero de la salud y nuevo príncipe encantador de la 4T, Hugo López-Gatell, aseguró estar preocupado por la reacción de algunos “ciudadanos” hacia quienes combaten frente a frente la contingencia de salud que azota a nuestro país, esto después de que trascendieron denuncias y testimonios de varios trabajadores de salud, quienes han sido víctimas de agresiones físicas, discriminación y maltratos por parte de personas con poco y ningún ápice de sentido común.

“… nos preocupan profundamente, porque es verdaderamente indignante, insólito, muy alarmante que haya personas que estén canalizando distintos sentimientos muy básicos, como el temor y quizá sentimientos de enojo, hacia el personal que les protege”. Dijo en su conferencia mañanera.

Con respecto a estos ataques contra enfermeras y médicos, aseguró que las personas que hayan perpetrado cualquiera de esas agresiones perfectamente puede ser el próximo ciudadano que padezca la enfermedad o que tenga un familiar directo con el virus, por lo cual hizo un llamado a la solidaridad y a la protección de trabajadores de salud desde el Estado, pero también desde la sociedad, pues descartó que exista algún plan de militarizar el país o de desplegar a la Guardia Nacional afuera de los hospitales.

“Es aún más indignante cuando se trata de los profesionales de la salud de quienes dependemos todos, que están en la primera línea de trabajo enfrentando esta epidemia”, agregó con mira furibunda Hugo López-Gatell.

Por su parte el doctor Víctor Hugo Borja Aburto, director de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, dijo que “no la chiflen si es cantada” y exhortó a la población que le bajen a su paranoia y cesen las agresiones y amenazas al personal médico, quienes son el primer contacto de pacientes con Covid-19.

“Como instituciones de salud exhortamos a la población a apoyar y confiar en el personal médico profesional. Para nosotros, la integridad física de nuestros cuadros médicos es fundamental para garantizar la atención. Les pedimos cesar las agresiones contra el personal de salud”, expresó Borja.

Lo más preocupante es que en nuestro país aún no entre la fase 3 de esta contingencia, donde aumentará considerablemente el número de contagios y de muertes, cifra en la que también entra el personal de salud, abonando a la histeria colectiva de quienes con trabajo leen los memes que comparten, y consideran que los médicos, enfermeras y el demás personal que labora en instituciones médicas, en automático son portadores de Coronavirus y es mejor alejarse de ellos… qué pena que no piensen los mismo de los pendejos.

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Mientras en muchos países del mundo se tomaban decisiones de Estado para hacer frente a la Pandemia del Covid-19, en México el presidente Andrés Manuel López Obrador hacia mofa de ello, cual si se tratara de un espectáculo denigrante hacía bromas de mal gusto y se burlaba de las opiniones de los expertos, llamaba a salir a las calles, a los abrazos y se decía protegido por unas estampitas y un trébol de cuatro hojas, “detente invocaba” con una sonrisa sardónica, sus legiones de seguidores lo celebraban y hasta le aplaudían, el grueso de la población no escuchó los llamados a la sana distancia.

Fiel a su costumbre, mentía al decir que estábamos preparados y que teníamos infraestructura, personal médico y equipos suficientes.

Mientras esto sucedía, el Subsecretario de Salud Hugo López Gatell, cometía sus primeras pifias y dejaba ver sus primeros errores que ponían en duda su rigor científico “el Presidente tiene una fuerza moral, no una fuerza de contagio”, al tiempo que rechazaba la realización de pruebas y apostaba por el modelo Centinela.

En tanto, el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus, hacía un llamado urgente: “no dejar de hacer test, test, test de Covid 19”.

“Las medidas de distanciamiento social pueden ayudar a reducir la transmisión y permitir que los sistemas de salud hagan frente. Lavarse las manos y toser en el codo pueden reducir el riesgo para usted y para los demás, pero por sí solos, no son suficientes para extinguir esta pandemia. Es la combinación que hace la diferencia” decía.

Nadie hizo caso y nos convertimos en la burla mundial por apostar de manera irresponsable a un modelo con serias deficiencias, se vino la declaración de fase dos de la Pandemia, forzados por las declaraciones de la OMS, todavía recordamos a Gatell una noche antes negando esta fase y a la mañana siguiente reconociendo por fin que la fase 2 era inminente.

Muy pronto la realidad nos alcanzó, quienes pusieron las primeras víctimas fueron médicos, enfermeras y camilleros ante la clara evidencia de la falta de protocolos, insumos y recursos para enfrentar la pandemia.

Hoy lentamente el sistema deja al desnudo que está colapsado los contagios en el personal médico supera los 300.

No tenemos ventiladores ni insumos, se nos ha mentido permanentemente. Poco a poco por decenas se comienzan a contar los fallecimientos en las distintas ciudades, el Estado administra la emergencia sanitaria, se nos miente con las cifras, pues las que se conocen corresponden a tan solo una muestra, se pueden multiplicar por nueve dice el Subsecretario López Gatell, aunque en los hechos se pueden multiplicar por doce, por veinte o por cuarenta.

La sociedad no responde al llamado del distanciamiento social y al aislamiento, algunos por sus precarias condiciones económicas y otros por la cultura del valemadrismo que llevamos en nuestro ADN.

Se hizo un llamado a la cuarentena hasta abril, pero lo mismo puede terminar en septiembre o diciembre, los muertos comienzan a aparecer y no le explican a la población como enterrarlos, una cosa es cierta, si un familiar enferma de gravedad es muy probable que no lo volvamos a ver, las clases están suspendidas hasta fines de abril pero en la realidad no existen condiciones para regresar a las aulas, el ciclo escolar ya pueden darlo por terminado,

Ahora viene lo más difícil, el virus ya se encuentra en las comunidades y vienen los casos positivos al alza, sin recursos, sin insumos, con una ignorancia e idiosincrasia que no permiten establecer protocolos y que estos se cumplan.

Lo que vivimos con los pacientes fallecidos en Santiago Suchilquitongo y en Huatulco, nos exhiben como enanos mentales, esa es nuestra triste realidad, por lo pronto el confinamiento está aumentando la violencia doméstica, las enfermedades mentales, en pocas semanas las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados, nos alcanzo la realidad y ante esta uno se pregunta:

¿Es posible salir de esta pandemia y sus daños colaterales?

La respuesta es sí.

Con fortaleza mental, espiritual, con solidaridad, humildad y empatía.

Debemos entender que si nos va bien la normalidad de nuestra vida, al menos como la entendíamos volverá para el 2022.

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Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector la frase de la semana:

En política siempre recuerda: “Los mitos de la infancia se apoderan de nuestra realidad, trastornan nuestra mente y envejecen con nosotros”.