La ONU pide ayuda para Kirguistán, amenazado por nuevos enfrentamientos

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08:08 Naciones Unidas hizo un llamamiento humanitario urgente para asistir a más de un millón de personas afectadas por los enfrentamientos interétnicos en el sur de Kirguistán, donde este sábado se temía una reanudación de la violencia.

Al día siguiente de que la presidenta interina Rosa Otunbayeva admitiera que la cifra de muertos en los enfrentamientos entre kirguisos y la minoría uzbeka alcanza posiblemente los 2.000 -el número oficial es de 192-, los habitantes de la ciudad sureña de Osh, epicentro de los episodios violentos, temían nuevos choques.

El enviado estadounidense a la zona, Robert Blake, tenía previsto reunirse este sábado con representantes del Gobierno interno, en el poder desde la revuelta de abril.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, pidió el viernes un fondo de urgencia de 71 millones de dólares para la ayuda humanitaria en Kirguistán y anunció que hará la semana que viene un llamamiento por separado para el vecino Uzbekistán, adonde decenas de miles de personas han huido de la violencia.

Ban se refirió a la “escasez de alimentos, de bebida y de electricidad en las zonas afectadas debido a los pillajes, la falta de suministro y las restricciones de movimientos” y dijo que los hospitales se estaban quedando sin medicamentos.

John Holmes, el coordinador de emergencias de la ONU, afirmó estar impresionado por “la magnitud de la violencia y consternado por la cantidad de muertos y heridos, los incendios, la violencia sexual, los pillajes (…) y la destrucción de infraestructuras” en Kirguistán. Y estimó que el país tenía necesidades “muy importantes”.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU anunció el sábado que a partir del domingo organizará un puente aéreo desde Dubái para transportar a Kirguistán y Uzbekistán ayuda alimentaria.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) de Naciones Unidas estima que los choques “han afectado directa o indirectamente” a un millón de personas en esta ex república soviética de Asia Central (unos 300.000 refugiados que se vieron obligados a cruzar la frontera con Uzbekistán y otros 700.000 desplazados internos).

En Osh, los residentes temían un retorno de la violencia, después de que Otunbayeva prometiera retirar las barricadas que rodean los barrios uzbekos. El paso a la mayoría de las calles por las que se accede a los distritos uzbekos de la ciudad seguía bloqueado por troncos de árboles, coches quemados y contenedores.

“Si vienen a despejar el acceso a las calles nos volverán a disparar. El ejército está en contra de nosotros, el Estado lucha contra nosotros”, dijo Pulat Shikhanov, de 63 años. “No nos esperamos nada bueno de esto. Volverá a empezar hasta que hayan echado a todos los uzbekos”, dijo el jefe del distrito local, Purdubai Barubayev.

Los recientes enfrentamientos fueron los peores registrados en este empobrecido Estado de Asia Central desde la desintegración de la Unión Soviética. Las víctimas de estos choques han dicho a la AFP que había sido una campaña brutal orquestada por las milicias armadas de kurguisos que tomaron como blanco a los uzbekos, que representan en torno al 14% de los 5,3 millones de habitantes del país.

Tras visitar el viernes Uzbekistán, donde llamó a que se lanzara una investigación independiente sobre lo ocurrido, el subsecretario de Estado norteamericano a cargo de Asia Central y del Sur, Robert Blake, debía reunirse el sábado con representantes kirguisos en la capital, Biskek.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, por su parte, señaló que Estados Unidos está trabajando con la comunidad internacional para apoyar los esfuerzos del gobierno interino por restaurar el orden y encaminar la ayuda humanitaria.

AFP