Los nuevos gobiernos topan con esa disyuntiva. Con frecuencia incurren en la repetición de “Acciones de los primeros Cien Días de gobierno” que… al no cumplirse, evidencian poca eficacia y vislumbran incapacidad. Por eso ¡mejor olvidar ese disco rayado! Por eso a los dos nuevos gobiernos: estatal y municipal, sugeriríamos: revisen “las” prioridad “es” oaxaqueñas. A mi juicio la prioridad- que significa una, no varias, la que antecede, la más importante-es atender el problema crucial: la alimentación popular. Esta se ha abatido por la escasez de empleos e ingresos y una carestía que dinamita los hogares oaxaqueños.
Solo alguien eufórico o enriquecido rápida y deshonestamente puede afirmar que ¡Oaxaca es un paraíso! Para la población modesta es un infierno ¡caro! Los pensionados se endeudan para comer y pagar con sus magros cheques; las amas de casa hacen maravillas para alimentar a la prole, los empleados ven como se acaba la quincena antes de comprar lo indispensable y algunos clasemedieros empiezan a pasar apuros, igual que burócratas que ven cerca la guillotina y sin oportunidad alguna en los nuevos gobiernos.
Corren versiones de propuestas al nuevo gobierno estatal, especialmente en lo que hace al maíz, clave en la dieta oaxaqueña. Los sesudos protoburócratas sugieren comprar maíz en Sinaloa para abastecer a Oaxaca. ¡Esa “solución” no requiere formular modelos matemáticos ni gruesos análisis! No se necesita doctorarse para salir con esa barrabasada. Es la vía fácil.
Hemos de entender que la vía difícil pero que tienen que proponer al nuevo gobernante es producir en Oaxaca el maíz que la población demanda con carácter urgente. De calidad y en cantidad suficiente para cubrir la alimentación popular. ¿Es la vía difícil? Si, Pero el gobernante debe incorporar colaboradores que resuelvan los problemas difíciles. ¡Los fáciles se resuelven solos!
Proponer mayores compras de maíz a otras entidades, es como devanarse los sesos o la calvicie, para salir con la perogrullada de incrementar los impuestos ¡parejito!, para sanear las finanzas públicas.
Con un nuevo gobierno se debe alentar la imaginación, la inteligencia y comprender que el maíz más caro es el que se compra fuera. El más barato es el maíz que aún subsidiado, se produce en terrenos indígenas y campesinos que principalmente lo van a consumir. El maíz es tan importante que debería ser motivo de un programa especial con líneas de crédito, SIN INTERESES, ¡Ojo: no regalado, sino sin intereses!, hasta alcanzar la autosuficiencia maicera. En esto se requiere DECISIÓN POLÍTICA.
Se deben olvidar los mensajes acerca de que con ¡los invernaderos de alta tecnología!, Oaxaca está punteando en el país y solo falta un cachito para ser Jauja. Un pésimo ejemplo son los que se instalaron por los rumbos zaachileños o la harinizadora de maíz en Valle Nacional, actual cementerio de chatarra.
La producción de alimentos populares es clave ante una situación grave: el encarecimiento nacional y en el extranjero. Además porque con más producción, con menores presiones en la Central de Abastos y los mercados regionales, por mayor producción maicera campesina e indígena, los precios se ajustarán a la baja, así sea en un porcentaje menor.
Finalmente: se tiene que formular un programa estatal para reducir la diferencia entre los precios de alimentos, por ejemplo, en la Central de Abastos, al menudeo y los precios en tianguis y tiendas de la ciudad. La mayor parte de los productos alimenticios, multiplican tres veces su precio. Esto explica la carestía que es la otra cara de las bajas ventas de alimentos en Oaxaca. El resultado final: una población hambrienta, mal alimentada y orillada a enfermarse por desnutrición. La cereza del pastel: un enfermo por hambre es incurable. La causa no es su organismo: el origen radica en un comercio voraz y en autoridades que no dan importancia a la alimentación del pueblo. Este es el problema más trascendente e importante.
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