Jefes árabe apoyan al pueblo sirio sin pedir salida de Asad

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Siria ocupará el centro de las deliberaciones entre jefes de Estado y representantes de los países de la Liga Árabe reunidos este jueves en Bagdad en una cumbre que consagra el notable regreso de Irak a la arena diplomática, en medio de excepcionales medidas de seguridad.

 

Al mismo tiempo, y cuando las fuerzas sirias atacaban las ciudades rebeldes, el régimen de Damasco advirtió de antemano que rechazaría toda nueva iniciativa proveniente de las cumbre de Bagdad.

Para dejar bien en evidencia su irritación, los dos países más radicales en la cuestión siria, Arabia Saudi y Catar, sólo enviaron responsables de segundo orden para ser representados.

Esta reunión que marca el retorno oficial de Irak a la familia árabe, está marcado por la venida histórica del emir de Kuwait, más de veinte años después de la invasión de su país por las tropas de Sadam Husein, el dictador ejecutado a fines de 2006.

Nueve de los 21 jefes de Estado árabes invitados a la reunión (Siria fue excluída debido a la represión) llegaron a la capital iraquí, donde la seguridad, que en los últimos días, llegaba ya a niveles inéditos, fue aún reforzada este jueves, paralizando de facto la ciudad.

Los jefes de Estado del Líbano, de Yibuti, de Sudán, de Túnez, de Palestina, de Comores, de Somalia, de Libia están ya en Bagdad, así como el secretario general de la ONU Ban ki Moon.

La reunión tendrá lugar a media jornada en el Palacio republicano, situado en el barrio ultra protegido de la Zona Verde.

Aún cuando no habrá una representación de Damasco, el tema de Siria estará en el centro de los debates.

Los ministros de Relaciones Exteriores reunidos el miércoles en Bagdad afinaron un proyecto de resolución, la “Declaración de Bagdad”, que se abtiene de llamar a una salida del presidente sirio y a armar a los rebeldes sirios.

Según esta declaración, de la cual la AFP obtuvo una copia, los dirigentes árabes dicen apoyar “el legítimo deseo de libertad y de democracia del pueblo sirio que desea elegir su futuro, y apoyan un traspaso pacífico de la autoridad”.

“Denuncian las violencias, los asesinatos y el derramamiento de sangre, se pronuncian en favor de una solución pacífica mediante negociaciones nacionales, rechazan la injerencia extranjera en la crisis siria”.

Apoyan “la misión de Kofi Annan para iniciar negociaciones políticas entre el gobierno y la oposición sirias sobre la base de la iniciativa” aprobada por el Consejo de seguridad de la Liga Arabe.

El plan de paz presentado por el emisario ONU-Liga árabe Kofi Annan prevé en particular la cesación de las violencias de todas las partes, la entrega de ayuda humanitaria y la liberación de las personas detenidas arbitratriamente.

Los países árabes aparecen divididos sobre Siria: los países del Golfo, en particular Arabia Saudí y Catar, quieren armar a la oposición para derrocar a Bashar al Asad, en tanto otros prefieren la diplomacia, cuando las violencias han dejado más de 9.000 muertos en un año, según la ONU.

El ejército sirio intensificó sus operaciones contra los rebeldes a través de todo el país, violando así, según Estados Unidos, las disposiciones del plan Annan, que Damasco habría aceptado según la ONU.

En un comunicado, la ONG Human Rights Watch (HRW) llamó a la Liga árabe a aplicar estrictamente las sanciones que había adoptado contra Siria en noviembre pasado para señalar que “no disminuirá su presión sobre Siria”. Por el momento, lamenta HRW, “quedan aún amplios vacíos” en la aplicación de las sanciones.

Además de Siria, la Declaración abordará también la cuestión palestina, Somalia y las armas nucleares en poder de Israel.

AP