“La medida de toda sociedad está en la manera en que trata a sus niñas y a sus mujeres”. Estas palabras de Michelle Obama pronunciadas hace dos años en un acto del Partido Demócrata son una sentencia inapelable que podríamos extender aún más: “La medida de toda sociedad está en la manera en que trata a las personas que más lo necesitan”. Quienes necesitan ayuda para salir adelante no son marginados; antes que eso son personas con anhelos que tienen derecho a cumplir. Esta es la filosofía de vida que desde hace dos años impulsa una mujer cuyo liderazgo nato ha sentado las bases de una política pública por y para las familias.
Ivette Morán, presidenta honoraria del Sistema DIF Oaxaca y esposa del Gobernador Alejandro Murat, rindió esta semana su segundo informe de actividades rodeada de personas a las que ha conocido en sus múltiples giras al interior del estado. Personas que tienen nombre, apellido y que tienen una historia de vida muchas veces atravesada por situaciones dolorosas. Personas que han sufrido alguna pérdida y que detuvieron su marcha creyendo que no había esperanza más allá de su situación pero que hoy tienen una sonrisa en el rostro.
Por primera vez en Oaxaca existe una política articulada de asistencia social que va más allá de los servicios habituales. Que no pone trabas a la gente necesitada y al contrario, facilita las cosas para que lo imposible sea viable. Los testimonios de quienes intervinieron en el II Informe de la Señora Ivette hablan por sí mismos de la nueva era que el DIF Oaxaca ha inaugurado. A través de seis ejes: Familia Incluyente, Familia Nutrida, Familia Saludable, Familia Juntos, Construyendo en Familia y Familia Protegida, el DIF ha puesto en el centro a las personas. La clave ha sido el trabajo en equipo bajo una misma misión, la más clara muestra es la Familia Juntos, que reúne a instituciones aliadas del Gobierno del Estado que nos hemos sumado a una estrategia inédita y altamente efectiva de despliegue territorial en las ocho regiones del estado.
Los números no mienten. El DIF Oaxaca ha atendido a casi 100 mil personas con algún tipo de discapacidad. Las Unidades Básicas de Rehabilitación tienen más de 71 mil beneficiarios. Se han realizado Jornadas Médicas en beneficio de más de 12 mil beneficiarios. Más de 106 mil niñas y niños oaxaqueños reciben desayunos escolares fríos y más de 109 mil personas reciben sus alimentos en las Cocinas Comedor Comunitarias. Más de 9 mil personas adultas mayores reciben atención del DIF Estatal y esto significa, además de honrar a nuestros sabios, transformar la dinámica de muchos hogares que hoy pueden confiar en el DIF como un segundo hogar para quienes han cumplido una vida de trabajo y esfuerzo. Con el programa DIF Te Lleva, hoy hay una flota de vehículos adaptados que realiza gratuitamente traslados para las personas con alguna discapacidad motriz y con los Parques Incluyentes las niñas y niños pueden jugar con seguridad porque en el Oaxaca de hoy ninguno de ellos debe sentirse diferente ni menospreciado.
Los límites están en la mente, no en la realidad. Ese es el mensaje contundente de un informe especial porque más allá de ser un acto protocolario se convirtió en una celebración a la esperanza, a la vida y a las posibilidades que ofrece cuando nos unimos por un objetivo común. Ivette Morán se propuso y logró llegar adonde antes el gobierno no iba por falta de voluntad o en el mejor de los casos por falta de recursos. A los lugares más alejados de los centros urbanos, las giras Juntos han llegado a cambiarle el ánimo a las familias oaxaqueñas. La asistencia social se ha convertido en una estrategia de atención que no es ventanilla de recepción de solicitudes sino cariño, confianza y comprensión a quienes necesitan la ayuda de su prójimo. Esto solo ha sido posible con el liderazgo de quien hoy es la mayor aliada de las familias oaxaqueñas. Ha sido su visión de apoyar a todos sin distingos lo que nos ha motivado a conformar un solo equipo: el Gabinete Social del Gobierno de Alejandro Murat.
Vivimos una época de cambio de paradigmas. Quienes creen que todo pasado fue mejor se equivocan. A solo unas décadas de que las mujeres tuvieron derecho al voto en México y hoy que todavía prevalece una violencia inconcebible hacia ellas, el papel de una primera dama no puede ni debe ser el de antes. Justamente eso fue lo que probó la presidencia de Barack Obama en los Estados Unidos. Quien hace ocho años era elegido presidente del país más poderoso del mundo tuvo en Michelle a su mayor apoyo e hicieron un equipo formidable para lograr un cambio cultural en un país profundamente dividido. Michelle Obama se convirtió en símbolo de que los estigmas podían vencerse y de que la esposa de un jefe de Estado no debe ser solo su acompañante en actos protocolarios. Que justamente, una mujer en esa posición debe hacer valer su sensibilidad y su corazón para apoyar las causas que considera justas y movilizar a quienes creen en ella.
En Oaxaca hoy tenemos a esa mujer y es un honor trabajar a su lado haciendo equipo con el Gobernador Alejandro Murat. Hoy hay un solo Gobierno pero hay también un Gobierno cercano a la gente, que escucha su voz y no ignora sus solicitudes. Que atiende con el corazón en la mano peticiones que ninguna madre rechazaría. Es el caso de Rebeca y Eugenia, niñas que encontraron a la señora Ivette en alguna de las giras Juntos. Sus mamás acudieron a los eventos porque les dijeron que había alguien que ayudaba a la gente sin preguntarles de dónde venían o qué posibilidades económicas tenían. Ambas han padecido tumores en sus rostros, que ellas no eligieron tener y que ellas jamás pensaron tener. Sus mamás creyeron en que Ivette podía ayudarlas. Hoy las dos niñas se encuentran bajo tratamiento médico especializado y pueden sonreír de nuevo.
Hace tiempo que la frase de que detrás de un gran hombre hay una gran mujer dejó de ser referencia de la vida diaria. Lo cierto es que los grandes hombres no existirían sin las grandes mujeres. Es su liderazgo, más que el nuestro, el que ejerce un poderoso motivo en la vida diaria, el que fija metas con el corazón y planea en función de la felicidad. A dos años de este Gobierno, Ivette Morán ha consolidado un liderazgo indiscutible como aliada de las familias oaxaqueñas, en ellas ha fijado su trabajo y miles de vidas transformadas son el saldo de una generosidad excepcional, que pone a prueba a quienes la acompañamos en este camino. Ayudar es una decisión. Con su ejemplo, Ivette Morán nos invita a que la asumamos como un compromiso de todos los días.
*Director General del ICAPET