AMLO y MORENA pusieron la pica en Flandes. Aportaron el “Nuevo Proyecto de Nación” que llamaron alternativo. No coincidí desde el principio: no era alternativo, era único. Ese texto formulado con la participación de una pléyade de talentosos estudiosos de la realidad nacional, provocó el temor en los otros pre-presidenciables. “Chepina” Vázquez Mota después de “Díos mío, házme viuda” el“best seller” que mostró su increíble talento, suscribe un nuevo bodrio de entrevistas en las que incluye los de sus congéneres ideológicos como el “talentoso” alpargatero Aznar. Además se fotografió con Rajoy el “líder” español que se rehúsa a mostrar su programa de gobierno. Con ese bagaje “intelectual” “Chepina” pretende convencer que tiene capacidad para presidir los destinos de un país en grave crisis.
Ahora Peña Nieto de quien no se conoce ni un esbozo de silabario, aportó un texto “México la gran esperanza. Un Estado eficaz para una democracia de resultados”. Su presentación, según el reportero Mauricio Rubí de El Financiero discurrió” con señalamientos sobre los retos del país y críticas al PRI”
El primer presentador fue Héctor Aguilar Camín, el conocido escritor orgánico del sistema. Dijo que Peña explica de dónde vendrían los recursos para un Estado eficaz: de contener la evasión fiscal, suprimir exenciones y regímenes especiales, modificar el ISR al promedio de los países de la OCDE y acercar la recaudación del IVA al promedio de la OCDE. El “corazón” del proyecto es una reforma fiscal profunda, que políticamente “es imposible” sin lo que el autor llama “la moral de pago y la confianza de los contribuyentes”. Especifica- ojo: el articulista no dice quien especifica, si Aguilar Camín o Peña Nieto- que la confianza del contribuyente sólo puede ganarse con transparencia y rendición de cuentas “pero el escándalo público que rodea al PRI es por falta de rendición de cuentas en deudas contraídas por visibles políticos priístas”.
También preguntó- obvio: Aguilar Camín- cómo imaginarse una reforma educativa si van “de la mano” con “el partido del sindicato magisterial y de su dirigente. Muchos tenemos la impresión de que los dueños de Nueva Alianza han sido parte del problema en el reto educativo”.
Guillermo Ortiz, exgobernador del Banco de México, dijo que no hay “recetas mágicas”, pues ningún país ha superado la pobreza con recetas de libro de texto. “Lo que tienen en común las experiencias exitosas es que se han aplicado esfuerzos sostenidos”.
Peña Nieto se dijo convencido de que, si se logra definir los objetivos de los próximos años, alineando esfuerzos, el país tendrá otro escenario en poco tiempo. “Coincido con Aguilar Camín: un proyecto en sí mismo no transforma la realidad de un país; pero también estoy convencido de que si no hay claridad en los objetivos y en el rumbo, menos se puede llevar a un país a mejores (…) horizontes”, argumentó Peña. Del tema educativo, achacó las deficiencias a las políticas gubernamentales y eximió a los maestros.
Aquí mis observaciones: se aplicó el método Ollendorf. Peña en su librito sugiere una reforma fiscal que o el mismo Peña califica de imposible por todas las sinvergüenzadas de gobiernos priístas, en primer el suyo y a continuación el de Moreira. Igualmente imposible una reforma educativa cuando Peña ya se asoció con Elba Esther Gordillo, la zarina de la corrupción magisterial. Por ahí, el palo que le dieron a la obrita de Peña
Nieto fue de órdago. ¿No se lo habrá mandado Felipe Calderón?
Después Guillermo “La Perica• Ortiz Martínez que causó tanto daño a la sociedad mexicana como Secretario de Hacienda y Des-Crédito Público, lo remató. Afirmó que no hay “recetas mágicas”: ningún país ha superado la pobreza con libros de texto. ¡Zacarrácatelas!”
Otras cosillas. Peña Nieto se muestra cándido, por decirlo amablemente: pues “se dijo convencido de que, si se logra definir los objetivos de los próximos años, alineando esfuerzos”. En otras palabras ¿logrará DEFINIR LOS OBJETIVOS de los próximos años? ¡A estas alturas apenas medita si podrá definir los objetivos! Peña Nieto debería aprender que una cosa es posar y buscar los arranques lúbricos de amas de casa a las que seduce con su sonrisa “colgate”, que escribir un proyecto de Nación. Superior capacidad exige cuando se trata como México de un país en grave crisis. Por cierto, elogiado extrañamente por la Directora del Fondo Monetario Internacional por su “exitoso manejo de las finanzas públicas”, mientras la sociedad se ahoga en la miseria, el desempleo, la emigración y la violencia. Obvio: México con un Felipe Calderón en papel de cortesano ha financiado parcialmente el déficit norteamericano y ha impedido que su crisis se torne catastrófica.
La simplicidad de Peña Nieto hace recordar el talento de Heberto Castillo que afirmó: “si me avisaran que seré presidente de México no dormiría por la enorme responsabilidad que significa” Palabras de un mexicano inolvidable. Gobernar México no es como Peña Nieto propone: sostener la “guerrita” de Calderón, amarrar más nuestra economía a la de los yanquis y otras zarandajas. Peña Nieto revela que su concepción de nación se circunscribe al ámbito de Atracomucho. En estos tiempos gobernar México requiere un estadista con proyecto de Nación, con arraigo popular y con trayectoria que avale sus compromisos. AMLO es el líder de millones de mexicanos.