A través de los medios de comunicación ha ganado fuerza un concepto que a veces parece lejano a la realidad mexicana y oaxaqueña. Cuando leemos o escuchamos sobre la “cuarta revolución industrial” parecería que nos están contando la reseña de una película de ciencia ficción que acapara la taquilla. Y sin embargo, este concepto que se ha venido desarrollando en los últimos años es una preocupación internacional y específica de países con altos índices de desarrollo humano. Algunos de los países que han implementado este proceso, también conocido como Industria 4.0 o Intelligent Manufacturing System son Alemania (que incluso la definió como estrategia de alta tecnología) y Estados Unidos, que cuenta con el proyecto Smart Manufacturing Leadership Coalition, el cual diseña una fabricación industrial del futuro. Estamos pues ante un cambio de época que implica el transito de la producción a base de medios físicos a la fábrica inteligente a partir de procesos digitales sofisticados.
De acuerdo con el “Informe global de competitividad 2016-2017” del Foro Económico Mundial, la Manufactura 4.0 agregará 14 mil 200 millones de dólares a la economía global en los próximos 15 años. Por ello, los países más avanzados del mundo están generando estrategias que incorporen a sus principales industrias en este proceso de transformación que ya no se va a detener. Las potencias mundiales, a diferencia del siglo pasado, dejaron de ser armamentistas o bélicas para transformarse en potencias tecnológicas que crecen a partir de la innovación y la oferta de productos que han transformado nuestra vida diaria, notablemente los smartphones, tablets y gadgets que simplifican y organizan el trabajo y el ocio.
En Oaxaca el Gobierno de Alejandro Murat está dando pasos en firme en la construcción de un estado capaz de enfrentar los retos del futuro. No me refiero a un futuro lejano ni a las próximas generaciones, como la retórica obliga, sino al futuro en el corto y mediano plazos. Para ello, los pequeños esfuerzos encadenados pueden representar paulatinamente una transformación a gran escala. Y las diferentes instituciones, sin importar el nivel gubernamental, debemos contribuir en la formación de una agenda de innovación que nos permita despuntar en el sector tecnológico y/o a partir de él generar mejores condiciones de vida para las familias oaxaqueñas.
Precisamente, el ICAPET y la Asociación Civil Inviértete concretamos un curso inédito que permitirá brindar a un grupo de 20 mujeres capacitación durante tres trimestres en materia de lenguajes de programación. La programación es toral en nuestra época pues se encuentra involucrada en el desarrollo de las industrias del entretenimiento y comunicaciones, pero también en la organización de muchas actividades económicas que requieren un proceso de organización basado en códigos y el desarrollo de software. A la mayoría de nosotros podrán parecernos lejanos los lenguajes de programación, pero cualquiera puede reconocer el valor de marcas como Apple, Amazon, Google, Microsoft y Facebook que basan su oferta de servicios y ganancias en ellos, y que generan enormes ganancias en todo el mundo.
En el diseño del curso “Mujeres programando el futuro” han intervenido diferentes instituciones, lo que demuestra que el trabajo en equipo es fundamental para este Gobierno. Es justo reconocer a los titulares de la Secretaría de Economía y de la Secretaría de las Mujeres Oaxaqueñas, Juan Pablo Guzmán y Ana Vásquez, así como al Servicio Nacional del Empleo y a Inviértete A. C. que diseñó el programa de trabajo, y a su director Martín Mathus Gómez Sandoval, quien es un gran promotor del conocimiento de las nuevas tecnologías y su aporte fundamental para la educación en Oaxaca.
Con este curso, también quiero destacar que estamos impactando al menos tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 acordada al seno de la Organización de las Naciones Unidas en 2015. Me refiero al cuarto, Educación de calidad; al quinto, Igualdad de género, y al octavo, Trabajo decente y crecimiento económico. Me centro en el quinto, el hecho de que sean solo mujeres las participantes es un acto que promueve la igualdad de oportunidades entre ellas y nosotros, que impulsa su autonomía económica y previene la violencia de género. Buscamos romper estereotipos, promover la independencia financiera de las participantes, fomentar la creación de empleos innovadores y dotarlas de las herramientas y motivación para que continúen su formación como ingenieras industriales, en informática o mecatrónica, entre otras opciones.
Hacen mal los gobiernos que apuestan por el retroceso y no invierten en los campos de conocimiento más valiosos para el futuro. Hoy en Oaxaca, gracias a la visión del Gobernador Alejandro Murat, iniciamos una ruta hacia el futuro fijándonos en el grupo poblacional que debe seguir empoderándose y afirmando su independencia. Lo hacemos conscientes de que las mujeres deben ser líderes en todos los ámbitos, una premisa que ha llevado a las diferentes regiones del estado la Señora Ivette Morán. Por ellas seguiremos trabajando desde el ICAPET y con ellas construiremos un Oaxaca más próspero.