Felipe Calderón en estado agónico-político por su soledad; cronológico por estertores de su sexenio sangriento- ha jugado con el país en un mortal “Nintendo”. Reveló su textura enfermiza, infantil, cuando para su búnker o “cuarto de guerra” reclamó “todos los juguetes”. Los obtuvo y mantuvo una estrategia caligulesca: “combatir” al narco con violencia elevando la “capacidad de fuego” de soldados y marinos. No se inmutó ante las reiteradas, abrumadoras, recomendaciones de aplicar las medidas inmediatas más eficaces: cortar sus flujos bancarios, a través de microfinancieras y casas de préstamos que, con su auge, revelan el origen que los nutre: las finanzas de los narcos. Tampoco se molestó en detectar a los burócratas federales inodados en la ilegalidad de actividades muy rentables: asociarse con alguno de los cárteles.
Cínicamente, reveló que él, Calderón, conocía a los que estaban en contubernio con los narcos. Nunca reveló algo, ni siquiera cesó a los que incurrieron en esa nefanda relación. Mientras el país se ensangrentó. El genocidio no para y supera los crímenes de Irak y Afganistán cometidos por empresarios de la guerra, apoyados por la burocracia de la Casa Negra y su “mayordomo”: Obama. México es uno de los países más inseguros del mundo para periodistas y ciudadanos. Absurdamente, se promueve protección para los comunicadores, cuando ¡es obligación del Estado brindar protección a toda la ciudadanía!
Calderón ha hecho y deshecho a su antojo en este dantesco sexenio. No tiene límites. Esto demuestra que en México no existe el equilibrio de poderes que instituye la Constitución Política. Los legisladores, además de desobligados ausentistas revelan su ineptitud para limitar el carácter omnímodo del ocupante de Los Pinos. Vivimos una autocracia sangrienta. Los “legisladores” se conforman con lograr “presupuestos históricos”, aunque el ejercicio de esos presupuestos queda en manos de burócratas calderonistas que los “ordeñan”, desvirtúan su aplicación y ejercen parcialmente. Los subejercicios han crecido, a ciencia y paciencia de “legisladores” como un tontuelo oaxaqueño que se solaza con sus “logros históricos”. Mientras Calderón y sus “muchachitos” de la Secretaría de Hacienda, gastan en sus nóminas cada vez más gordas, en armas, en balas, en seguir con su macabro “Nintendo”. Insisto: todo por que el presidencialismo es omnímodo y los otros “poderes” simples adornos constitucionales.
Peor. Enrique Des-Peña Nieto ha enseñado su juego. Su ineptitud no da para más. Se declaró a favor de “un presidencialismo”, es decir, fortalecer el Poder Ejecutivo en obvio desmedro del Legislativo y Judicial. Des-Peña Nieto anhela el retorno a un gobierno centralista, idéntico al que ejerció a plenitud Antonio López de Santa Ana, el gallero de El Encero, el payaso veracruzano cuya actividad principal era rendirse diariamente a Birján. Ese fue el período centralista en nuestra historia que incurrió en gracejadas sangrientas. Después, Porfirio Díaz lo reprodujo con actitud mayestática, copiada de emperadores y reyes europeos. Ordenó las masacres de Río Blanco, Cananea, los yaquis y tantos otros que hicieron de México un coto de caza de guardias blancas, “acordadas” y Jefes Políticos. Los que por cierto en Oaxaca, los gobiernos “democráticos” no quieren eliminar.
Des-Peña Nieto incurre en un grave dislate…en serio. Abona su ignorancia de tres libros claves en su vida. Revela que lo que quiere es un presidencialismo reforzado en sus atribuciones. Un presidencialismo que no dista mucho de Porfirio Díaz en sus momentos cumbres: cuando ordenaba ¡mátalos en caliente! Des-Peña Nieto, ignora ¡otra nota reprobatoria en su “primaria” personal!, que va a contracorriente de la historia del mundo. Ésta se revela y rebela con “Indignados” contra los poderes avasallantes de los Poderes Ejecutivos de países ¡europeos!. Rajoy en España ya demostró que los reaccionarios en el gobierno-no en el poder, por que éste lo tienen los empresarios- solo saben ahogar al pueblo con impuestos y desempleo, mientras engordan los plutócratas. Revelan algo inolvidable: la lucha de clases.
Des-Peña Nieto, como era obligado, ignora la historia ¡por que no la ha leído! Ignora que los pueblos se soliviantan contra la autocracia “democrática” aún de la Casa Negra y su “mayordomo” Obama. Pero Des-Peña Nieto se revela no más que como “palero” de Felipe Calderón, “el soldadito” encaramado en Los Pinos. Des-Peña Nieto es la réplica del muchachito eufórico con su Nintendo sangriento. Des-Peña Nieto sueña con un reino, con un imperio o con un corral.
Mientras, desde “MORENA” los ciudadanos construímos la nueva Republica: la que contará con una democracia participativa para controlar y eliminar la ineficacia de la “democracia” representativa actual. Vamos a rescatar la soberanía popular hoy conculcada por la autocracia “democrática” ¿Qué papel desempeñarán en la nueva sociedad Des-Peña Nieto y el PRI-PAN? La de cadáveres insepultos. Los saldos de un pasado nefando que la ciudadanía enterrará con millones de votos por AMLO en 2012