El estilo personal de gobernar Oaxaca: Heladio, Diódoro, Murat, Ulises y Cué

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Diódoro Carrasco Altamirano

Diódoro Carrasco Altamirano, fue gobernador de Oaxaca, de 1992 a 1998. Se le recuerda principalmente, porque durante su administración se construyó la autopista Oaxaca – Cuacnopalan. Quien gobernaba el país en ese momento era Carlos Salinas de Gortari.

En 1991, Diódoro, comenzó su campaña política como candidato a la gubernatura del estado bajó la complacencia del gobernador Heladio Ramírez López. Para que este último difuminara un poco el apoyo al joven economista, de 38 años, alentó a otros aspirantes a jugársela por esa posición: Lino Celaya, David Colmenares Páramo y Luis Martínez Fernández del Campo.

Carrasco Altamirano, tuvo muchos apoyos y recursos económicos del gobierno para su candidatura. Además, mantenía buenas relaciones con mucha gente importante de la política nacional.

Tenía relación personal con el secretario de hacienda Pedro Aspe, quien había sido su maestro en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Conocía también a Carlos Rojas, coordinador nacional de PRONASOL. A Luis Donaldo Colosio, dirigente nacional del PRI.

Supo aprovechar las relaciones que había hecho su padre Diódoro Carrasco Palacios, quien ocupó responsabilidades legislativas, así como en el CEN de la CNC.

Diódoro Carrasco, ocupa la posición de Heladio Ramírez López, en la gubernatura. Poco antes de eso, Salinas de Gortari, lo hace senador sin tomar en cuenta a las bases priístas, quienes exigen ese método para elegir a su candidato.

El 18 de marzo de 1991, el CDE del PRI, destapó al senador Diódoro Carrasco, como candidato a la gubernatura, lo que ocasionó que se ahondaran las diferencias con los otros protagonistas que pretendían lanzar su candidatura a la gubernatura Oaxaca. Eran tiempos en que aún no existían las palabras “operación cicatriz”.

Dentro del gabinete de Diódoro Carrasco, estuvo Alfonso Gómez Sandoval y Gabino Cué Monteagudo. Este último se desarrolló como secretario técnico del gobierno, y su poder era casi ilimitado.

Estos dos personajes fueron presidentes municipales de la ciudad de Oaxaca por el PRI, y claro, bajo el desarrollo, cuidado y supervisión de Diódoro Carrasco.

Las buenas relaciones del gobernador con el presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, le permitió hacer obras en beneficio de Oaxaca: el rescate del ex convento de Santo Domingo de Guzmán, para convertirlo en uno de los centros culturales más importantes de América Latina. Ahí mismo se encuentra el Jardín Histórico Etnobotánico. La Hemeroteca Néstor Sánchez. La biblioteca Francisco de Burgoa, y el Museo de las Culturas de Oaxaca.

En el ‘94, Diódoro Carrasco, se posiciona en favor del reconocimiento de los usos y costumbres, al presentar la propuesta de un nuevo acuerdo para los pueblos indígenas. Con esto garantiza la libre determinación de las comunidades en la designación de sus autoridades municipales. El reglamentar las costumbres no sale de los partidos políticos, sale de una propuesta del gobernador para legitimar su gobierno y preservar la estabilidad política ante el riesgo de contagio de la rebelión zapatista.

Sus consejeros para esta propuesta eran Salomón Nahmad, Gustavo Esteva, Armando Labra Manjarrez y Gerardo Garfias Ruiz. Así pues, con esta proposición, el gobernador aparece como el hombre que respeta las instituciones comunitarias y las protege de las divisiones que la oposición provoca.

Esa imagen no le dura mucho tiempo. Dos años después, en el ’96, cambia la política indígena oaxaqueña, al tiempo que surge una nueva forma de sobrevivir para la región zapoteca Loxicha. Esta región fue invadida por militares, agentes de la policía judicial, policía preventiva y las llamadas “guardias blancas o grupos paramilitares”. 20 de las 32 comunidades que integran esa región, se vieron modificadas en sus costumbres.

La región de los Loxicha, era una de las zonas de más difícil control para el gobierno de Diódoro. Así que la represión contra los indígenas loxichas, fue escandalosa. Se violentaron los derechos humanos en esa localidad por ejecuciones, torturas, detenciones arbitrarias, violaciones, desapariciones.

Dos años antes, surge el EZLN, y ante esa experiencia, el gobierno orienta sus fuerzas hacia la persecución de los líderes sociales para la desarticulación de las organizaciones civiles, campesinas, indígenas, magisteriales, sindicales y todas aquellas que se oponen al gobierno.

El presidente municipal, en ese entonces, de San Agustín Loxicha, fue detenido y sentenciado 31 años de prisión.

El presidente de la República Ernesto Zedillo, declaró que la intervención de las fuerzas federales y estatales en la zona Loxicha, fue para detener al Ejército Popular Revolucionario. De otra manera, aseguraba, Oaxaca no hubiera podido tener estabilidad.

El EPR, apareció por primera vez en el estado de Guerrero, el 28 de junio de 1996. Dos meses después, lo hizo en Oaxaca. Se manifestó contra la represión y el despliegue de las fuerzas armadas en los pueblos.

El 29 junio, el EPR toma la comunidad de La Crucecita, Huatulco. Ahí se enfrentó contra la Policía Estatal Preventiva, el Ejército y la Marina.

Ese hecho fue el detonador para la persecución de los indígenas loxichas. Diódoro Carrasco, los señaló a partir de entonces, como integrantes del EPR y responsables del ataque. Cabe mencionar que toda esta región se distinguió siempre como antipriísta.

Hubo más de 200 detenciones ilegales, más de 100 casos de tortura. Una de ellas es la de Celerino Jiménez Almaraz, quien fue aprehendido por la policía judicial y, días después, su familia encontró su cadáver.

En el 2011, el gobernador Gabino Cué, firmó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos(CIDH), “un reconocimiento de responsabilidad y una propuesta de reparación del daño, a la viuda de Celerino Jiménez, María Estela García Ramírez.

El ex gobernador de Oaxaca, siempre ha negado la persecución contra los loxichas, por oponerse al PRI. Siempre ha justificado el actuar de las fuerzas estatales y federales en esa región, porque, según, estaba en juego la seguridad nacional. También ha negado la prefabricación de pruebas en contra de indígenas. Asegura que sólo se detuvo a los responsables de los asesinatos de los elementos de la Marina, del Ejército y de la Policía Estatal.

A Diódoro, también se le recuerda por sus caballos, y porque cuando estuvo al frente de la Secretaría General de Gobierno, utilizó recursos federales para construir un aeropuerto particular en su rancho de Cuicatlán.

Hay quienes aseguran que Diódoro Carrasco, es el que gobierna esta entidad a través de Gabino Cué. Él es el verdadero operador político en el estado y no “El Coco” Jorge Castillo.

En el último tramo del gobierno de Ernesto Zedillo, Diódoro, fue nombrado subsecretario, y después secretario de Gobernación. Después de esta responsabilidad, en diciembre del año 2000, el exgobernador oaxaqueño se alejó de las filas priístas. En el 2006 renunció a ese partido y se adhirió a Acción Nacional. Desde ese partido se postuló como candidato a diputado federal por el principio de representación proporcional.

Por Horacio Corro Espinosa

Vía Viral Noticias