Los politólogos recomiendan “El Príncipe” de Maquiavelo” y “El arte de la guerra” de Sun Tzu. La intención es neutralizar, anular o destruír al enemigo. No analizan la vía que postuló François de Salignac de la Mothe, François Fénelon (1651 1715) teólogo católico, poeta y escritor francés. |
Con sólidos conocimientos del griego antiguo y los clásicos, a fines de 1685, Luis XIV le confió una misión en
En 1694 escribió una carta al rey en que censura sus obras y la dirección que tomaba el reino. Visionario denuncia una situación que la nobleza pretendía perpetuar y que abocó a la Revolución Francesa en 1789. Luis XIV, escribió:
“ha introducido en la corte un lujo monstruoso e incurable…ha empobrecido a toda Francia…ha llevado a cabo guerras que sólo tenían por razón un motivo de gloria y de venganza”.
Conmovedor:
“Vuestro nombre se ha hecho odioso… mientras vuestros pueblos mueren de hambre, el cultivo de las tierras está casi abandonado, las ciudades y el campo se despuebla, todos los oficios languidecen, Francia entera no es más que un gran hospital desolado y desprovisto. La sedición se enciende poco a poco en todas partes; creen que ya no tenéis ninguna compasión por sus males, que sólo amáis vuestra autoridad y vuestra gloria. Esta gloria que endurece vuestro corazón os es más querida que la justicia, incluso que vuestra salvación eterna, que es incompatible con ese ídolo de gloria.
Sólo amáis vuestra gloria y vuestra comodidad. Todo lo centráis en vos, como si fuerais el dios de la Tierra y todo lo demás solamente hubiera sido creado para seros sacrificado”.
Por su libro “Explicación de las máximas de los santos”, la Santa Sede lo condenó; lo despojó de títulos, rentas y lo confinó su diócesis. En esa obra se opuso a Bossuet. “Las Aventuras de Telémaco”, su obra cumbre, radical ataque a la monarquía francesa, se publicó en torno a 1699. En la más pura línea homérica, alude a las desventuras del hijo de Ulises, rey de Itaca; alegóricamente fustiga al “Rey Sol” Luís XIV, autócrata por antonomasia. Postula la esencia de un buen gobierno y gobernante, de la sana política para los pueblos y la importancia de fortalecer la auténtica riqueza nacional: el campo.
Aporta ideas sin desperdicio, sobre los hombres y dioses:
“los que temen a los dioses no tienen nada que temer de los hombres …aquellos que nunca han sufrido no saben nada, no conocen ni el bien ni el mal, ignoran a los hombres y se ignoran a sí mismos…La vejez nada tiene de dúctil, la larga costumbre la tiene como encadenada, y no posee ningún recurso contra sus defectos”
Sobre los autócratas:
“los reyes que no piensan más que en hacerse temer y abatir a sus súbditos…son azotes del género humano…hombres artificiosos e interesados les rodean. Los buenos se retirarán porque no son solícitos ni aduladores…lo príncipes demasiado fáciles e inaplicados, se entregan con ciega confianza a favoritos…corrompidos…tened piedad de un rey a quien las lisonjas han envenenado…Hegésipo, regresad con el rey. Ayudádle a soportar las miserias de su grandeza..”
Sobre las obras en Salento-¿en Francia y de Luis XIV?-:
“no pensábais en el interior de vuestra ciudad, más que en realizar obras magníficas…habéis agotado vuestras riquezas sin pensar en…cultivar las fértiles tierras de estas costas
Sobre las bancarrotas:
“se castigarán severamente todas…alguna vez exentas de mala fe, casi nunca lo están de temeridad..,a los comerciantes…no les era permitido jamás arriesgar el bien de otros”
Propone el libre comercio:
“a los comerciantes extranjeros, con impuestos demasiado elevados, alejaban de Salento
Sobre los conquistadores:
“que nos pintan con tanta gloria se parecen a los ríos desbordados…que desolan todas las fértiles campiñas
Sobre la población
“los niños pertenecen menos a sus padres que a la república… cuántos más hijos tengan los labradores, más ricos son”
Antibelicista, reprueba el gasto militar, la corrupción, la cortesanía, la molicie, la carga de impuestos, las costumbres “afeminadas”…
En el descenso de Telémaco al infierno, en busca de su padre, se palpa la huella de Dante. Describe los sufrimientos de reyes perversos y la felicidad de los justos y buenos. Los peores son aquellos más alabados durante su vida” Refrenda el castigo a la adulación y las soberbia
Los criterios sobre un buen gobernante, en ocasiones soslayan la búsqueda de Ulises por Telémaco, bella saga que apenas disfraza sus intenciones antiautocráticas. En su obra aporta el protagonismo de los dioses del Olimpo, al mejor estilo de Homero y Virgilio
Muchos aspectos quedan pendientes sobre la obra de Fenelón que influyó los 200 años siguientes. Debería ser lectura obligada de los aprendices de la política y gobernantes que difunden sus intenciones de “sacrificarse por su pueblo”. Es un riguroso espejo frente al que no cualquiera estaría dispuesto a exponer su persona. Se reflejaría distorsionada por la ambición, la perversión, la molicie y el engaño premeditados e identificaría a aduladores y corruptos
Poitiers, en regiones protestantes. Elocuente logró muchas conversiones. En 1689, lo designó preceptor de su nieto Duque de Borgoña, de siete años. Le enseñó las virtudes del buen cristiano y buen príncipe y despertó su afecto perdurable. Al terminar su educación Luis XIV le consiguió el arzobispado de Cambrai.