“Piporro” ¡no era chaleco de malla, era de mugre!
La mentira duró poco. El dólar de EUA a 14.15 Apenas unos meses se sostuvo la ilusión de que no se dispararía. El optimismo de los panistas yunquetos fue fugaz: meteoritos en su cielo azul. Con él se fue al hoyo más profundo la economía de los mexicanos. Sobre todo de los más jodidos. Los que apenas tienen para engañar la panza. Los que no les alcanza para lo elemental y tiene que sacar a sus hijos de las escuelas, porque no tienen para los útiles, pasajes y en fin ¡deben “chambear! Para ayudar a la familia. Para esos mexicanos la crisis se les revela eterna, porque nunca han conocido siquiera le medianía, ya no digamos el auge, la prosperidad. Pero si no han conocido la prosperidad, a cada “gasolinazo” resienten la carestía. Esa señora “doña carestía” que impide que con los “6 mil pesos de Corderito” el mexicano pueda ir a Las Vegas. No, el final de Calderón es el peor desastre de que se tenga memoria. Fox con esto libra muchas críticas.
Bruno Ferrari abrió el pico y reveló; estupideces “Los pilares de la economía están sólidos” Mientras al pueblo lo carga la China Hilaria
Peor. Las mentiras ya desnudas, ahora se revelan vengativas. ¿Dónde quedó “el blindaje” de la economía? ¿Dónde quedó el barco fuerte de la economía mexicana? ¿Adónde quedó el optimismo absurdo de Calderón que dijo en EUA que el poder del narco “es más fuerte que el de muchos gobiernos, salvo el de México”? ¿35 asesinatos en Veracruz, revelan la “fuerza” del gobierno calderonista ? Y ¿los otros casi 40 crímenes? Palabras, palabras, palabras. La realidad es terca. No se le convence con frases de estultos.
Por otro lado, ya aparecieron los tranquilizadores. Un empresario dijo que:
“cierta depreciación-devaluación- del peso es buena noticia”
¿Para quién es buena. Veamos.
Los exportadores. El peso estaba sobrevaluado. Esta depreciación- que es una devaluación aún no reconocida oficialmente- les permite exportar más porque al comprador extranjero la depreciación le abarata los productos mexicanos. Esas exportaciones se sostendrán fundamentalmente en la baratura de la mano de obra mexicana. Mientras los trabajadores se pueden organizar para reclamar mayores salarios -cosa muy difícil en un país en que sobran desempleados y por eso crece el “outsorcing”- los exportadores mexicanos tienen la ventaja: salarios de miseria. La “mayor productividad y competitividad mexicana” está basada en la explotación inmisericorde de los trabajadores. Empiezan a multiplicarse los casos en que los empresarios proponen jornadas de trabajo de hasta ¡17 horas!
Los importadores. Ante el encarecimiento del dólar y de los insumos que compran en el extranjero, se orientan cada vez más a ser vendedores de artículos importados. Se cierran fábricas y los comercios informales crecen. Se encarecen las obras y quedan fuera los constructores por incosteabilidad. Más los que como en Oaxaca deben pagar por “diezmo”, ¡hasta el 20%! “En EFE y por “adela”. La economía reduce más los empleos productivos. Se elevan las actividades ilícitas, la lucha de los ciudadanos “por vender algo”.
La sociedad en general. El encarecimiento del dólar, la devaluación “achica” los ingresos fijos de los pensionados, jubilados, empleados, burócratas, etc. Se reduce el consumo. Se eleva la reetiquetación en los almacenes y tiendas. Se generaliza el hambre, la desnutrición y la miseria.
Mientras, Calderón seguirá presumiendo que: “se han creado miles de empleos”; estamos “firmes con el timón de mando”; “no nos rendiremos ante los violentos”; “en 2001 en muchos aspectos estamos mejor que en 2006” y más dislates.
La realidad terca nos recuerda al “Piporro”. Decía el genial cómico que el presumido no traía “chaleco de malla, era de mugre” Eso es el “blindaje” ¡Sólo los ilusos creyeron en semejante zarandaja! ¿Entenderán la realidad cuando lean que Jorge Soros, el megaespeculador judío, clon de los Rotschild, pasó a la lista Forbes de los multimillonarios mundiales?
Ahora bien. La catatonia económica de Calderón y su grupo de estériles burócratas recibió la lección harto repetida por decenios. ¡La mejor política económica es la que poco a poco independizara a México de las decisiones de EUA! Los calderonistas la han vuelto más dependiente. No intentan una política económica nacional y nos colocan nuevamente al borde del abismo: ¡la carestía y el desempleo nacionales arrecian!