En 1980, Shenzhen, China era un pueblo pesquero con cerca de 30,000 habitantes, en 2008 su población registraba cerca de 10.5 millones de personas y en la actualidad es el principal centro productivo de este país asiático; Shenzhen también es el mayor receptor de la Inversión Extranjera Directa (IED) y la ciudad comercial más activa que cualquier otra en China. Su tasa promedio anual de crecimiento del PIB entre 1980 y 2006 fue de casi 22%.
La característica de esta ZEE es que hace más de 30 años ofreció incentivos a los inversionistas externos, expectativas de rendimientos económicos altos, cesión de derechos sobre terrenos y concesiones para explotar ciertos recursos de la región huésped, mercados de procesamiento de productos para reexportar, exenciones fiscales, condiciones infraestructurales, facilidades administrativas, mano de obra barata y calificada y expectativas de crecimiento económico para el desarrollo de los mercados internos. Lo anterior generó en la Zona Económica Especial de Shenzhen efectos propagadores de empleo, inversión extranjera directa, transferencia de tecnología, efectos de proveeduría regional y nacional, vínculos y cadenas industriales y comerciales, y, en general, la transformación de la economía local para incidir en la región y en la economía nacional como un todo.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, su política económica, fiscal, migratoria y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han obligado al estado mexicano a buscar alternativas de innovación y crecimiento económico; las Zonas Económicas Especiales son una alternativa para la estabilidad económica. El Titular del Poder Ejecutivo de Oaxaca Alejandro Murat tiene claro que en la entidad se debe trabajar en la competitividad, a fin de asegurar que Oaxaca sea cada vez más un referente de inversión e innovación y que con su riqueza geográfica y geoestratégica permita detonar la economía local y generar nuevos y mejores empleos.
Luego de la emergencia que se vivió en los 41 municipios del Istmo de Tehuantepec por los daños que dejaron los sismos del 07 y 23 de septiembre estuvo latente la posibilidad que se detuviera la instalación de la Zona Económica Especial. El Gobernador Alejandro Murat asumió que ante el contexto que vivió Oaxaca ahora más que nunca es necesario propiciar condiciones de inversión que permitan fortalecer el desarrollo regional, generar empleo y mejorar el ingreso de las familias.
Hace unos días el Presidente Enrique Peña Nieto firmó los tres primero decretos con los cuales se pusieron en marcha las primeras Zonas Económicas Especiales ZEE ubicadas en Puerto Chiapas, Lázaro Cárdenas-La Unión Michoacán y Coatzacoalcos Veracruz ; proyectos con los que se esperan inversiones de al menos 5,300 millones de dólares y la generación de más de 12mil empleos en un periodo de hasta tres años.
Este lunes se espera que Salina Cruz, Oaxaca sea ya por decreto Zona Económica Especial con lo cual se podrán realizar ya las licitaciones correspondientes y así reactivar la economía de la región y de todo el estado ya que Oaxaca aún carece de una industria formal. La Zona Económica Especial de Salina Cruz está proyectada para conectarse con la de Coatzacoalcos, Veracruz a través del corredor transístmico, tiene a su disposición ya más de 1,230 hectáreas para la llegada de fábricas, maquilas, ensambladoras.
De la mano del Gobierno Federal y del Gobernador Alejandro Murat Hinojosa Salina Cruz y el Istmo de Oaxaca deberán convertirse en un nuevo polo regional con un modelo económico basado en la atracción de inversiones, con incentivos fiscales para hacerla altamente competitiva y así traer inversiones, tal y como Shenzhen lo empezó a hacer hace más de 3 décadas.
*Coordinador de Giras y Protocolo del Titlar del Poder Ejecutivo de Oaxaca