“Dahmer”: desmembrando al monstruo: Ismael Ortiz Romero Cuevas

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Hay que ver “Dahmer-Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” de Netflix por muchas razones y no solo porque está basada en terroríficos hechos reales, sino porque desde el primer episodio nos presenta una historia de un asesino serial, que nos deja impresionados por la maldad casi natural del personaje principal y que aunque posee elementos sumamente sugestivos, nos llena de sinsabores, miedo, enojo y tristeza.

Y no es que justifique al villano, sino lo interesante de esta serie es justamente que no se enfoca en realizar una especie de continuación de “American Crime Story”, por cierto, creada también por Ryan Murphy; sino que explora de manera esmerada la psique del asesino serial Jeff Dahmer “el carnicero de Milwaukee”, interpretado de manera grandiosa por Evan Peters, y que de alguna manera, argumenta el desequilibrio mental que lo llevó a realizar tan escalofriantes asesinatos, el rechazo a su persona y sobre todo, las vivencias que su mente no tolera para convertirse en un verdadero monstruo, tratando de controlar a toda costa a sus víctimas.

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Una de las situaciones que hay que agradecer a los guionistas y producción de “Dahmer-Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer”, es que crean una verdadera ‘crime story’ que se centra en la óptica de las víctimas y no en la historia biográfica o a la investigación que causó la detención del criminal en 1991, después de trece años de esquivar la cárcel. Ese simple cambio de visión en la narrativa hace que la historia resulte no solo refrescante, sino novedosa precisamente porque se aleja de lo que los estándares que la televisión marca en la realización de las series de este género, sobre todo por lo sobre explotada que ha sido la historia de Dahmer en otros dramas y documentales.

Y ese estilo de narración lo podemos ver desde el primer episodio, que resulta cardiaco en su desarrollo y visualmente una belleza, donde somos testigos del ‘modus operandi’ de Dahmer, del cortejo a sus víctimas, de la elegancia y sofisticación de su comportamiento, mostrando con una actuación prodigiosa de Peters, cómo disfruta el enamorar a los chicos adolescentes que serán sus caídos, pero además, como somos testigos haciéndonos conscientes que el tiempo de su nuevo enamorado corre en contra. Los productores y directores saben la calidad histriónica de Evan Peter y aprovechan cada gesto, cada movimiento y cada caminar que el actor le otorga a su interpretación, haciendo de ese toque glamuroso del personaje, resulte esta vez aterrador; sin embargo no hace a Dahmer la estrella del ‘show’, al contrario, el guion nos lleva a los orígenes solo en momentos necesarios, para contextualizar el comportamiento errático del asesino para tratar sin piedad a las filias que el personaje creó por su dura infancia.

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Uno de los puntos más criticados de manera negativa de “Dahmer-Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer”, es que el creador, Ryan Murphy se ha quedado algo “contenido” con respecto a la forma de desarrollar sus historias, que generalmente concluyen de manera más explosiva y eufórica. Sin embargo, el tono de la serie y la fineza con que han retratado temas tan delicados como el tratamiento a la comunidad LGBTTTQ+, a los familiares de las víctimas y a la producción misma, justifica que la serie lleve un ritmo que no es típico en sus historias, lo que la hacen un documento digno de disfrutar, reflexionar y entender.

Las emociones fuertes de hacen presentes con “Dahmer-Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” que resulta una serie tan interesante como aterradora, además que es minuciosa con los detalles y que algunos en serio que nos vuelan la cabeza. Esta serie de diez episodios de aproximadamente 50 minutos de duración es protagonizada por: Evan Peters, Niecy Nash, Molly Ringwald, Michael Learned y Richard Jenkins y de verdad, vale mucho la pena.

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