El desarrollo de Oaxaca no se detiene. Pese a las circunstancias extraordinarias que enfrentamos como estado y como país por la pandemia del Covid-19, hoy más que nunca hay claridad acerca de los objetivos y metas que deben cumplirse en los próximos meses y años. El Gobernador Alejandro Murat ha puesto énfasis en que Oaxaca se recuperará una vez que esta situación extraordinaria pase. Y tiene razón, nuestro estado es prioridad a nivel nacional y por ello se ha mantenido como proyecto estratégico el Corredor Interoceánico, que continúa su implementación al ser considerado esencial.
En entrevista con el periódico La Jornada, el Gobernador del Estado afirmó que el Corredor Interoceánico potencialmente aportará 1.6% del producto interno bruto nacional y se estima que genere entre 100 y 188 billones de dólares para 2050. Su principal impacto económico será para la región del Istmo; pondrá fin al crecimiento asimétrico entre el Norte de México desarrollado y el Sureste subdesarrollado. Esta claridad sobre los impactos del Corredor Interoceánico se ha tenido desde el inicio de la administración de nuestro Gobernador. La estrategia de desarrollo que se puso en marcha en diciembre de 2016 vio en el Istmo y en cada una de las ocho regiones del estado oportunidades únicas que deben encauzarse.
Hay dos elementos que es importante subrayar en el anuncio que hizo el Gobernador a La Jornada. El primero de ellos es la previsión de que 30% de las mercancías que hoy pasan a través del Canal de Panamá y una parte importante de las rutas de Vancouver, San Diego y Los Ángeles se enviarán por el nuevo corredor de 300 kilómetros. La vía de Tehuantepec que fue un anhelada desde el siglo XIX por fin se concretará y a diferencia del pasado en que se privilegiaba la decisión de los dueños del capital privado, esta vez el proyecto se definirá en función de su mayor grado de inclusión social. Con la participación de las comunidades indígenas se avanza en un proyecto que representa impactos económicos significativos para ellas.
El Gobierno del Estado se ha sumado a la Federación en una estrategia conjunta que avanza con éxito. Hace unos días se instaló con sana distancia el Comité Regional de Atención Social del Corredor Interoceánico, espacio interinstitucional que promueve el acuerdo de unidad con los alcaldes de los municipios por los que cruza. Al interior de este órgano plural, se han establecido las condiciones fundamentales para un pacto de gobernanza: generar la infraestructura productiva, la social, la urbana y la medioambiental que en conjunto mejore las condiciones de vida de los municipios que rodean al Corredor. El espíritu del proyecto es partir de lo local para definir sus alcances, a diferencia de los proyectos que solo se imponen a partir de criterios de rentabilidad.
La ruta es consensar con las comunidades y sus autoridades para después definir las etapas del que será el más importante motor del desarrollo del Sureste. En el fondo, se pone de manifiesto que la idea del desarrollo económico no está reñida con la idea de la justicia social. Así, se espera que el Corredor genere 550 mil empleos directos e indirectos hacia las próximas tres décadas, y que el valor agregado per cápita, estimado en 267 mil pesos anuales se incremente a más de 633 mil pesos anuales, un 240% más.
El Corredor Interoceánico supone ventajas comparativas para traslado de mercancías de las industrias de construcción, manufacturas, energía, aeroespacial, vehículos ligeros, consumibles electrónicos, productos alimenticios, logística y paquetería, tabaco, bebidas y acero. En la entrevista, el Gobernador Alejandro Murat informó que el Gobierno Federal ya entró en pláticas con grandes empresas automotrices y de la industria aeroespacial. La empresa de Singapur, Surbana Jurong, ya está involucrada en el proyecto que incluye la modernización de la vía férrea entre Salina Cruz y Coatzacoalcos, con una inversión de 2 mil 500 millones de pesos; además de la inversión de casi 100 mil millones de pesos para la escollera y la plancha de contenedores, lo que permitirá en una primera etapa mover 1.2 millones de éstos.
En los próximos años los contenedores que lleguen a Salina Cruz serán descargados de los barcos, estibados en los trenes, en una ruta de traslado entre los dos puertos de 11 horas, un tiempo muy competitivo a diferencia del Canal de Panamá. También se ampliará 30 kilómetros del corredor para la infraestructura necesaria que incluye las zonas francas, aeropuertos, y la ampliación de la carretera Mitla-Tehuantepec. En resumen, el proyecto que tiene ruta sólida ya está en fase de implementación y el Gobernador anunció que se verán sus primeros resultados en 2022, antes de que termine su mandato.
Es importante ponderar en toda su dimensión el Corredor Interoceánico porque además de ser un largo anhelo de nuestro pueblo, demuestra que en tiempos de crisis hay mecanismos para salir adelante e impulsar el crecimiento económico. Aun cuando se presentan situaciones extraordinarias, hay estrategias que permiten aminorar los costos y superar los problemas. Con precisión lo señaló nuestro Gobernador: “En Oaxaca hicimos un plan que incluye coyunturas, desde terremotos a pandemias y esto permite que el estado continúe trabajando en su desarrollo. El corredor es parte de las actividades esenciales y el plan de desarrollo de Oaxaca no para”. En este contexto, habría que añadir a la buena noticia del curso que ha tomado el Corredor Interoceánico, el reconocimiento de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a Oaxaca por ser el primer lugar nacional en la implementación del Presupuesto Basado en Resultados y el Sistema de Evaluación y Desempeño 2020.
En otras palabras, hoy se demuestra que las estrategias que ha emprendido el Gobierno del Maestro Alejandro Murat Hinojosa parten de una sólida planeación, y los pilares de la mejora del desempeño y la evaluación de resultados. Se realiza un trabajo incansable con profesionalismo y eficiencia. Este ciclo de políticas públicas es una fortaleza frente al futuro y el mejor indicador de que Oaxaca tiene la capacidad para salir adelante de una crisis de alcance mundial, para la que no hay fórmulas exactas, sino voluntad, energía, compromiso y la capacidad de resiliencia que ha distinguido a nuestro estado más de una vez.
*Director General del ICAPET