Corea del Norte pierde a su “querido líder” y prepara la sucesión

Print Friendly, PDF & Email

Corea del Norte anunció hoy la muerte de su “querido líder”, Kim Jong-il, tras 17 de años dirigiendo el país más hermético del mundo, y prepara la sucesión por parte de su hijo menor, Kim Jong-un, al frente de un impredecible régimen comunista con capacidad nuclear.

 

Un infarto de miocardio producido por la “fatiga física y mental” durante un viaje en tren fuera de la capital, Pyongyang, la mañana del sábado fue la causa de su muerte, según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA).

El “querido líder”, sobrenombre de Kim Jong-il empleado para promover el culto a su persona en Corea del Norte, gobernaba el país desde que en 1994 su padre y fundador del régimen, Kim Il-sung, falleciera, también de un ataque al corazón, a los 82 años.

El cuerpo de Kim descansará junto al de su padre en el Palacio Memorial de Kumsusan, uno de los puntos emblemáticos de Corea del Norte, tras el funeral de Estado que tendrá lugar en Pyongyang el día 28.

Las autoridades norcoreanas han decretado hoy, además, el luto en todo el país desde el pasado sábado 17, día de la muerte de Kim, hasta el próximo día 29.

El hijo menor del fallecido líder, Kim Jong-un, que se cree que nació en 1983, se prepara para tomar el mando en un sistema comunista basado, desde su origen en 1948, en la doctrina Juché que, ideada por su abuelo, llama a la autodeterminación y la soberanía de un pueblo coreano libre de injerencias extranjeras.

Kim Jong-un, que según comunicó hoy la KCNA goza del apoyo del Ejército y los ciudadanos para hacerse con el poder, ha sido promovido desde 2008, cuando el estado de salud de su padre empeoró notablemente tras sufrir una apoplejía, hecho que despertó entre las elites norcoreanas preocupación por la continuidad del régimen.

Desde entonces el joven ha alcanzado el rango de general de cuatro estrellas en el Ejército norcoreano y el cargo de vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores que, junto a sus apariciones públicas junto a Kim Jong-il, le han permitido ganar legitimidad como sucesor.

La muerte del máximo líder norcoreano llega en un momento marcado por la distensión en las relaciones entre ambas Coreas tras la crisis vivida en 2010, después de que Pyongyang supuestamente atacara el buque Cheonan y disparara artillería sobre la isla de Yeonpyeong, dos acontecimientos que dejaron 50 muertos surcoreanos.

Ambos sucesos, de los que Seúl culpa a Pyongyang, llevaron al Gobierno surcoreano a cortar relaciones con Corea del Norte hasta este verano, cuando ambas partes comenzaron a realizar nuevos acercamientos.

Las Coreas y Estados Unidos han mantenido desde entonces varios encuentros para reanudar las conversaciones a seis bandas, proceso orientado a detener las ambiciones nucleares norcoreanas en el que también participan China, Rusia y Japón, y que permanece estancado desde 2008.

Tras el anuncio de la muerte de Kim Jong-il, una autoridad del Gobierno surcoreano reveló hoy a la agencia local Yonhap que la próxima cita entre Corea del Norte y EEUU, programada para esta semana en Pekín, probablemente se cancelará.

Mientras, en las calles de Pyongyang se respiraba hoy calma tras divulgarse la muerte de Kim, aunque muchos de los negocios suspendieron su actividad comercial y ciudadanos provistos de retratos del líder se congregaron para llorar su muerte en torno a los principales monumentos de la capital.

En la vecina Corea del Sur, la sorpresa y la expectación fueron las notas predominantes del día y los ciudadanos permanecieron toda la jornada atentos a la televisión y, sobre todo, a los omnipresentes “smartphones” para conocer las noticias de última hora e imágenes que poco a poco se iban desvelando.

EFE