Ciberataque a bancos, ensayo ruso de hackeo al INE pro MALO: Alfredo Martínez de Aguilar

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Aunque nos duela e indigne, en estricto sentido, las elecciones presidenciales en México nunca han sido una decisión soberana del Gobierno de la República, menos de los ciudadanos mexicanos.

Los procesos electorales en México han sido históricamente una farsa como lo es de manera rotunda la democracia en un país hundido en la miseria y en la ignorancia, que vende su voto.

En México, permanentemente ha habido mano negra de los imperios, europeo, norteamericano y, ahora, chino, árabe-judío. Siempre ha sido un apetitoso botín geopolítico estratégico continental.

Hoy, están presente en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, en los parques del Corredor Eólico, en las empresas de la Zona Económica Especial de Salina Cruz y las mineras.

De ahí, que el mayor riesgo para México y los mexicanos, el próximo primero de julio, es el manipuleo cibernético de las elecciones presidenciales por el gobierno ruso de Vladimir Putin.

El ciberataque a 20 bancos del sistema financiero mexicano podría ser el ensayo ruso para hackear los resultados del INE, a favor del socialismo populista Manuel Andrés López Obrador (MALO).

Y que los acólitos del candidato presidencial vitalicio de la izquierda radical, no salgan con la estupidez que esta hipótesis está jalada de los pelos, porque ante los hechos no hay palabras.

No se trató de un ciberataque solo con hackers domésticos, como se ha pretendido minimizar. El saqueo de mil cuentas, con hasta cinco años de antigüedad, fue estratégicamente planeado.

Además, el virus cibernético que afectó la semana pasada a varios países alrededor del mundo, en su mayoría a países europeos, tuvo una segunda oleada que afectó a naciones asiáticas como China, Japón, Indonesia y Tailandia.

En medio de esta constante histórica en la real politik global, Oaxaca es el jamón del sándwich por su ubicación geográfica, al ser la parte más angosta del continente americano, cintura del mismo.

Pero hasta el sexenio del oaxaqueño Gustavo Díaz Ordaz, el último presidente mexicano con visión de estadista, con espíritu nacionalista, digno y valiente, se trataba de una injerencia acotada.

La gran traición a México sobrevino con la imposición del socialista-populista Luis Echeverría, irónicamente al servicio del imperialismo yanqui como agente de la CIA, con clave Litempo 2.

Se trató de la más genial perversa maniobra del imperio norteamericano para imponer desde entonces un narco Estado en México, a través de los capos de la narcopolítica jalisciense.

Ello explica la irrupción del junior Rubén Zuno Arce en el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena Salazar, en una de sus casas, por el Cartel de Guadalajara.

La cadena perpetua y muerte de Rubén Zuno fue una venganza de la DEA para humillar a la clase política de México, mediante el cuñado del ex presidente Luis Echeverría, mostrando al mundo que los narcopolíticos y narcoempresarios controlan al narcotráfico, que financia las campañas.

Al mismo tiempo, la DEA involucró a tres ex presidentes de México, Luis Echeverría, José López Portillo y Miguel de la Madrid, así como envió mensajes al mundo que sus agentes antidrogas que operaran en cualquier país tenían que ser intocables.

Sin embargo, el exagente Héctor Berrellez reveló años después que, en realidad, la CIA mandó matar a Camarena por la triangulación de recursos del narco mexicano a la Contra nicaragüense como lo hizo con el periodista Manuel Buendía, crimen que inició el baño de sangre de periodistas.

Berrellez reveló el entrenamiento de mercenarios centroamericanos en ranchos mexicanos del narco en Veracruz, Tamaulipas y Chihuahua, desde los cuales, por cierto, también despegaban aviones cargados de droga hacia Estados Unidos.

Asimismo, reveló, los nombres de los hermanos Raúl y Carlos Salinas de Gortari como presuntos implicados en asesinatos, así como la protección de la DFS a delincuentes como lo hacía en Oaxaca el comandante Tomás Morlet Bohórquez y los delegados de la entonces Policía Judicial Federal.

El ex gobernador de Jalisco José Guadalupe Zuno Hernández “El Viejo Zuno”, hábilmente utilizó a su hija María Esther, “La compañera”, a quien formó políticamente, para tomar por asalto el poder presidencial al hacerse esposa de Echeverría.

Durante la “guerra fría” entre el capitalismo yanqui y el comunismo soviético, Estados Unidos y la URSS tuvieron clara injerencia en México y en Oaxaca. Tapanatepec, fue una especie de Estambul.

Irónicamente, “El Viejo Zuno”, no escapó a las consecuencias de la “guerra fría, pues el miércoles 28 de agosto de 1974, fue secuestrado por la guerrilla izquierdista del Frente Revolucionario Armado del Pueblo (FRAP).

El 19 de marzo, escribimos que hay suficientes elementos de juicio objetivos para advertir a tiempo, no a toro pasado, sobre los riesgos de la injerencia del imperio capitalista y socialista en el actual proceso electoral federal, para imponer a sus candidatos presidenciales en México.

De ahí la trascendencia vital, es decir, asunto de vida o muerte, de supervivencia como país, de lanzar un grito de alerta, oportunamente, a la conciencia de los mexicanos, antes de las elecciones del próximo 1 de julio: ¡Ahí vienen los rusos!, máxime ahora que Vladimir Putin, se reeligió por cuarta ocasión.

Este no es solo una secuela de la guerra fría que ha sido puesto en el escenario a propósito de las revelaciones de la CIA sobre intervenciones rusas, a través de Internet y con el incesante activismo político de la prensa que mueve el Kremlin, Rusia Today (RT), entre otras agencias informativas.

Pero como por tercera ocasión consecutiva será derrotado, Manuel Andrés López Obrador (MALO), amenazó ya a los mexicanos con “soltar al tigre”, durante la reunión con los plutócratas dueños de la riqueza nacional desde la Asociación de Bancos de México.

Sus palabras obligaron a recordar la declaración vertida por el politólogo John Ackerman, ideólogo de López Obrador, y quien en febrero de 2018, compartió un tuit de un usuario oaxaqueño que aseguró que habría “chingadazos”, si AMLO no gana las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio.

Y quién representa el tigre, pues nada más ni nada menos que los capos, sicarios, activistas y milicianos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y de las cientos de organizaciones sociales radicales y grupos armados que apoyan a MALO.

No se trata de ninguna exageración, simple fobia o solo producto de la guerra sucia político-electoral. Es el “modus operandi” de las organizaciones radicales como Los Atenco, Los Cegeacheros, Los Pancho Villa y Los Pantera del Movimiento de Regeneración Nacional.

En Oaxaca cuentan con la Sección XXII de la CNTE, la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) y las células armadas de las organizaciones sociales radicales que con estrategia y tácticas guerrilleras mantienen activa su permanente capacitación, a través de marchas, bloqueos, toma de oficinas y retención de funcionarios.

Si Estados Unidos y Rusia continúan disputándose el control del mundo, como está ampliamente documentado en los conflictos de los países de Medio Oriente, especialmente en Siria, así como en Asia y Europa, obligada y necesariamente lo hacen en América Latina.

Es lógico y natural concluir, entonces, que ambos imperios globales tienen sobrados motivos geopolíticos para intervenir en México, como de hecho ha ocurrido históricamente desde hace muchos años, para influir en su proyecto de nación, rumbo y destino.

Es una burda mentira sostener que única y exclusivamente el imperio norteamericano interviene política, económica y socialmente en México, y no lo hace el imperio socialista-comunista de Rusia, China, Corea del Norte, Cuba y Nicaragua.

Para contrarrestar las críticas contra Manuel Andrés López Obrador y el Movimiento de Regeneración Nacional, frecuentemente se echa mano del expediente fácil de negar y cerrar los ojos a la realidad, y descalificar a quienes les cuestionan.

La CIA concluyó que Rusia intervino en las elecciones de Estados Unidos de 2016… Y lo hizo para ayudar a Donald Trump, no solo para minar la confianza en el sistema electoral del país, como se había señalado hasta ahora.

Según reveló The Washington Post, agentes de inteligencia han identificado a individuos que tienen conexiones con el Gobierno ruso, quienes entregaron miles de emails hackeados a WikiLeaks. Los correos provenían de las cuentas del Comité Nacional Demócrata y otros, incluyendo al director de campaña de Hillary Clinton, John Podesta.

Así también, el Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU. aseguró que coincide con la evaluación de la comunidad de inteligencia estadounidense que el Gobierno ruso interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 a favor del actual presidente, Donald Trump.

“No vemos ninguna razón para disputar las conclusiones”, dijo el presidente del comité, el republicano Richard Burr, al divulgar los resultados parciales de la investigación, y aseguró que “no hay duda de que Rusia emprendió un esfuerzo sin precedentes para interferir” en los comicios.

Las investigaciones revelaron que Rusia intentó interferir en las elecciones por tres razones: socavar la democracia en Estados Unidos, dañar a la entonces candidata presidencial demócrata Hillary Clinton y ayudar al republicano Donald Trump a llegar a la Casa Blanca.

alfredo_daguilar@hotmail.com

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