Calderón se ha revelado como el caporal de REPSOL. Tal vez apenas como “matacuás” de las transnacionales, ¡sea la que fuere! Ese triste papel de un todavía usuario de Los Pinos sin capacidad para dirigir un país en crisis como México, se puso de manifiesto en su patético rechazo a las acciones soberanistas de Cristina Kirtchner presidenta de Argentina. Más aun, en su ingerencismo pedestre en asuntos de otro país que abren brechas peligrosas: que cualquier país pueda intervenir en los asuntos mexicanos. En pocas palabras el precedente de un ignorante y alocado Calderón, pone en riesgo las políticas que en el futuro próximo pueda y deba adoptar un nuevo presidente de México: Andrés Manuel López Obrador.
Esta es una cara del problema creado por Felipe Calderón que debe haber obligado a la inexistente Secretaria de Relaciones Exteriores a meterse bajo la cama para no corroborar el repudio internacional por el papelazo de Calderón en el asunto REPSOL-Argentina.
La otra cara es el aprieto en que se ha metido Calderón. Éste es hombre de una idea, ¡nadamás! Aprendió la cándida receta neoliberal: ante una crisis hay que dejar de gastar el presupuesto público. Por bien que se empleen. Hay que dejar de invertir para evitar la inflación, aunque se dispare el desempleo y la crisis se agrave. Así, según los neoliberales hay que “apretar las tuercas”, hay que “ajustar el cinturón”, aunque al apretar las tuercas sea igual que apretar la cuerda del ahorcado y ajustar el cinturón de los que con hambre,!no tienen cinturón! Pero eso lo aprendió Calderón y desde que lo aprendió lo repite hasta en sueños. Pero convertida en pesadilla de los mexicanos.
Calderón no sabe que el uso de ciertos instrumentos en economía depende del tipo de economía y las circunstancias por las que atraviesa. Esto lo saben los que estudian la economía y reflexionan sobre la pertinencia de los instrumentos a aplicar. Es decir los que analizan y orientan la política económica. Esto Calderón no lo sabe y ¡ya jamás lo sabrá! Otros sí lo saben.
Angela Merkel, la Primer Ministra alemana es uno de ellos. Porque esta lideresa del mundo industrializado que ha desplazado a Obama y sus secuaces en la orientación de la economía europea y mundial, se apresta a cambiar la política económica alemana. Ahora Merkel planteará el uso de instrumentos para promover, para hacer crecer a economía. En pocas palabras elevará el crédito a la producción, lo abaratará y estimulará la economía alemana. La que es “la locomotora europea”. Pero que Merkel percibe que o crece o se eleva el desempleo y se precipitará la crisis en Alemania. Esto es muy factible que lo revele- dirían los católicos urbi et orbi-en la próxima reunión de G-20 a realizarse en México. En esa reunión en que cómicamente Felipe Calderón fungirá como presidente transitorio del G-20. Designación que parece un “cuatro” tendido por Sarkozy-puntual seguidor de las decisiones de Merkel- que trae cuentas pendientes con Calderón por el “affaire Cassenz”. Por que México en el G-20 no pinta ni da color. No es país rico para justificar su permanencia en ese “club de ricos”. Pero Calderón, presidente agónico en un país que arrastra 70,000 crímenes impunes, espera dar cátedra a los poderosos. ¡Sueños guajiros!
Felipe Calderón, no olvidemos que en Europa apenas hace cosa de tres meses ya dio prueba de su locura. Aseguró que podrá “arreglar la crisis europea” desde México. Obvio, como chiste no puede ser mejor. Pero considerando la seriedad que debe guardar un presidente de México fue un acto propio de un enfermo mental.
Por eso, ¿qué esperar de la reunión del G-20 con una Merkel en proceso de cambio de política económica alemana y un Sarkozy con ganas de revancha contra Calderón? Por eso decimos que Calderón el caporal o el “matacuás” de las transnacionales, ¡en busca de chamba futura!, está en aprietos. Aun que ese aprieto, lamentable e ineludiblemente involucre a México.