Durante los años 90 Alberto Fujimori en Perú y Carlos Menem en Argentina fueron los dos principales éxitos políticos en América Latina, ambos líderes pudieron acabar dos periodos presidenciales consecutivos en sus respectivos países, hazaña única en América, sobre todo pudieron superar y sortear la inestabilidad política que consumía a sus naciones. Posteriormente Fujimori y Menem cayeron en desgracia por su comportamiento antiético, el populismo en América Latina había fracasado.
El populismo y su nueva generación de Presidentes que se convirtieron en caudillos, sin una base sólida en sus países, arribó y defraudó a una ciudadanía deseosa de cambios. Sus tendencias autoritarias se convirtieron en una amenaza para la comunidad internacional. Analistas reconocen en los regímenes populistas debilidad institucional y frecuentes violaciones a los derechos humanos.
Los abusos que se cometieron durante los años 90 en Perú fueron más graves de lo que se pensaba. El siniestro Vladimiro Montesinos había consolidado un control absoluto, ligado al narcotráfico. El autoritarismo y la corrupción de la mano. Por otra parte, una compleja red de corrupción había penetrado a las instituciones argentinas; decenas de libros exponen detalles de este bajo mundo en los dos países latinoamericanos.
En México Andrés Manuel paradójicamente actúa como Fujimori y Menem, su discurso anti neoliberal con retórica vacía y demagógica se asemeja más al del ex dictador peruano. Su partido Morena promueve la participación de sectores excluidos de la población y de sindicatos. Hoy los hijos de Fujimori poseen su propio partido al igual que López Obrador. La comparación puede comprobarse con el análisis de discurso de campaña de AMLO lleno de promesas imposibles de cumplir. Hay que echar un ojo a su propuesta de seguridad insustancial y que pone al frente de ella a un personaje gris sin experiencia alguna en el tema. Durazo fue secretario particular de Colosio y Fox pero nada más en la administración pública. Para AMLO todo se soluciona fácil porque él encarna el bien absoluto. Y en política debemos recordar que no hay absolutos.
Analistas han señalado que los gobiernos populistas no fueron estables, los casos de Menem y Fujimori fueron notables ejemplos. La crisis económica de Perú y Argentina en el año 2000 se atribuye a las irresponsabilidades fiscales del régimen de Menem y Fujimori, irresponsabilidades, que incluía programas sociales económicamente insostenibles pero que representaban el pilar básico de sus movimientos. No se puede dar soluciones a corto plazo empeñando el futuro de los países.
Estas deficiencias y fallas en Latinoamérica ponen en duda el futuro político de Andrés Manuel que cada vez más habla, piensa, actúa e imita a Menem y Fujimori. No es un secreto ni un invento que López Obrador se asemeja mucho a los demagogos y caudillos latinoamericanos tradicionales. Andrés Manuel, al igual que Fujimori y Hugo Chávez ya cuenta con su propio partido político promoviendo la polarización y reduciendo así las posibilidades de abonar a la estabilidad política y social en el país. Chávez dejó a Venezuela con la peor inflación de un país en tiempos recientes. Más de 700%. Su población debe cargar demasiado efectivo hasta para comprar productos básicos que escasean. Hay que poner atención en su propuesta económica. Otra vez para AMLO todo se soluciona con él al frente. Él puede acabar con la corrupción y recaudar los ingresos que hagan falta. Más peligrosa aún es la acusación del intervencionismo ruso que esta semana dio a conocer un periódico estadounidense. Detrás de su campaña puede hay indicios de un respaldo de parte del Gobierno de Putin. AMLO se mueve a una izquierda que coarta libertades y no promueve el desarrollo sino las soluciones fáciles.
Analistas políticos de nuestro país han documentado las tendencias demagógicas y autoritarias de Andrés Manuel, su negativa a debatir, la amnistía al narcotráfico y el reclutamiento de artistas como Sergio Mayer y polémicos políticos que lo han puesto en el ojo del huracán. Estas características ponen en tela de juicio su capacidad para conducir eficazmente a nuestro país y deberían llamar a nuestra sociedad a la reflexión de si queremos en verdad que México padezca lo que otros países desafortunadamente ya tuvieron y no se merecían.
*Coordinador de Giras y Protocolo del Titular del Poder Ejecutivo de Oaxaca