AMLO se ha convertido en una agencia de empleos. Sin cobrar porcentaje alguno. Si revisamos la prensa nacional y los diarios estatales, encontramos una multiplicidad de alquilones de la pluma que viven de atacar sistemática, despiadada y machaconamente al tabasqueño. Cualquier cosa que haga es motivo de crítica. No reparan en “cargarle muertos” de todo tipo: sus supuestos vínculos con Chávez el de Venezuela, con Fidel Castro, con Evo Morales, ¡en fin, con todo lo que huela a oposición al imperio yanqui! Calderón, sin rubor alguno se atrevió a afirmar que Chávez financió su campaña en 2006. Ante la exigencia de pruebas por AMLO guardó el silencio típico: se “blindó” entre bayonetas y con Poiré como solícito vocero al que se le agotan las versiones rocambolescas.
Hay columnas periodísticas que no tiene caso leer: el mensaje antiamlista es obligado. ¿Qué sucedería con esos “plumíferos” en caso que AMLO decidiera apartarse de la política nacional? Seguro lo reinventarían. No tendrían “chayote” alguno.
Pero hay un aspecto que hemos marginado. ¿Por qué actualmente atacan más a AMLO que al zapatismo y al Subcomandante Marcos? ¿Acaso por que a estos últimos los consideran arrinconados, copados por las fuerzas militares y paramilitares en el polígono chiapaneco? Creo que se equivocan. En el área zapatista “la tierra se mueve”; los municipios cobran vigor y conservan su autonomía. La que no perdonan a Copala, Oaxaca. En tanto AMLO recorre el país sin más protección que el que le brinda el pueblo y con su mensaje por un cambio auténtico, pacífico, electoral.
¿Por qué se desdeña la oposición armada y se ataca sin descanso a la que busca mediante el voto cambiar al país? Considero que se ha corroborado que el movimiento zapatista tiene metas de largo plazo; transformación popular, conquistas arraigadas, reorientación de la ideología de las nuevas generaciones. Un proyecto que supuestamente no representa peligro para los intereses plutocráticos en los años próximos inmediatos. Bueno eso parecen pensar los “barones del dinero” en México. Pueden equivocarse.
En tanto AMLO con un movimiento popular que crece, ¡de otra manera no lo atacarían ferozmente!, postula reformas sociales de fondo, pero al fin y al cabo, reformas. No propone una revolución, Ésta sería una convocatoria en que se pretendiera “poner patas arriba” la situación actual. Significaría intervenir la riqueza inmensa de unos cuantos que ahoga al país, porque contrasta con la miseria creciente de millones de ciudadanos. Además que en un juego de palabras increíbles, se cometen masacres diarias, a socaire de una guerra que el pueblo jamás solicitó.
AMLO está levantando conciencias en el territorio nacional, aunque para el pensamiento revolucionario, es una labor que tipifican de mediatizadora. A mi juicio la feroz embestida contra AMLO es porque ha desnudado a los poderosos, reitera que el país va al abismo mientras se siga concentrando la riqueza en pocas manos y la pobreza se amplifique como las olas en estanque al choque de una piedra. AMLO pone al descubierto el daño insoportable para los pobres, derivado de la riqueza de treinta plutócratas.
En tanto los zapatistas en aparente “labor de hormiga” cuestionan al sistema en áreas concretas, en comunidades, en grupos, entre etnias que han subsistido a las tarascadas de finqueros, transnacionales y gobiernos corruptos como el de Sabines, con su logorrea inagotable. Un gobierno que propone la aberración de “Ciudades-Rurales”, copias de las “Reservaciones” yanquis para acabar físicamente con los indios, originales propietarios de todo ese continente-país. Varios “analistas” cantan loas a lo que es un proyecto genocida antiindígena; justifican las sospechas del alquiler de su mente.
AMLO, finalmente, pone entredicho al sistema, sin postular eliminarlo y entronizar otro. Postula ajustes severos, que oxigenen una sociedad enferma de desigualdad, de injusticia, de impunidad. Pero, la fobia contra AMLO y el movimiento que lidera nos permite concluir que los mayores beneficiarios de este sistema, están incapacitados para entender que el México actual, tiene el mejor pasaporte para la violencia. Desatada, sabremos como empezó, jamás cómo concluirá.
Por otra parte, la gran duda es que, cerrarle el paso al movimiento lopezobradorista en 2012 nada más puede ratificar la idea de los radicales: este país y sus plutócratas no dejan pasar ni siquiera reformas al sistema. De ser así, la violencia está anunciada.
Rubén Mújica Vélez-Daniel Dardón Monzón.
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