Al menos 19 muertos por un nuevo atentado suicida en Pakistán

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Al menos 19 personas, entre ellas cuatro niños, murieron este lunes por un nuevo atentado suicida, perpetrado esta vez contra un puesto de la policía, en Pakistán, donde los ataques de los talibanes aliados de Al Qaeda han causado 3.700 muertos en tres años.

“Un kamikaze al volante de un choche bomba atacó el puesto de policía” de Lakki Marwat (provincia de Khyber Pakhtunkhwa), no lejos de las zonas tribales, bastión de los talibanes, declaró por teléfono a la AFP Gul Wali Jan, jefe de la policía del distrito.

Diecinueve personas murieron, entre ellas nueve policías y cuatro niños que esperaban el autobús, precisó a la AFP Iftijar Ahmad, oficial de policía de la ciudad. El puesto de policía resultó totalmente destruido y también sufrió daños el principal hospital del distrito, aledaño al edificio atacado.

Más de 3.700 personas murieron en poco más de tres años en el país en unos 400 atentados, suicidas en su mayoría, perpetrados esencialmente por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP) u otros grupos islamistas armados aliados.

Los insurgentes reprochan al gobierno paquistaní su alineamiento con Estados Unidos en su “guerra contra el terrorismo” y atacan regularmente a las fuerzas de seguridad y los edificios oficiales, pero también, y cada vez más frecuentemente, a civiles, particularmente a los que pertenecen a minorías religiosas como los chiitas (20% de la población de Pakistán).

El balance del atentado de Lakki Marwat podría agravarse, ya que había 45 policías en el puesto, explicó a la AFP en declaraciones telefónicas Saleem Jan, oficial de policía de esa ciudad, confirmando que el edificio “fue totalmente destruido”.

El distrito de Lakki Marwat ha sido ya escenario de cruentos ataques terroristas, entre ellos el perpetrado el 2 de enero pasado, cuando un kamikaze mató a 99 personas al lanzar un coche bomba contra la muchedumbre que asistía un partido de voleibol en el pueblo de Shah Hasan Jan.

La ola de atentados se intensificó en la última semana, con seis ataques que dejaron 108 muertos. El viernes, un kamikaze hizo estallar una bomba en medio de una manifestación chiita en Quetta (suroeste), matando a 59 personas.

El miércoles, un triple atentado perpetrado por tres kamikazes mató a 31 personas en una procesión chiita en Lahore, la gran ciudad del este del país. Las zonas tribales del noroeste de Pakistán, fronterizas con Afganistán, son el bastión del TTP y de otros grupos islamistas, así como el principal refugio en el mundo de dirigentes de Al Qaida, que entrena en la región a sus combatientes.

Estados Unidos acusó recientemente al jefe del TTP Hakimulá Mehsud de la muerte de siete agentes de la CIA en un atentado perpetrado a fines de diciembre contra la base norteamericana de Jost, en el este de Afganistán, cerca de la frontera paquistaní.

Desde ese atentado, la CIA intensificó su campaña de disparos de misiles con aviones sin piloto en las zonas tribales paquistaníes, matando a dirigentes talibanes pero también a numerosos civiles, según militares paquistaníes. “Muy pronto apuntaremos a Estados Unidos y Europa, vengaremos los bombardeos de los drones (aviones sin piloto)”, advirtió el viernes Qari Husain, uno de los principales comandantes del TTP.

AFP